Ninguna oportunidad para Gabriel Puerta
Gabriel Puerta debut¨® ayer en M¨¦xico y fue el triunfador de la corrida. Cort¨® la oreja de uno de los toros de Campo Alegre y dio la vuelta al ruedo en otro, mientras sus compa?eros de terna, Manuel, Capetillo y Marcos Ortega, eran pitados en sus lotes respectivos. El festejo fue el segundo de la feria que se ha organizado en el Palacio de Deportes.
Resulta que despu¨¦s de haber mostrado posibilidades en Espa?a, y destacar como uno de los. toreros m¨¢s interesantes de la temporada 1975, Gabriel, Puerta tiene ahora puestas sus esperanzas en M¨¦xico., En Espa?a le han cerrado las puertas. Diez fechas lleg¨® a contratar este a?o, la mayor parte de ellas en plazas de poca monta, taurinamente hablando. Los grandes empresarios no le han dado ni un puesto. Posiblemente no hay nada concreto y directo contra este torero, ni contra su apoderado, pero ya dec¨ªamos que los enfados (como las alegr¨ªas) de los que constituyen el monopolio producen reacciones en cadena.Triunf¨® Gabriel Puerta en su presentaci¨®n como novillero en la feria de San Isidro del a?o pasado. Se trataba entonces de un torero que conoc¨ªa su oficio y lo ejecutaba con gusto. Ten¨ªa defectos, por supuesto que s¨ª, pero no tan graves que el tiempo no los hiciera desaparecer. Hubo quiz¨¢ una equivocaci¨®n por su parte, o por la de sus mentores, que fue tomar la alternativa demasiado pronto. No llegaba al medio centenar de actuaciones como novillero cuando tom¨® la alternativa.
Sigui¨®, est¨¢ claro, esa pol¨ªtica de la precipitaci¨®n que consiste en aprovechar el buen cartel para pasar a la categor¨ªa superior y meterse en la ronda de las grandes ferias, que es donde se gana dinero. Pero una cosa son los proyectos y buenos deseos de un torero que vale y otra los monopolios y ramificaciones, con sus intereses particulares.
De manera que ya en la temporada de 1976, y su realidad, Gabriel Puerta tuvo un puesto en la feria de Sevilla, que organiza no el empresario titular, Diodoro Canorea -hermano del apoderado del torero, Herminio- sino su socio capitalista y muy poderoso hombre de negocios taurinos y muchas otras clases, Pedro Bala?¨¢. Y ese puesto fue en la corrida de Miura, que adem¨¢s sali¨® verdaderamente dura.
Quiz¨¢ la clave de todo est¨¦ en aquella feria, donde por diversos conceptos quedaron fuera de los carteles Ruiz Miguel (a quien se brind¨® la corrida de Miura, pero no quiso) y Manzanares, a los. cuales apodera la empresa de Madrid, o m¨¢s bien miembros de su gerencia. Y si se hace notar es porque llegada la feria de San Isidro, Gabriel Puerta no tuvo ni un solo hueco dentro del dilatado serial, en el que hab¨ªa nada menos que 60 puestos, muchos de los cuales ocuparon espadas que carec¨ªan del menor inter¨¦s. Si fue represalia o no por parte de Madrid a la exclusi¨®n de sus pupilos en Sevilla, eso no se sabe, por supuesto, pero es lo cierto que esta empresa no ha contado con Puerta para ninguna de sus plazas, ni lo han hecho Chopera y Camar¨¢ con las suyas, los cuales es notorio que tienen excelentes relaciones con quienes rigen el coso de Las Ventas.
Tampoco Bala?¨¢ se excedi¨® en el trato y llev¨® a Puerta a Palma de Mallorca, a una corrida de saldo. Y el torero se ha tenido que contentar con sumar actuaciones en Alcal¨¢ de Guadaira, Ecija, FIgueras, Avila, Gerona, Guijuelo, Torremolinos y plazas de este tenor.
A final de temporada es cuando ha podido alcanzar sus mejores oportunidades, pues va a la feria de Valladolid y ha estado a punto de figurar en la de Guadalajara. Pero nuevamente la pol¨ªtica de despachos y de vest¨ªbulos de hotel le han cerrado el paso. Al primitivo cartel concebido por Bala?¨¢ y Diodoro Canorea para una de las fechas de esta feria, en el que iban Palomo, Paquirri y Gabriel Puerta, los hermanos Lozano, apoderados de Palomo, pusieron reparos precisamente respecto a la inclusi¨®n de Puerta. Parece ser que se utiliz¨® el argumento de que este torero no es taquillero, y muy bien se debieron expresar puesto que lograron convencer a los empresarios, quienes sacaron a Puerta y metieron a Paco Alcalde. El cual, por cierto, en la feria de Guadalajara del a?o ¨²ltimo protagoniz¨® un esc¨¢ndalo como all¨ª no se recordaba, por su inhibici¨®n en la lidia; hac¨ªa gestos de que el toro no ve¨ªa, o de que estaba toreado, y presa del p¨¢nico lo mal mat¨®, mientras el p¨²blico, aut¨¦nticamente indignado, prorrump¨ªa en un griter¨ªo fenomenal y llenaba el ruedo de almohadillas.
El caso de Puerta no es ¨²nico y por eso se relata. He aqu¨ª un torero quiz¨¢ ya vencido por la desmoralizaci¨®n poco placeado en una temporada que le era preciosa para ponerse a punto, cuyas posibilidades puede truncar -o lo ha hecho ya- el monopolio empresarial.
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