Las fundaciones alemanas llegan adonde no llega el Estado
Determinadas instituciones con una voluntad internacional clara ayudan a la formaci¨®n de la pol¨ªtica exterior de un Estado. ?Una instituci¨®n privada como ¨¦sta -me dice el doctor G¨¹nter Grunwald, director de la Friedrich Ebert Stiftung, radicada en Bonn-, puede realizar en el extranjero una canti dad de cosas que una organizaci¨®n estatal no puede.? Coincide con este juicio el doctor Josef Thesing, de la fundaci¨®n Konrad Ade nauer: ?Determinadas fundacio nes privadas obtienen una finan ciaci¨®n del Estado, cuando se considera que su tarea es ¨²til al pueblo alem¨¢n. Considere el Chile de Pinochet. El Gobierno no est¨¢ seguro de que cualquier ayuda sir va para el desarrollo social del pueblo; por eso nos conf¨ªa unos medios que damos, como ayuda al desarrollo econ¨®mico y social, a grupos de Chile.?Las fundaciones est¨¢n ligadas a los partidos pol¨ªticos: la Ebert a la socialdemocracia, y la Adenatier a la DC. Hay una tercera, la Friedrich Neuman, ligada al Partido Liberal., Las instituciones son aut¨®nomas; se autofinancian en su acci¨®n interior y organizaci¨®n, y reciben ayuda para su acci¨®n posterior. Estos ¨²ltimos fondos son yotados por el Parlamento. ?No somos una instituci¨®n neutral -me dice Thesing-. Somos una instituci¨®n de partido.? La fundaci¨®n tiene abierto un Instituto de Solidaridad Internacional, que no s¨®lo canaliza el apoyo a otros partidos cristianodem¨®cratas, sino que aconseja a los pol¨ªticos democristianos en el poder la acci¨®n exterior en Asia, Africa y Latinoam¨¦rica.
El doctor Steinberg me explica la acci¨®n de la Friedrich Neuman: ?Lo que hacemos es enviar gente que representa a la organizaci¨®n en el extranjero, oficialmente, y que hace su labor en cooperaci¨®n con sociedades afines que all¨ª puedan existir, sociedades liberales a ser posible. Nosotros entregamos cantidades para la realizaci¨®n de un proyecto, pero su ejecuci¨®n no depende ya de nosotros. De acuerdo con la tradici¨®n liberal, esta fundaci¨®n se contenta con suscitar la inquietud ciudadana por los problemas p¨²blicos y sociales, sin un inter¨¦s de partido.?
El decano de las fundaciones es la Friedrich Ebert, fundada en 1928, disuelta en 1933 y restablecida en 1945. ?Nuestros ideales -me dice el doctor Grunwald- se basan en el testamento de Ebert, que dec¨ªa que hab¨ªa que superar la derrota e incrementar la cooperaci¨®n europea. Tambi¨¦n se?alaba Ebert la necesidad de fomentar el talento de, los estudiantes hijos de trabajadores, para facilitarles el acceso a la Universidad.? Al final de la II Guerra Mundial, la Friedrich Ebert ten¨ªa m¨¢s experiencia que los pocos diplom¨¢ticos a¨²n ¨²tiles a la democracia. Antes de la ¨²ltima contienda, la fundaci¨®n hab¨ªa tenido 150 becarios; desde 1945 ha dado 2.500 becas a socialistas europeos, sobre todo aquellos con dificultades pol¨ªticas en su tierra. Mario Soares y un hijo del profesor Tierno son dos de los beneficiados por el apoyo Ebert.
?La fundaci¨®n -a?ade Grunwald- no es un mero grupo de investigaci¨®n, que espera que sus libros se lean, sino que participa en la formaci¨®n de decisiones. No s¨®lo penetramos en el terreno de las concepciones pol¨ªticas, sino que producimos t¨¦cnicas operativas. Esperamos que algunas de nuestras concepciones se realicen.? Naturalmente, ello se hace a trav¨¦s de las vinculaciones con el Partido Socialdem¨®crata. El doctor Grunwald me informa que todos los asuntos concernientes a Espa?a los ha tomado ¨¦l en su mano, dada la prioridad que tiene ahora en Europa.
Todas estas iniciativas prueban que la pol¨ªtica exterior no es el resultado de departamentos de planificaci¨®n, o misi¨®n de una casta profesionalizada, y ni siquiera predio particular de los ministros del ramo o del Gobierno, sino acompa?ante inseparable de la pol¨ªtica toda, entendida como tarea de la comunidad y formulaci¨®n de fines de la colectividad. Por eso, la participaci¨®n en la pol¨ªtica exterior es tarea de todos.
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