Don Marcelo
Monse?or Gonz¨¢lez Mart¨ªn, o sea don Marcelo, como le dec¨ªamos en Valladolid, ha hablado en la conmemoraci¨®n del Alc¨¢zar toledano:-Eso de las dos Espa?as va resultando un t¨®pico demasiado gastado-, ha dicho.
Bueno, don Marcelo, pero ah¨ª est¨¢n Coordinaci¨®n Democr¨¢tica y la gran coalici¨®n centro-derecha, o sea Alianza Popular, m¨¢s conocida por la Santa Alianza. Otra vez las dos Espa?as, ?no? Digo yo.
-Nada de eso- salta Ruiz Gallard¨®n-. La Alianza Popular es eminentemente unificadora.
Cada cual se unifica a s¨ª mismo, claro. Don Marcelo se revel¨® en el Valladolid de los a?os 50 como orador sagrado de misa de una en la catedral, y hac¨ªa demagogia elegante, sacaba dinero alos ricos para repartir entre los pobres, pero una vez dirigi¨® una carta a mi familia, en la que dec¨ªa: ?Es una pena que los pobres mientan tanto?.
Y c¨®mo no van a mentir los pobres, don Marcelo. El otro d¨ªa lo recordaba yo aqu¨ª, parafraseando a Cocteau: qu¨¦ ser¨ªa de los ni?os sin la desobediencia y qu¨¦ ser¨ªa de los pobres sin la mentira. Don Marcelo paseaba por mi calle con gafas negras, leyendo un libro y rodeado de muchachitas piadosas, ni?as bien de velo y misalito. Se ve¨ªa que iba para pr¨ªncipe de la Iglesia.
-Que nuestras discrepancias no sean nunca tan desmedidas que provoquen reacciones capaces de generar odio fraticida.
Con haber cambiado los tiempos, don Marcelo habla m¨¢s moderado que en la misa dominical y provinciana. Ahora es cardenal primado de Espa?a y dice no entender de programas pol¨ªticos. A m¨ª me parece que cuando un cardenal huye de la Historia es como cuando Heidi huye a la monta?a: un escapismo;
No hay m¨¢s que contrastar la pol¨ªtica toledana de don Marcelo con la pol¨ªtica progresista de Taranc¨®n para ver que la Iglesia espa?ola, hoy, tiene dos frentes: uno en el cielo y otro en la tierra. En el cielo, o por lo menos en Toledo, que tambi¨¦n est¨¢ alto.
-Eso son maniobras. Lo tienen todo pensado. Est¨¢n de acuerdo-, me dice el quiosquero, que es anticlerical como todos los pobres ilustrados.
-Hombre, le dir¨¦...
A los que fueron jesuitas y se han salido no les gusta que se lo recuerden, en todo caso. Los supervivientes del asedio al Alc¨¢zar de Toledo han conmemorado hoy el XI Aniversario de su liberaci¨®n por el Ej¨¦rcito de Franco, con el traslado procesional de la Virgen del Alc¨¢zar desde la catedral a la famosa fortaleza. Aquel episodio b¨¦lico se rememora, como tantos otros, en un filme de Basilio Patino que ahora ha sido estrenado en el Pa¨ªs Vasco y retirado de los cines porque el p¨²blico lo ha encontrado franquista, dicen. Canciones para despu¨¦s de una guerra es una fina y doliente iron¨ªa sobre el franquismo, pero parece que el Pa¨ªs Vasco est¨¢ para iron¨ªas. Ni el Pa¨ªs Vasco ni el resto de la Pen¨ªnsula. Mientras toda Espa?a en pie, en el estadio del Manzanares han levantado vallas mantener a la afici¨®n, pero no es posible vallar una naci¨®n entera.
Recaman do como un obispo de Mir¨®, don Marcelo ha discho en su homil¨ªa en Toledo que impedir que nos ahoguemos en las aguas podridas del ansia de dinero, los negocios sucios, las infidelidades en el matrimonio, la pornograf¨ªa, el amor animalizado y la subcultura presentada como modernidad y progreso. O sea, un milenarismo catastrofista. Don Marcelo, que ve¨ªa Valladolid desde el p¨²lpito a vista de Esp¨ªritu Santo, a hora ve Espa?a y el mundo desde Toledo como desde el cielo. Ignora los programas pol¨ªticos e invoca a la Virgen del Alc¨¢zar. No cree en las dos Espa?as, pero ya en Valladolid ¨¦l era un cura de una Espa?a y yo un ni?o de la otra. A lo mejor las dos eran la misma, pero en la m¨ªa se com¨ªa peor.
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