Callaghan domina a la izquierda y frena el avance de la derecha laborista
La conferencia que el Partido Laborista brit¨¢nico comenz¨® a celebrar ayer en Blackpool no servir¨¢ para desautorizar las posiciones que ahora mantienen el Gobierno y, con ¨¦l, el primer ministro, Callaghan, que acude este a?o a la asamblea de su partido, ostentando por primera vez el cargo de l¨ªder.
Callaghan no quiere que la izquierda laborista tome la iniciativa, y tampoco est¨¢ dispuesto a permitir que la derecha se le desmande. En dos ocasiones, el sucesor de Wilson ha ganado sendas batallas en ese sentido en los d¨ªas previos a la conferencia.El ejecutivo del partido, que est¨¢ dominado por facciones izquierdistas, ha rechazado dos mociones en las que se condenaba la pol¨ªtica econ¨®mica del Gobierno, y, por tanto, ha apoyado la postura del l¨ªder laborista. Al fallar el ejecutivo en su intenci¨®n de obligar al Gabinete a reconsiderar su estrategia, lo que podr¨ªa haberse convertido en una ?asamblea caliente?, trasforma ahora a ¨¦sta en una conferencia de tr¨¢mite para Callaghan.
El primer ministro ha conseguido, adem¨¢s, que, a pesar de la presi¨®n de la izquierda, los miembros de su Gobierno que forman parte del grupo ?rebelde? ?tribune?, expresen su apoyo a lo que Callaghan ha venido haciendo para detener la inflaci¨®n y reducir el desempleo. Entre esas medidas est¨¢ la reducci¨®n progresiva del gasto p¨²blico, que es una pol¨ªtica que la izquierda desaprueba enteramente. La prueba de lealtad dada por los ministros izquierdistas durante los d¨ªas previos a la conferencia la ha querido pagar James Callaghan de alguna manera.
El primer ministro ha tenido que intervenir para desautorizar al ala de centro-derecha del partido, que cre¨ªa contar con su apoyo incondicional. El l¨ªder conocido de esa facci¨®n, que se llama a s¨ª misma socialdem¨®crata, es Reginald Prentice, ministro para Asuntos Relacionados con los pa¨ªses del Tercer Mundo. Prentice hab¨ªa preparado un discurso en el que criticaba duramente las posiciones de la izquierda del partido, algunas de las cuales han sido introducidas en el manifiesto laborista. Callaghan no ha aprobado el ataque y ha llamado la atenci¨®n a Prentice. La actitud de Callaghan es significativa, porque, como dec¨ªamos al principio de esta cr¨®nica, indica que el l¨ªder laborista que tiene posiciones de centro, pretende equilibrar la balanza del partido del mismo modo que lo hizo Harold Wilson. As¨ª, mientras consigue victorias sobre la izquierda, le corta las alas a la derecha, que podr¨ªa sentirse facultada para tomar las riendas pol¨ªticas del laborismo.
Para llamar al orden a la socialdemocracia, Callaghan ha aprovechado una ocasi¨®n que no se le hab¨ªa presentado hasta ahora, El jefe natural de ese grupo ha sido hasta ahora Roy Jenkins, el ex ministro del Interior y futuro presidente de la Comisi¨®n Europea. Con Jenkins en el Gabinete, en el partido y en el pa¨ªs, Callaghan quiz¨¢ no le hubiera manifestado tan abiertamente condenatorio de las posiciones de Prentice, que hasta ahora hab¨ªa sido un portavoz cualificativo del ex ministro.
Prentice es un hombre con menos prestigio que Jenkins, en quien se aprecian virtudes que en Gran Breta?a se entroncan con las tradiciones democr¨¢ticas del Reino Unido. Las posiciones del ministro para Asuntos del Tercer Mundo son muy d¨¦biles, primero porque no tiene apoyo gubernamental en y este momento, con Jenkins fuera del Gabinete, y en segundo lugar, porque su propia regi¨®n electoral, lo ha desautorizado como candidato del partido para las pr¨®ximas elecciones generales.
As¨ª, al desautorizar Callaghan las opiniones de la ?socialdemocracia? sobre el manifiesto del partido, no ha puesto al laborismo en riesgo de divisi¨®n.
Al rev¨¦s, en cierto sentido lo ha unido m¨¢s porque la izquierda, que en esta conferencia pudiera haber hecho mucho ruido, se ha sentido satisfecha ante la reprimenda que el l¨ªder laborista le ha hecho a Reginald Prentice.
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