Entrevista al organizador de las manifestaciones de Soweto
Tsietsi Mashini, el l¨ªder negro de 19 a?os que organiz¨® las manifestaciones que a¨²n persisten en Soweto y en otros lugares de Sud¨¢frica, dice que ?ninguno de los que ha muerto durante esos disturbios ha ca¨ªdo en un gesto in¨²til: la sangre negra jam¨¢s corre en vano?.
En una impresionante entrevista ofrecida por la televisi¨®n independiente brit¨¢nica, Mashini ha contado la historia de Soweto, casi al mismo tiempo que llegaba Kissinger a Londres para entrevistarse con los pol¨ªticos ingleses y para trasladarse luego a Suiza, a escuchar lo que Vorster le cuenta de lo que pasa en el Africa austral.Cualquiera que sea el tono de las conversaciones de los pol¨ªticos implicados en las negociaciones Estados Unidos- Sud¨¢frica, nunca alcanzar¨¢ el dramatismo de las declaraciones de Mashini, quien a trav¨¦s de sus palabras revel¨® que los negros de Sud¨¢frica no tienen ning¨²n miedo a la represi¨®n del r¨¦gimen de Vorster, est¨¢n dispuestos a padecer las torturas, cuyas caracter¨ªsticas no desconocen, y no se sienten amedrentados por la muerte, ?porque estamos seguros de que vamos a ganar?.
C¨®mo se prepar¨® Soweto
Tsietsi Mashini es un estudiante muy r¨¢pido de ideas. Tremendamente brillante. Ocupa el puesto de l¨ªder del Soweto Student Representative Council, que organiz¨® la manifestaci¨®n del 16 de junio como protesta por la implantaci¨®n del afrikaans como lenguaje obligatorio para los estudiantes sudafricanos. Como consecuencia de aquellos disturbios murieron m¨¢s de 150 negros, casi todos ellos a causa de la brutal acci¨®n de la polic¨ªa. Despu¨¦s de Soweto, otras ciudadelas negras se unieron en la protesta contra el r¨¦gimen de Vorster. Soweto qued¨® atr¨¢s, como un s¨ªmbolo, el afrikaans dej¨® de ser obligatorio pero el apartheid ha persistido. Por tanto, el centro de la disputa no ha desaparecido y la lucha racial es inacabable.Mashini ha explicado ahora c¨®mo se prepar¨® Soweto. El 15 de junio tuvimos la ¨²ltima reuni¨®n de nuestro comit¨¦ de acci¨®n. La prensa hab¨ªa dicho que nosotros prepar¨¢bamos una manifestaci¨®n y eso nos hizo pensar en cancelarla. Pero al final decidimos que deb¨ªamos seguir adelante, a ver qu¨¦ pasaba. Nosotros sab¨ªamos que ning¨²n estudiante hab¨ªa sido instigado para llevar a cabo acciones de violencia. Todos los estudiantes odi¨¢bamos este asunto del afrikaans. Cuando llegamos a la escuela principal, para empezar nuestra manifestaci¨®n, ya hab¨ªa all¨ª polic¨ªas con rifles y rev¨®lveres. No hubo palabras entre ellos y nosotros. Comenzaron a avanzar hacia donde est¨¢bamos y un polic¨ªa blanco nos lanz¨® gases lacrim¨®genos. Era la primera vez que ve¨ªamos una bomba de gas lacrim¨®geno. Inmediatamente, el mismo polic¨ªa que lanz¨® los gases lacrim¨®genos dispar¨® contra los estudiantes. Dispar¨® durante quince minutos sobre nuestras cabezas. Los estudiantes perdieron el control y comenzaron a lanzar piedras contra los polic¨ªas. Yo estaba con H¨¦ctor Peterson, que fue el primero de nosotros que cay¨® a causa de los disparos. Vi a un muchacho de nueve a?os morir herido de bala; un polic¨ªa quiso rematar a H¨¦ctor y una chica se interpuso y le grit¨® en afrikaans: ? m¨¢tame a m¨ª?, y el polic¨ªa dispar¨® al aire.
La cifra oficial de muertos de Soweto es de 176. Mashini dice que fueron 300. Conocimos la cifra d¨ªas despu¨¦s de los principales disturbios. Fuimos al dep¨®sito de cad¨¢veres del Gobierno para identificar a los que conoc¨ªamos. Cuando llegamos, hab¨ªa cuerpos esparcidos y algunos estaban empaquetados como sacos de patatas. Algunos ten¨ªan etiquetas con nombres en las mu?ecas. Otros ten¨ªan n¨²mero de identificaci¨®n en sus frentes. Los cad¨¢veres se iban volviendo de color a?il, no s¨¦ por qu¨¦ raz¨®n. Nosotros vimos el n¨²mero 353 en la frente de un cad¨¢ver, y ¨¦se deb¨ªa ser el ¨²ltimo del recuento Polic¨ªaco.
