La informaci¨®n sobre la muerte de Mao

La muerte de Mao Tse-tung ha puesto de manifiesto la falta de una prensa independiente en Espa?a, respecto de los prejuicios ideol¨®gicos que se han enquistado en este pa¨ªs despu¨¦s de cuarenta a?os de tergiversaci¨®n y manipulaci¨®n sistem¨¢tica de la informaci¨®n pol¨ªtica. La precariedad informativa, no exenta de un cierto sectarismo, con la que ha sido recogida aquella noticia en EL PAIS, uno de los pocos peri¨®dicos que aspiran sin duda a dignificar la informaci¨®n, a la vez que a profundizar en su an¨¢lisis, impide formarse una interpretaci¨®n coherente acerca del l¨ªder revolucionario.La trascendencia hist¨®rica y pol¨ªtica de la obra de Mao parece innegable. Su influencia en la construci¨®n de la China moderna con 800 millones de personas, su aportaci¨®n al ensanchamiento del campo socialista, su labor en las luchas de liberaci¨®n de los pueblos sojuzgados por el imperialismo, as¨ª como la influencia en la conformaci¨®n de la relaci¨®n de fuerzas a escala planetaria, en la que China intenta introducir una cu?a en el orden bipolar sovi¨¦ tico-a me ricano, son hechos con los qu e se puede estar de acuerdo o discrepar, pero en ning¨²n caso relegar a una noticia delunas pocas l¨ªneas m¨¢s de las habituales.

La pr¨¢ctica normal, ante noticias de similar trascendencia, de Le Monde, peri¨®dico al que nadie .puede apostillar de mao¨ªsta es un ejemplo. En las catorce p¨¢ginas de los d¨ªas 10 y 11, adem¨¢s de los editoriales, se analiza la informaci¨®n imprescindible para que el lector medio pueda formarse una idea m¨ªnimamente precisa acerca de a significaci¨®n de la obra del l¨ªder desaparecido.

El problema que se plantea aqui no es el que EL PAIS deba de calcar el modelo period¨ªstico de Le Monde, sino el de se?alar el hecho de que a pesar de las esperanzas suscitadas con la aparici¨®n del rotativo madrile?o, en este a¨ªs parece que seguimos careciendo de una prensa que analice la informaci¨®n y lo haga desde posiciones ideol¨®gicas dependientes.