Faltan criterios de elecci¨®n para el emplazamiento de centrales nucleares
La reciente autorizaci¨®n previa(?BOE? 23-8-76) de la central nuclear de Regodela, en el municipio de Xove (Lugo), ha evidenciado una vez m¨¢s las l¨ªneas maestras seguidas por la Administraci¨®n, en cuanto a concesi¨®n de autorizaciones se refiere. En contra de lo que se?alan los medios oficiales insistentes un tanto infantilmente en la ?independencia de apreciaci¨®n?, ?seriedad de los estudios previos?, ?conservadurismo extraordinario de las normas?, etc¨¦tera-, quedan pocas dudas de que, a la hora de la verdad, no existen criterios de elecci¨®n que puedan calificarse de tales ni normas m¨ªnimas determinantes. La predisposici¨®n del Ministerio de Industria, a la hora de aprobar, depende b¨¢sicamente -en raz¨®n directa- del poder y la influencia de las compa?¨ªas el¨¦ctricas en cuesti¨®n, as¨ª como de la combatividad -en raz¨®n inversa- de las comunidades locales afectadas.
La protesta surgida recientemente en torno a centrales nucleares ya constru¨ªdas, en construcci¨®n o en proyecto, vuelve a suscitar el tema de su autorizacion por parte de la Administraci¨®n. Pedro Costa, Licenciado en Ciencias Pol¨ªticas, que trabaj¨®, como ingeniero de instrumentaci¨®n electr¨®nica en la industria nuclear, reflexion¨® sobre los criterios de autorizaci¨®n que se siguen en la ubicaci¨®n y construcci¨®n de las centrales nucleares. Alfonso Garcia P¨¦rez plantea la necesidad de un debate cient¨ªfico p¨²blico sobre la cuesti¨®n.Hasta el momento, el Ministerio de Industria no ha llegado a decir no a ning¨²n proyecto nuclear concreto, pese a que todos ellos han sido solicitados sola y exclusivamente por las empresas. ,De resultas del ?boom? nuclear espa?ol (solicitar 13 centrales nucleares en ocho meses es bastante sospechoso) han sido 17 los proyectos totales dados a conocer. De ellos, nueve se han convertido en conflictivos por la acci¨®n de la oposici¨®n popular y municipal. De los ocho restantes -y s¨®lo de ellos se han autorizado ya cinco, que son: Trillo (Guadalajara), Sayago (Zamora), Valdecaballeros (Badajoz), Vandell¨®s (Tarragona) y Xove (Lugo). El resto de los proyectos no han side, autorizados, pero tampoco desautorizados; de entre estos proyectos ?congelados?.
Esquem¨¢ticamente, la contestaci¨®n de las centrales en candelero se resume en lo siguiente: 1) Deva (c. n. Punta Mendaca). -Oposici¨®n del Ayuntamineto de Deva Y otros varios, entre los que se cuenta el de San Sebasti¨¢n; tambi¨¦n se ha opuesto la Diputaci¨®n Provincial. El nivel popular de rechazo es clamoroso. 2) Ea-Isp¨¢ster (C. n.. Oguella). -Oposici¨®n del Ayuntamiento de Isp¨¢ster y otros, incuido Lequeitio. La actividad de la asociaci¨®n ?Por una Costa Vasca No Nuclear?, no permite abrigar dudas, sobre su consistencia. 3) Tudela (c. n. Vergara).-Oposici¨®n de los Ayuntamientos de Tudela y Arguedas, as¨ª como de la Diputaci¨®n Foral de Navarra. 4) Aguilas (c. n. Cabo Cope). -Oposici¨®n de los Ayuntamientos de Aguilas, Lorca, Mazarr¨®n y Pulp¨ª. 5) AImonte (c. n. Asperillo). -Oposici¨®n de los Ayuntamientos de Almonte y Rociana, adem¨¢s de numerosas entidades profesionales y tur¨ªsticas. 6) S¨¢stago (c. n. Arag¨®n).-Oposici¨®n municipal en S¨¢stago y popular en toda la zona de aguas abajo del Ebro. 7) L'Ametlla.- Oposici¨®n popular organizada, que ha arrastrado a la municipal. 8) Chalamera (c. n., Bajo Cinca). -Oposici¨®n multitudinaria, incluyendo decenas de Ayuntamientos. 9) Valencia de Don Juan (c. n. P¨¢ramo).-Oposici¨®n multitudinaria, con la aportaci¨®n de decenas de Ayunt¨¢mientos de la comarca..