Mashini cuenta que vio, durante la confrontaci¨®n con la polic¨ªa en Soweto, c¨®mo un soldado disparaba desde su tanque contra una ni?a de ocho a?os que le hizo el signo del ?black power?. Luego vi a esa ni?a de ocho a?os en el dep¨®sito de cad¨¢veres. Hab¨ªa sido rematada de modo que su reconocimiento parec¨ªa imposible.
Precio por la cabeza de Mashini
Mashini es hoy, a sus 19 a?os, el hombre m¨¢s buscado de Sud¨¢frica. El Departamento de Polic¨ªa de la Rep¨²blica ofrece 500 rands por su cabeza. Pienso, dice el joven l¨ªder, que la gente me mira como a su jefe. El director de la CID, la polic¨ªa sudafricana, cometer¨ªa un error si me detiene. Es un error tambi¨¦n ponerle un precio a mi cabeza porque nadie me va a delatar, ni por esa cantidad ni por nada. Todo el mundo ahora me quiere esconder.Para Mashini ya no hay otra alternativa que la violencia. Los compromisos que Kissinger logre con Vorster no van a afectar ni a su lucha ni a sus derechos. Con su batalla quiere conseguir ventajas a largo plazo y Kissinger s¨®lo quiere resolver temporalmente la situaci¨®n y presionar a Vorster para que ¨¦ste a su vez presione a Rodesia.
En este sentido, Mashini dice: Yo no veo perspectivas de que vaya a haber un cambio pac¨ªfico en mi pa¨ªs, aunque me gustar¨ªa que llegara. Lo que yo veo es que incluso si el r¨¦gimen blanco nos hace concesiones, nuestro pueblo no va a mostrarse interesado en aceptarlas. Todo lo que nuestro pueblo quiere es golpear, y golpear duramente, al actual sistema. Quiere que el blanco pruebe su propia medicina, que sepa lo que es la opresi¨®n.
Un animal pol¨ªtico domesticado
Detr¨¢s de Mashini no hay ninguna ideog¨ªa pol¨ªtica, ni importada ni recogida en su propio pa¨ªs, al rev¨¦s de lo que ha dicho el ministro Kruger para justificar la militancia de los estudiantes negros. A nosotros se nos da en Sud¨¢frica el tipo de educaci¨®n que puede domesticarnos y hacernos tornillos eficaces que los blancos puedan usar con garant¨ªas cuando nosotros nos integremos en la comunidad trabajadora. Las bibliotecas escolares y los propios libros de nuestros estudios est¨¢n despojados de cualquier clase de teor¨ªa c¨ªvica o pol¨ªtica. Nos dan historias de ficci¨®n.Sabemos que existen varias fuerzas, el capitalismo, el comunismo, el socialismo, pero ¨²nicamente conocemos de ellas sus nombres. S¨ª, ya s¨¦ que por el mundo se dice que nosotros somos comunistas o marxistas, pero no es verdad, y s¨ª es verdad, nosotros no somos conscientes de ello. El Gobierno llama comunista al que no est¨¢ de acuerdo con ¨¦l. Sabemos lo que es bueno y lo que es malo, lo que nos gusta y lo que no nos gusta. Y desde Soweto nos decidimos a rechazar lo que no nos gusta.
??Entonces -le dice el entrevistador- t¨² no piensas que tus compa?eros pudieron haber muerto por nada??.
Ellos no murieron por nada, porque la sangre de los negros jam¨¢s corre en vano.
Un disturbio cada d¨ªa
Mashini, del que se dice que ahora est¨¢ exiliado, cree que el r¨¦gimen racista de Sud¨¢frica no durar¨¢ m¨¢s de cinco a?os en el poder. Sea lo que sea lo que Estados Unidos les aconseje a los negros, explica el l¨ªder de los estudiantes, va a haber disturbios cada d¨ªa. Si el cambio se retrasa, ir¨¢n a las ciudades residenciales de los blancos y comenzar¨¢n la guerra por esos sectores, abandonando las ciudadelas negras. No hay ninguna tregua, dice Mashini. Entre nosotros y el Gobierno no hay puentes. Sud¨¢frica tendr¨¢ disturbios organizados por nosotros porque queremos que la violencia callejera forme parte de la dieta cotidiana de los blancos.
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