El director del FBI anuncia que no dimitir¨¢
Dos galer¨ªas de contrachapado, de las empleadas para colgar cortinas, valoradas en poco m¨¢s de 20.000 pesetas, estuvieron a punto de costar el puesto al director de la Oficina Federal de Investigaci¨®n (FBI), Clarence M. Kelley.Acusado de aceptar regalos de sus subordinados y de utilizar en beneficio propio los servicios del FBI, Kelley est¨¢ siendo objeto de investigaciones por el departamento de Justicia, del que depende la Oficina Federal. El presidente Ford pidi¨® un informe completo sobre la conducta de Kelley, que fue nombrado director del FBI hace tres a?os por el entonces presidente, Richard Nixon.
KeIley reconoci¨® haber aceptado algunos regalos de sus subordinados y que empleados de la secci¨®n de carpinter¨ªa del FBI instalaron unas galer¨ªas sobre dos ventanas de su apartamento, sin cobrarle nada, pero dijo estar dispuesto a pagar por estas galer¨ªas y a devolver los regalos. Efectivamente, el director del FBI entreg¨® ayer un cheque por valor de 335 d¨®lares (unas 23.000 pesetas) a la Oficina Federal, para pagar las dos galer¨ªas de contrachapado. En el precio se incluye el costo de los materiales, la mano de obra y los cuatro viajes realizados por los encargados de instalar las galer¨ªas al apartamento de Kelley, en Bethesda, al noroeste de Washington.
Pol¨¦mica
Un alto funcionario del departamento de Justicia solicit¨®, cuando se conoci¨® el asunto, que KeIley fuera cesado inmediatamente o, por lo menos, p¨²blicamente reprendido por su conducta. El fiscal general, Edward Levi, que es el jefe inmediato de Kelley, inici¨® una investigaci¨®n, pero dijo que KeIley hab¨ªa hecho un ?buen trabajo? al frente de la Oficina Federal. Por su parte, el presidente Ford declar¨® que ten¨ªa ?absoluta confianza? en el director del FBI, pese a lo cual solicit¨® un informe completo sobre su conducta y las posibles irregularidades de la misma, al fiscal general.Entre los regalos que fueron aceptados por KeIley, procedentes de sus subordinados en el FBI, se incluyen una mesa de nogal valorada en 200 d¨®lares (14.000 pesetas); un reloj de 17.000 pesetas; un sill¨®n del mismo valor y un joyero de teca y caoba, hecho a mano. El director del FBI ha reconocido tambi¨¦n que, en ?algunas ocasiones?, su autom¨®vil privado hab¨ªa sido llevado al garage para su reparaci¨®n por personal del FBI, pero a?adi¨® que ¨¦l hab¨ªa pagado de su bolsillo las reparaciones.
Un funcionario del departamento de Justicia critic¨® esta conducta de KeIley y se?al¨® que este no podr¨ªa, por ejemplo, reprender a unos subordinados de los que hab¨ªa aceptado regalos, lo que perjudicaba el funcionamiento de la Oficina Federal.
Veteranos cesados
Seg¨²n las leyes norteamericanas, ning¨²n funcionario p¨²blico puede aceptar regalos de un valor superior a 50 d¨®lares (unas 3.500 pesetas). Esta norma se aplica incluso al presidente y a los ministros del Gobierno, que entregan a una oficina federal los regalos que reciben de otros Gobiernos durante sus viajes oficiales al extranjero.Edgar J. Hoover, creador y director del FBI durante m¨¢s de treinta a?os, fue acusado recientemente de haber utilizado a personal de la oficina para su propio servicio, en el mantenimiento de su casa. Otros altos funcionarios del FBI fueron acusados igualmente de aprovecharse en beneficio propio de trabajos realizados por especialistas del Departamento.
El pasado 16 de julio, el director adjunto del FBI, Nicholas Callaghan fue cesado por Kelley, a ra¨ªz de una investigaci¨®n sobre entradas clandestinas de agentes del FBI en domicilios particulares y aceptaci¨®n de sobornos por miembros de la Oficina Federal. Callaghan era uno de los veteranos del FBI.
El 13 de agosto pasado, otro veterano con casi treinta a?os de antig¨¹edad, John Dumphy, dimitido de su cargo tras declararse culpable de haber tomado il¨ªcitamente maderas que eran propiedad del Gobierno para su propio uso.
La confianza de los contribuyentes en KeIley, encargado de sanear el FBI y de acabar con estos ?abusos de poder?, podr¨ªa verse seriamente da?ada a ra¨ªz de este mini-esc¨¢ndalo, lo que aconsejar¨ªa su cese inmediato. KeIley, sin embargo, manifest¨® que no ten¨ªa intenci¨®n de presentar su dimisi¨®n y que devolver¨ªa los regalos que hab¨ªa recibido, adem¨¢s de pagar por la instalaci¨®n de las galer¨ªas en sus ventanas.
El fiscal general, Edward Levi, entregar¨¢ su informe sobre KeIley al presidente Ford en los pr¨®ximos d¨ªas, y todo parece indicar que los resultados de la investigaci¨®n ser¨¢n favorables, con lo que el actual director del FBI continuar¨¢ en su puesto.
Quiz¨¢ para dar ejemplo, ayer se revel¨® que el propio fiscal general hab¨ªa pagado de su bolsillo los costes de instalaci¨®n de dos nuevas cerraduras en su casa, estimados en unas 15.000 pesetas, pese a que legalmente no estaba obligado a hacerlo, ya que la polic¨ªa le hab¨ªa aconsejado su instalaci¨®n, por motivos de seguridad.
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