Alarma en el congreso laborista ante la situaci¨®n econ¨®mica brit¨¢nica
La ca¨ªda de la esterlina, los desesperados esfuerzos del Gobierno y del Banco de Inglaterra para sostenerla y la alarma ante la crisis econ¨®mica general, que se agrava d¨ªa a d¨ªa, han dominado en las ¨²ltimas 48 horas el ambiente de la conferencia del Partido Laborista. Ni siquiera los debates que en otro tiempo hubieran desatado la pasi¨®n de los delegados, como los referidos al Mercado Com¨²n, y a las relaciones raciales fueron capaces de atraer la atenci¨®n de la mayor parte de los que asisten a este congreso.
Tanto ministros como delegados y ,periodistas estaban m¨¢s pendientes de los circuitos cerrados de televisi¨®n en los que se iba informando de una de las crisis m¨¢s dram¨¢ticas que la econom¨ªa brit¨¢nica ha padecido desde que la presente administraci¨®n laborista est¨¢ en el poder..A pesar de la tensi¨®n que el estado de la libra ha creado en el marco de la conferencia, el primer ministro, Callaghan no ha podido abandonar los principales debates, como el ya se?alado acerca del Mercado Com¨²n. Concretamente, la asamblea aprob¨® una resoluci¨®n en la que se condena en los t¨¦rminos m¨¢s duros la decisi¨®n gubernamental de aceptar el principio de las elecciones directas para el Parlamento Europeo sin antes haber escuchado la opini¨®n mayoritaria de la conferencia laborista, que, como dijo un antimercadista ?es el parlamento del partido?.
Esa moci¨®n de censura va a tener poco efecto en las pr¨®ximas elecciones europeas, puesto que, como ya se ha dicho, la decisi¨®n ha sido tomada, y Londres ya se ha comprometido a aceptar lo aprobado en Bruselas.
De todos modos, para el primer ministro, Callaghan, la votaci¨®n result¨® especialmente embarazosa. Para que la moci¨®n triunfara, lan Mikardo, l¨ªder del grupo izquierdista Tribune, cit¨® varias frases pertenecientes a pasados discursos de Callaghan, en los que ¨¦ste hablaba del peligro que la convivencia con Europa iba a ocasionarle a la democracia brit¨¢nica.
Preocupaci¨®n por la econom¨ªa
Como ya se ha sugerido, ni siquiera esas cr¨ªticas han podido concentrar el inter¨¦s de la asamblea, que se ha desviado inevitablemente hacia la principal obsesi¨®n de estos d¨ªas: la libra. La presi¨®n exterior, que ha obligado a intervenir al Banco de Inglaterra y que ha hecho que gran Breta?a pida un cr¨¦dito de 4.000 milliones de d¨®lares al Fondo Monetario Internacional, ha sido duramente criticada en los pasillos de la asamblea. Tanto para los miembros del Partido Laborista como para los sindicalistas que pertenecen al movimiento, esa presi¨®n exterior se est¨¢ acentuando ahora para obligar a la Administraci¨®n a seguir recortando el gasto p¨²blico y a hacer caso omiso de las resoluciones de car¨¢cter socialista que la asamblea decida tomar.De hecho, jam¨¢s una conferencia del partido se hab¨ªa realizado dentro de una tensi¨®n econ¨®mica tan poderosa y tan bien orquestada. Se concret¨® cuando Callaghan se dirigi¨® a los miembros de su partido el pasado martes y se aceler¨® en las horas sucesivas hasta el punto que oblig¨® al ejecutivo del partido (NEC), de car¨¢cter izquierdista, a lanzar una declaraci¨®n de apoyo a la pol¨ªtica que hasta ahora hab¨ªa venido siguiendo el Gobierno, con el que en un principio se crey¨® que la Administraci¨®n tendr¨ªa que hacer uso de medidas sugeridas por la izquierda para hacer frente a la crisis, aunque ayer se estimaba que lo que Callaghan iba a hacer, por el momento, era consolidar la esterlina, pidiendo prestado de nuevo y obligado al Banco de Inglaterra a subir por tercera vez este a?o el tipo de inter¨¦s. En el pasado, esas f¨®rmulas no han dado resultado alguno.
Se piensa ahora que el pr¨¦stamo solicitado al FMI resolver¨¢ moment¨¢neamente el problema. Esa es la posici¨®n que el ministro de Hacienda, Healey, defendi¨® ayer ante la asamblea, aunque los cr¨ªticos del Gobierno consideran que una dr¨¢stica reducci¨®n de la importaci¨®n es el ¨²nico medio a seguir.
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