Comienza la gira africana de Kissinger
Con grandes dudas sobre las posibilidades de ¨¦xito de su misi¨®n, el secretario de Estado norteamericano, Henry Kissinger, parti¨® ayer de Washington para comenzar su anunciada gira de mediaci¨®n entre reg¨ªmenes minoritarios blancos y pa¨ªses negros del ?frica Austral, que debe llevarle a Tanzania, Zambia, Sud¨¢frica y -si todo va bien- a Rodesia.
El presidente Ford, a quien no vendr¨ªa mal un triunfo de su secretario de Estado antes de iniciar la campa?a electoral, ha reconocido que los m¨¢rgenes de maniobra de Kissinger son muy reducidos. ?Si no va a tener ¨¦xito, se preguntaban ayer varios diarios africanos, para qu¨¦ viene?Antes de que Kissinger pisara tierras africanas, sus principales interlocutores en esta gira, han precisado sus posiciones. Los presidentes de Zambia y Tanzania han indicado que la eliminaci¨®n del apartheid en toda Africa -lo cual incluye a Pretoria- constituye la base de la b¨²squeda de una soluci¨®n pac¨ªfica a los problemas del Africa Austral.
Julius Nyerere y Kenneth Kaunda van a pedir al secretario de Estado que trate de lograr la independencia de Namibia (sudoeste africano) y la modificaci¨®n del apartheid sudafricano, pero que no se meta en la cuesti¨®n de Rodesia. El ex moderado presidente Kaunda, de Zambia, advirti¨® a este respecto que ?Africa no tiene la intenci¨®n de abandonar la lucha armada para lograr la independencia de aquel pa¨ªs y la subida al poder de un Gobierno de mayor¨ªa?.
Rodesia
M¨¢s radical fue el primer ministro rodesiano lan Smith, quien debe entrevistarse hoy con su vecino Johannes Vorster, veinticuatro horas antes de la llegada de Kissinger a la capital sudafricana. En un mensaje a los rodesianos Smith dijo que deben ?prepararse a cambiar de vida?, pero nunca a aceptar ?artima?as pol¨ªticas como las de un hombre, un voto?.Los cinco jefes de Estado africanos que se reunieron recientemente en Dar es Salaam (Tanzania), para lograr poner de acuerdo a los diferentes grupos nacionalistas rodesianos, fracasaron a medias en su intento.
Josuah Nkomo, moderado y representante de la burgues¨ªa africana, que hab¨ªa iniciado a principios de a?o conversaciones exploratorias con Ian Smith, suspendidas ante la intransigencia de ¨¦ste y la presi¨®n de las guerrillas, decidi¨® crear su propio grupo guerrillero. A largo plazo podr¨ªa convertirse en el Roberto Holden de Rodesia, pero a la inversa, ya que cuenta con el apoyo de Occidente, con el de la URSS, y el de los Estados africanos moderados, incluida probablemente Tanzania.
Las afirmaciones indicadas de Nyerere, Kaunda y Ian Smith, la divisi¨®n de los nacionalistas rodesianos, y las recientes medidas introducidas por Vorster en Sud¨¢frica para aliviar los rigores del apartheid, tales como permitir que los negros puedan entrar en los edificios p¨²blicos por las mismas puertas que los blancos, y que los mestizos- puedan comer y tomar refrescos junto a los blancos cuando asistan a alg¨²n acto cultural o cient¨ªfico, confirman que subsiste un abismo demasiado profundo entre las esperanzas de los negros y las intenciones de los blancos por un lado, y entre las aspiraciones del Africa negra, por otro.
Namibia
El tema de Namibia es igualmente complicado. Aunque tanto Kissinger como Vorster se han visto obligados a reconocer a la organizaci¨®n nacionalista SWAPO como ?interlocutor v¨¢lido? -junto a otra docena de interlocutores, precis¨® Vorster-, se duda que el primer ministro sudafricano pueda convencer a los l¨ªderes blancos de Namibia sobre la necesidad de llegar a cambiar una situaci¨®n que ellos creen poder controlar sobre el terreno.La proyectada independencia para 1978, con el jefe de los Hereros, Clemens Kappuo, como presidente, y el se?or Dirk Mudge, del Partido Nacional Africano, como primer ministro, es desde ahora cuestionada por los nacionalistas, que ni siquiera les reconocen representatividad a los jefes tradicionales.
La conferencia de Ginebra que pretend¨ªa convocar Kissinger sobre Namibia, sobre la base de las conversaciones constitucionales que ya tuvieron lugar en Windhoek auspiciadas por Sud¨¢frica, corre el riesgo de producir pocos resultados concretos. El jefe del SWAPO, Sam Nujoma, declar¨® ayer que la ?gesti¨®n de Kissinger no es m¨¢s que un intento de conservar posiciones en Africa del Sur y mantener de hecho la discriminaci¨®n racial ?.
Esta es precisamente la opini¨®n que prevalece en los medios pol¨ªticos negros de Sud¨¢frica, donde se afirma que el Gobierno trata de reformar algunos. aspectos del sistema existente para no tener que cambiar nada esencial. Se espera con cierto inter¨¦s, fuera de Sud¨¢frica, desde luego, el discurso que debe pronunciar Vorster en las pr¨®ximas horas, con motivo del d¨¦cimo aniversario de su subida al poder.
Internamente, los africanos han saludado este d¨¦cimo a?o con una huelga que quisieran convertir en general. Este fin de semana, como ya es habitual desde mediados de a?o, otras seis personas murieron en Soweto.
Se habla ahora sobre un posible viaje de Kissinger a Rodesia siempre que las conversaciones Vorster-Smith sean estimulantes. No obstante, un peri¨®dico de Dar es Salaam (Tanzania) afirmaba ayer que la mejor contribuci¨®n que Estados Unidos pod¨ªa hacer a la soluci¨®n del problema rodesiano es aplicar las sanciones y el embargo impuesto por la ONU contra Rodesia, y, concretamente, suspender el ?Amendment Byrd?, que autoriza a empresas norteamericanas a importar cromo rodesiano una de las principales fuentes de ingreso de Salisbury.
Nadie, en definitiva, se hace muchas ilusiones sobre el viaje de Kissinger. La CEE, en su ¨²ltima reuni¨®n, decidi¨® esperar los resultados de esa gira, antes de tomar una iniciativa com¨²n. En Estados Unidos se comienza a decir ya que esta ?tourn¨¦e? s¨®lo tiene fines informativos, y los africanos est¨¢n dispuestos a continuar la presi¨®n por sus propios medios. El secretario de Estado parece haberse preocupado por Africa demasiado tarde, y en todo caso s¨®lo despu¨¦s de los avances sovi¨¦tico-cubanos.
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