S¨®lo intercambio de "cortes¨ªas" entre el alcalde comunista de Roma y el Vaticano
El ¨²nico contacto entre el alcalde de izquierdas, Giulio Carlo Argan y el Papa ha sido un intercambio de cartas de cortes¨ªa a ra¨ªz de su elecci¨®n como alcalde, declar¨® ayer un portavoz de la Santa Sede.El Vaticano ha hecho esta puntualizaci¨®n a la entrevista que el alcalde marxista de Roma, elegido el 20 de junio pasado como independiente en las listas comunistas, concedi¨® el 7 pasado al diario, franc¨¦s Le Monde. Argan dijo en la entrevista que un encuentro suyo con el Papa ?deber¨ªa darse?; ?ser¨ªa -agreg¨®- no s¨®lo ¨²til, sino necesario. Se equivocar¨ªa gravemente, no obstante, quien lo considerara como un gesto de simpat¨ªa de la Iglesia hacia la izquierda y como una conversi¨®n de la izquierda respecto a la Iglesia. Nosotros pedimos simplemente -precis¨® Argan- relaciones entre dos instituciones: Iglesia y Gobierno de la ciudad que tienen muchos problemas en com¨²n?
Despu¨¦s de la misa que, en presencia de Argan y de la junta de izquierdas, dijo el cardenal vicario Ugo Poletti anteayer para conmemorar el 33 aniversario de los ca¨ªdos en defensa de Roma contra los nazifascistas, al Vaticano le preocupa que se d¨¦ el justo sentido al rito religioso y a su pol¨ªtica. En la homil¨ªa, Poletti no habl¨® de pol¨ªtica, ni siquiera hizo una alusi¨®n al alcalde, ni pronunci¨® una palabra con doble sentido. El cardenal, que varias veces record¨® recientemente que es vigente la excomuni¨®n para quien vote comunista, ha oficiado en el Aracoeli, la iglesia de la colina de los olivos donde surge el Ayuntamiento romano, ante comunistas y socialistas, para cumplir con el deber de recoger en austera y solemne oraci¨®n los sentimientos del pueblo romano.
Por su parte, Argan, ?culturalmente marxista?, ha comentado al final de la ceremonia que se ha tratado de la ?convergencia de los exponentes de dos tradiciones de Roma, la c¨ªvica y la religiosa, sobre un acontecimiento sagrado para ambas, que se conmemora hoy con igual sentimiento por una y otra parte?.
No hay que ver, por tanto, en el, hecho como han hecho los radicales, un retroceso ideol¨®gico por parte religiosa ni maquiavelismo pol¨ªtico por parte civil. Las pancartas radicales dec¨ªan: ?Junta roja o purpurada?, Poletti condena a los marxistas y el Partido Comunista les reverencia. El lenguaje radical es casi siempre excluyente, razona por aut-aut, tiene fuerza expresiva en la denuncia de los problemas, pero ?equidista? tanto de una soluci¨®n buena como de otra mala.
Tampoco la misa del d¨ªa 8 ha sido un simple acto de cortes¨ªa. Despu¨¦s de las elecciones del 20 de junio, Roma, como otras tantas ciudades italianas, se ha visto gobernada por la izquierda. La Iglesia ha aceptado el hecho, como en la Europa oriental se acept¨® la Ostpolitik. Argan, al parecer, va en busca del di¨¢logo directo con el Vaticano. El Vaticano, con la puntualizaci¨®n de hoy demuestra no tener prisa. D¨ªas pasados el Osservatore Romano invitaba expl¨ªcitamente a la democracia cristiana a trabajar para que no se atente contra el ?car¨¢cter sagrado? de la ciudad.
Los jesu¨ªtas optimistas
Por su parte, la Compa?¨ªa de Jes¨²s se muestra optimista acerca de la situaci¨®n pol¨ªtica del pa¨ªs, a la que ayer calific¨® en su semanario Civilta Cattolica de ?interlocutoria? y de ?rica en indicios positivos?.La prestigiosa revista a?ade que los italianos hicieron una ?elecci¨®n sagaz? en los ¨²ltimos comicios.
Mientras tanto, la comisi¨®n investigadora parlamentaria que entiende en el asunto de la Lockheed se reuni¨® ayer por primera vez para establecer un calendario de trabajos sobre el esc¨¢ndalo. La preside el democristiano Mino Matinazzoli. Los documentos recogidos durante la investigaci¨®n anterior permanecen sellados y guardados en las cajas fuertes del Parlamento. Entre los principales implicados aparecen el dem¨®crata cristiano Luigi Gui y el socialdem¨®crata Mario Tanassi.
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