Portugal: veinte fincas desocupadas sin incidentes
El desalojo de las fincas ilegalmente ocupadas por los trabajadores ha comenzado. Hasta el momento, en los dos primeros d¨ªas del ?programa de intervenci¨®n?, han sido ya desocupadas alrededor de veinte fincas y no se han producido incidentes de ning¨²n tipo. No ha sido necesaria la intervenci¨®n del Ej¨¦rcito ni la de las Fuerzas de la Guardia Nacional Republicana.De una forma burocr¨¢tica, funcionarios del Ministerio de Agricultura comunican a les trabajadores ocupantes que tienen que abandonar la propiedad. Se firman los papeles pertinentes y a continuaci¨®n la finca vuelve a sus anteriores due?os o en caso de abandono, al Estado, de forma temporal. Despu¨¦s, los jornaleros se marchan a sus casas.
En ninguna de las veinte fincas desocupadas hasta el momento se han producido incidentes y se espera que tampoco se produzcan en las ochenta y una que faltan por desocupar. A que las cosas hayan transcurrido as¨ª de f¨¢ciles ha contribuido esencialmente la posici¨®n del Partido Comunista que, en este asunto, muestra una actitud decididamente colaborante con el Gobierno socialista presidido por., Marlo Soares. Hace unos d¨ªas millares de trabajadores alentejanos, dirigidos por l¨ªderes sindicales comunistas y socialistas, se mostraron de acuerdo con el desalojo de las fincas ilegalmente ocupadas.
Los comunistas lusos est¨¢n de acuerdo con el Gobierno en la cuesti¨®n del abandono de esas fincas, pero reivindican el cumplimiento ¨ªntegro de la ley de Reforma Agraria que dispone la expropiaci¨®n de 400.000 hect¨¢reas m¨¢s de tierra. La Uni¨®n Democr¨¢tica Popular (UDP) no mantiene una posici¨®n tan colaborante, pero se limita a exigir ?vigilancia a los trabajadores alentejanos, sin plantear una oposici¨®n abierta a las desocupaciones.
As¨ª pues, la ?guerra del Alentejo? que ?hubiera favorecido a las fuerzas conservadoras?, seg¨²n ha declarado el ministro Lopes Cerduro, no se ha producido. Un conflicto generalizado y violento en el Alentejo les hubiera permitido aislar a¨²n m¨¢s a los comunistas y desprestigiar a los socialistas, piensan en Lisboa observadores de izquierda.
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