Ninguno de estos proyectos ha sido autorizado hasta el momento, pero tampoco ha sido retirado o descalificado. Incluso se han consumado trabajos preparatorios del terreno en todos los casos. Y las empresas insisten en que ?los tr¨¢mites siguen su curso para : que se obtenga la autorizaci¨®n previa
En estas circunstancias y en tanto se van gastando los cartuchos residuales, es decir, mientras quedan proyectos sin oposici¨®n, todo parece ir tirando. Todav¨ªa no se ha intentado estudiar c¨®mo se resolver¨¢ el problema jur¨ªdico planteado por una oposici¨®n amparada en las leyes y basada en argumentos de suficiente peso corno para mantenerse firme. Se trata de la actitud t¨ªpica del avestruz, desplaz¨¢ndose el problema sin resolverlo. El Ministerio de Industria se encuentra entre las, presiones de las compa?¨ªas el¨¦ctricas y la oposici¨®n organizada. Dado que existe el precedente de la autorizaci¨®n del T. Supremo de una autorizaci¨®n ministerial a una central nuclear (Pe?¨ªscola, sentencia del 19-1-73) por existir oposici¨®n municipal, la situaci¨®n se estabiliza en un equilibrio inestable, que contribuye a degradarm¨¢sym¨¢sla,imagen de una Administraci¨®n que dice ser ecu¨¢nime.
Pero aparte de estos nueve problemas formales y expresos, existen, en los tres restantes, extremos de inter¨¦s. En cuanto a la c. n. de San Vicente de la Barquera (?decana? de las aspirantes) est¨¢ claro que su solicitante -Electra de Viesgo- no puede llevarla a cabo por s¨ª sola; se espera que alguna otra empresa le eche una mano (Iberduero parece la m¨¢s indicada, vistos sus innumerables problemas en el Pa¨ªs Vasco ... ). Otra de las encartadas es la c. n. de Tarifa, p¨¦si.mamente elegida en el Estrecho, en uno de los lugares de mayor valor estrat¨¦gico del Mediterr¨¢neo. Aunque no ha habido oposici¨®n visible, es de esperar que razones militares la desaconsejen. Finalmente, el caso de Escatr¨®n, convertido en otro de los blancos de la indignaci¨®n popular aragonesa. Aunque las autoridades locales son favorables, la multiplicaci¨®n de centrales en el Ebro y la oposici¨®n de la comarca de aguas abajo han puesto en grav¨ªsimo aprieto a la Administraci¨®n, comprometida en estudiar, antes, la ?capacidad nuclear del Ebro?.
Adem¨¢s del implacable juego de influencias y forcejeos alrededor del respeto o el desprecio a la opini¨®n p¨²blica, es perfectamente visible la pugna entre las compa?¨ªas el¨¦ctricas por conservar y exigir el puesto que les corresponde a cada una en el ?ranking? nuclear. La actual distribuci¨®n de potencia nuclear en funcionamiento, construcci¨®n o autorizada es rigurosamente proporcional a la importancia de la empresa, dentro del sector el¨¦ctrico. Este es el escalaf¨®n:
1) Iberduero: 3.020 Mw. (230 de Garo?a, 1.860 de Lem¨®niz y 930 de Sayago).
2) H. Espa?ola: 2.570 Mw. (620 de Almaraz, 975 de Cofrentes y 975 de Valdecaballeros).
- 3) Fecsa: 2.420 Mw. (115 de Vandell¨®s 1, 930 de Ase¨® 1, 370 de Ase¨® 11, 930 de Vandell¨®s 11 y 75 de Vandell¨®s III).
4) U. El¨¦ctrica: 2.380 Mw. (160 de Zorita, 620 de Almaraz, 600 de Trillo I y 1.000 de Trillo II).
5) C. Sevillana: 1.595 Mw. (620 de Almaraz y 975 de Valdecaballeros).
6) Enher: 1.025 Mw. (115 de Vandell¨®s 1, 3.70 de Asc¨® I y 540 de Vandell¨®s III).
7) Fenosa: 600 Mw. (Regodela).
8) H. Catalu?a: 530 Mw. (115 de Vandell¨®s 1, 140 de Ase¨® 11 y 280 de Vandell¨®s III).
9) E. Viesgo: 430 Mw. (230 de Garo?a y 200 de Regodela).
Y no ha sido f¨¢cil mantener el debido orden en la clasificaci¨®n. Iberduero, ante el estruendoso fracaso de sus cinco centrales para el Pa¨ªs Vasco, consigui¨®, que se le autorizara la de Sayago, en un remoto lugar donde nunca se pens¨®, realmente, construirla. H¨ªdrola, debido a los problemas de Aguilas, solicit¨® r¨¢pidamente el proyecto de Valdecaballeros, consiguiendo su autorizaci¨®n en tiempo r¨¦cord. Fecsa ha tenido que imponer la ?redistribuci¨®n? de las participaciones en Vandell¨®s II, qued¨¢ndose enteramente como due?a y manteniendo un 8 por 100 en el tercer grupo: la oposici¨®n de L'Ametlla la ha obligado. U. El¨¦ctrica, desahogada, ha acogido, en Trillo, a las angustiadas E. Reunidas y E. I. Aragonesas, frenadas en S¨¢stago. Sevillana se ha aliado con Hidrola en Valdecaballeros al no prosperar ni Almonte ni Tarifa. Y as¨ª...
Como resumen, parece suficientemente claro que los movimientos subterr¨¢neos en torno a los proyectos nucleares espa?oles contienen elementos ciertamente intranquilizadores. No todo, desde luego, es trigo limpio .... ni resulta f¨¢cil admitir que el programa nuclear se est¨¦ llevando a cabo con la pureza de proceder y de intenci¨®n con que se pretende mostrar.
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