Cruyff, plato fuerte
Hoy, domingo, el horizonte del f¨²tbol est¨¢ dominado por el Barcelona-Madrid, pero este dominio est¨¢ rebajado, como a la violeta. Sucede demasiado pronto en el calendario, con la Liga a poca presi¨®n a¨²n y m¨¢s que en ninguna ocasi¨®n significa, lisa y llanamente, dos puntos de vendimia en el mes apropiado para vendimiar. Y aunque el Barcelona sea m¨¢s que un club, ni siquiera encontrar¨¢n mucho trecho, o al menos tanto trecho como en otros partidos del mismo t¨ªtulo, los ecos recientes de la Diada, aunque tampoco es de descartar que, cuando el juego entre en calor, se reaviven. Pero el inter¨¦s m¨¢s interesante en el encuentro est¨¢ en que la estrella de sus prel¨ªminares es, una vez m¨¢s, Johan Cruvff.La mayor¨ªa de la afici¨®n que sigue el f¨²tbol est¨¢ deseando saber a qu¨¦ atenerse con Cruyff al comenzar su temporada definitiva, iniciando el cuarto a?o de su contrato con el club. Esta curiosidad es, por supuesto, en el caso de los barcelonistas, bastante dram¨¢tica y tensa, aunque se lo callen. Los contratos de los futbolistas extranjeros por tres a?os suelen tener una estructura parecida a la de la sonata en que a un allegro sigue un andante o un adagio para rematar con el allegro m¨¢s brillante. En el primer a?o aparecen en su valor, en el segundo se reservan y en el tercero aprietan otra vez para revalorizar sus nuevos t¨¦rminos contractuales, con el club o cara al mercado libre. Por eso no es de extra?ar que Leivinha por ejemplo, juegue m¨¢s desva¨ªdo ahora que en la temporada pasada. Pero la actuaci¨®n de Cruyff, que comenz¨® con un allegro brillant¨ªsimo que dio al Barcelona el t¨ªtulo de Liga que persegu¨ªa obsesivamente, fue seguida con un apenas andante en la segunda instancia y a¨²n peor, por un adagio desmayado en la tercera, de lo que se ech¨® la culpa al entrenador Weisweiler, cesante con rapidez.
Por eso la gente se pregunta d¨®nde est¨¢ Cruyff y cu¨¢l es su aut¨¦ntica Cotizaci¨®n futbol¨ªstica hoy en el Barcelona. ?Cu¨¢l va a ser el tempo de la cuarta temporada? Mala se?al es que se deje entrever que va a ser la ¨²ltima. ?La acabar¨¢ en beaut¨¦ o para quedar en facha de un nuevo contrato que gestionara su suegro Cooster, lo m¨¢s indemne posible contando con que su carrera como futbolista se acerca a la treintena? De Cruyff se sabe fijamente que en exhibiciones y partidos cuesta abajo juega excelentemente y por eso en el trofeo Gamper y en la apertura de la Liga en el Nou Camp lo hizo de acuerdo con su rango. Pero una vez m¨¢s en Santander -derrota del ?Bar?a?- estuvo oscurecido y ha tra¨ªdo una misteriosa conmoci¨®n que le ha impedido viajar en Copa de la UEFA a Lisboa. ?Va a ser una temporada m¨¢s el as que no sufre, como sufren si hace falta los ases ciclistas en la carretera por muchos gregarios o escuderos que le ayuden?
La gente y m¨¢s la gente catalana a quien el caso le toca m¨¢s de cerca, quiere salir de duda en la medida que respecto al Cruyff actual, teniendo como precedente los diversos tiempos de su sonata azul y grana, pueden conjugarse los t¨¦rminos de lo caro, lo bel lo y lo ¨²til. Util al club en el campo, naturalmente o a otras estructuras. El partido de hoy es de los partidos en casa, ante el rostro de, los padres, como dec¨ªa Virgilio, pero no se trata de un partido f¨¢cil porque los que se juegan entre el Madrid y el Barcelona no lo son sino disputados de juego, y muchas veces arduos de ambiente.
Hay posibilidades a favor y en contra de un gran juego de Cruyff que esta vez se individualizar¨¢ destacado en el que haga su equipo. Si no contribuye de modo eminente en el aplastamiento y puesta de espaldas del Madrid, se establecer¨¢ un presagio sobre el cariz de su actual y tal vez ¨²ltima temporada decorando el f¨²tbol espa?ol. Y a la vez har¨¢ nacer dudas, tal vez t¨¢citas todav¨ªa, de para qu¨¦ diablos sirve tanta sublimidad y tanto dinero si no sirve contra el Madrid como sirvi¨® el 10 de febrero de 1974 con el 0-5 de Chamart¨ªn. Si el Barcelona-Madrid es el men¨² del d¨ªa, el plato culminante se llama Cruyff, cuya presencia o ausencia se medir¨¢ en mil¨ªmetros.
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