La respuesta de la oposici¨®n
El Gobierno del Presidente Su¨¢rez ha presentado al pa¨ªs una propuesta pol¨ªtica, dentro del marco legal de una ley de reforma, y, por otra parte, ha establecido una distensi¨®n en las relaciones oposici¨®n-Gobierno. Ambos hechos son positivos. El primero, porque, al menos, hay un plan que, coincidiendo o no con ¨¦l, es indudable que coadyuva a la necesaria clarificaci¨®n pol¨ªtica. Se sabe, as¨ª, lo que quiere hacer el Gobierno y c¨®mo quiere hacerlo. El segundo, porque, aunque sea v¨ªa facil, el principio de represi¨®n y de discriminaci¨®n sistem¨¢tica tiende a ser sustituido gradualmente por el principio de tolerancia y de reconocimiento de la discrepancia. En este sentido, la transici¨®n de la dictadura a la democracia se evidencia en el cambio de actitud gubernamental sobre la oposici¨®n democr¨¢tica o, en t¨¦rminos usuales, el Poder pasa de negar a la oposici¨®n su justificaci¨®n y reprimir sus manifestaciones a reconocer su persistencia y tolerar sus actividades. En s¨ªntesis, el Gobierno presenta un plan admite la discrepancia y, en definitiva, lanza un reto pol¨ªtico.?Cu¨¢l debe ser la respuesta de la oposici¨®n? Ante todo, ning¨²n reto en pol¨ªtica debe ser silenciado. El silencio o es complicidad o es el resultado de una situaci¨®n totalitaria. Salir, en nuestro caso, del fascismo es, tambi¨¦n, entrar en la concepci¨®n democr¨¢tica de la vida pol¨ªtica es decir, en las respuestas adecuadas para que la opini¨®n p¨²blica analice y opte. Si el Gobierno tiene una opci¨®n, la oposici¨®n debe tener y ofrecer la suya.
Ahora bien, as¨ª como el Gobierno no es ya todo el R¨¦gimen, aunque forme parte de ¨¦l, la oposici¨®n tampoco tiene una car¨¢cter org¨¢nico ni menos ideol¨®gico unitario. Todo esto es normal. Pretender que despu¨¦s de cuarenta a?os de dictadura, de represi¨®n sistem¨¢tica y de marginaci¨®n de los discrepantes, considerados como enemigos a extinguir, la oposici¨®n ofrezca instant¨¢neamente un id¨ªlico dispositivo unitario, org¨¢nico e ideol¨®gico, es algo ut¨®pico. Sin embargo, el proceso a esto que pudiera parecer ut¨®pico avanza con pasos seguros.
Y este es el gran aspecto positivo que, en los ¨²ltimos meses y semanas, se evidencia en la situaci¨®n pol¨ªtica espa?ola: la salida de la clandestinidad favorece el proceso inevitable de una opci¨®n conjunta de la oposici¨®n.
Dos reuniones, hasta ahora, celebradas en Madrid, en este mes de septiembre, me reafirman en esta visi¨®n optimista de la posibilidad de articular un proyecto-respuesta a la pol¨ªtica gubernamental. Me refiero a la reuni¨®n del d¨ªa 4, entre Coordinaci¨®n Democr¨¢tica y otras instancias unitarias de la oposici¨®n, y a la reuni¨®n, del d¨ªa 9, entre Coordinaci¨®n Democr¨¢tica y fuerzas pol¨ªticas no integradas en ella. El hecho de reunirse -y que el Gobierno las haya tolerado- es muy alentador. El gheto en el que la oposici¨®n ha estado encerrada y, l¨®gicamente, la falta de entrenamiento pol¨ªtico, han influido en que, por el momento, los resultados no hayan sido plenos. Tampoco se pretend¨ªa hacer milagros de una vez. Eran primeras reuniones y, como tales, es innegable que han permitido un intercambio de puntos de vista y unas conclusiones prometedoras.
Hay, a mi juicio, dos caminos para conseguir este proyectores puesta global: el primero, articular previamente a toda la oposici¨®n y llegar a unas bases coincidentes, el segundo, establecer prioritaria y urgentemente estas bases o acuerdos, sin abandonar los esfuerzos org¨¢nicos unitarios. Ambos llevan hacia el mismo objetivo y las razones de elecci¨®n de uno u otro creo que habr¨ªa que sopesarlas en orden a la eficacia, viabilidad y rapidez. El pragmatismo, en todo caso, debe ser el norte en todas estas negociaciones entre las distintas fuerzas pol¨ªticas y sindicales y las instancias unitarias de la oposici¨®n.
No creo que ser¨¢ dif¨ªcil, a corto plazo, establecer un Consejo Federal-Regional, con las instancias unitarias, y un Consejo General, que integrase a las fuerzas pol¨ªticas y, en su caso, a las organizaciones sindicales. Esto, evidentemente, podr¨ªa ir preconfigurando la propia Constituci¨®n democr¨¢tica del futuro.
Sin embargo, creo que, en los momentos actuales, es urgente acelerar el gran acuerdo de todas las fuerzas y organizaciones pol¨ªticas y sindicales a nivel del Estado. Dada la heteregeneidad ideol¨®gica, es obvio que este proyecto-acuerdo tiene que basarse en supuestos m¨ªnimos y no maximalistas.
?Cu¨¢les podr¨ªan ser estos puntos m¨ªnimos? En principio, dos:
Primero- La aceptaci¨®n expl¨ªcita por todas las organizaciones pol¨ªticas y sindicales del sistema democr¨¢tico pluralista como marco de convivencia de todos los espa?oles. Lo que implica, a su vez, el mutuo reconocimiento de que todas, sin excepci¨®n, tienen igualdad de derechos a participar en la normalizaci¨®n y asentamiento democr¨¢tico de Espa?a.
Segundo. -La negociaci¨®n con el Gobierno para la aceleraci¨®n y fiscalizaci¨®n del proceso constituyente, entre otros sobre estas bases: a) participaci¨®n directa en la elaboraci¨®n d¨¦ la Ley Electoral; b) igualdad de oportunidades en la utilizaci¨®n de los medios de comunicaci¨®n de masas, especialmente la TV, en cuanto organismo estatal; c) formaci¨®n de un Gobierno de concentraci¨®n nacional, despu¨¦s del refer¨¦ndum, que dirija el proceso electoral.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.