Los generales De Santiago e Iniesta, pasados a la reserva
Dos hechos de relieve destacan en el Consejo de Ministros celebrado ayer: el pase a la reserva de los tenientes generales se?ores De Santiago e Iniesta, y la ausencia de medidas para hacer frente a la crisis econ¨®mica.
El cese de los generales De Santiago e Iniesta, es una prueba de la seguridad con que operan hoy, en un clima de distensi¨®n y control, los ministros militares. El gesto de los generales De Santiago e Iniesta, que manifestaron su discrepancia abierta del rumbo pol¨ªtico oficial en sendas cartas p¨²blicas, ha sido saldado con toda naturalidad por una medida administrativa que sit¨²a en la reserva a dos tenientes generales que hab¨ªan pasado ya a la situaci¨®n ?B?, esto es, fuera del mando de armas. El se?or Iniesta estaba en esta situaci¨®n desde el mes de mayo de 1974; el se?or De Santiago pas¨® a la ?B,> en julio de este a?o.Oposici¨®n a la reforma sindical
La reforma sindical propuesta por el ministro De la Mata provoc¨® la oposici¨®n frontal del anterior vicepresidente militar, reticente ya a muchos proyectos reformistas de ¨¦ste y del anterior Gobierno. Esta oposici¨®n frontal del general De Santiago dio lugar a su cese, r¨¢pido y tajante, por el jefe del Gobierno. El car¨¢cter con que se produjo este .cese dio lugar a la incomodidad de algunos compa?eros de armas. del teniente general cesado. Hubo algunos mensajes de solidaridad por parte de generales, en su mayor¨ªa de la reserva. Pero el ¨²nico gesto p¨²blico se debi¨® al teniente general Iniesta , conocido por su franquismo a ultranza. Iniesta, conocido por su franquismo a ultranza.
La carta de Iniesta
El se?or Iniesta, que tambi¨¦n es consejero nacional y procurador en Cortes, escribi¨® una carta de solidaridad al general De Santiago; la carta, reproducida por el diario El Alc¨¢zar, alud¨ªa reticentemente a la lecci¨®n de honradez y patriotismo que hab¨ªa supuesto su renuncia al cargo (cuando en realidad se trataba de un cese), haci¨¦ndose menci¨®n tambi¨¦n del sagrado juramento pr estado.
Aunque la carta del general Iniesta -escrita en t¨¦rminos grandlilocuentes y ambiguos- fuera publicada, no lo fue la del general De Santiago. Este, en su escrito a varios generales, matizaba la actitud derivada de la reuni¨®n mantenida por el presidente del Gobierno con los mandos militares: se dec¨ªa que los generales se hab¨ªan limitado a conocer los proyectos del se?or Su¨¢rez y tomar nota.
Ahora, tras la medida acordada por el Gobierno respecto a los generales Iniesta y De Santiago, las dudas han quedado disueltas y reafirmada la autoridad de los mandos militares que ocupan los primeros puestos de responsabilidad.
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Los generales De Santiago e Iniesta, pasados a la reserva
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Tras el anuncio de fusi¨®n de varias tendencias de la derecha franquista, se estudia desde el Gobierno la creaci¨®n de un gran partido de centro, que agrupe las tendencias democristianas y tecnocr¨¢ticas hoy representadas en el equipo de Adolfo Su¨¢rez.
La nueva formaci¨®n no postular¨ªa la, continuidad del R¨¦gimen sino una transformaci¨®n gradual de la legalidad actual rivalizar¨ªa, por tanto en unas futuras elecci¨®nes, con el partido drechista que aspiran a Incabezar los se?ores Fraga, L¨®pez Rod¨®, Silva, Esteruelas y Fern¨¢ndez de la Mora.`
Algunos c¨ªrculos pol¨ªticos indican ya el nombre del, l¨ªder del nuevo, partido Adolfo Su¨¢rez, actual presidente del Gobierno. Se afirma que, el ex ministro Fraga hizo una aproximaci¨®n a Adolfo Su¨¢rez, mostr¨¢ndose dispuesto a estudiar, con ciertas condiciones, la formaci¨®n de un gran. partido, centrista. Esa aproximaci¨®n no parece haber recibido respuesta dede las ¨¢.reas gubernamentales y de ah¨ª. la decisi¨®n ¨²ltima del se?or Fraga de lanzarse a la batalla electoral desde. una plataforma. netamente conservadora.
Parece como si, en la fase previa de una larga etapa electoral, el Goblern¨®.no quisiera permanecer ausente o disminuido ante un bloque amplio de oposici¨®n democr¨¢tica y una derecha tradicional defensora de los intereses del franquismo. Algunas personalidades pr¨®ximas al Gobierno tratan ahora de negociar con Ios sectores que por la de derecha; no desean incorporarse a la operaci¨®n Fraga y por otro lado con los grupos que en.las zonas fronteras a la oposici¨®n (Fedisa, T¨¢citos, etc¨¦tera), podr¨ªan constituir el ala m¨¢s progresista del nuevo partido gubernamental.
Algunos sectores han contemplado con escepticismo este intento dirigido desde el Gobierno. Otros han recordadoel presidente de Portela Valladares, presidente del Gobierno, antes de las elecciones de febrero de 1936. Portela vio fracasa, su proyecto de tercera v¨ªa desde el poder, arrollado por una derecha y una izquierda indiscutidas y dominantes.
Medios pr¨®ximos al Gobierno siguen insistiendo en la verosimilitud de una crisis ministerial de proporciones limitadas. Tres ministros podr¨ªan cambiar: los de Hacienda, In formaci¨®n y Sindicatos. El primero podr¨ªa ser sustituido por el actual titular de Justicia, L¨¢ndelino Lavilla, o por el de Obras P¨²blicas, Leopoldo Calvo Sotelo. El cese del se?or De la Mata podr¨ªa fundarse en una serie de innecesarios roces producidos por su proyecto de suprimir la declaraci¨®n XIII del Fuero del Trabajo, a fin de abordar el cambio de la estructura sindical desde el reconocimiento gradual de las organizaciones de trabajadores hoy no reconocidas. Se ha apuntado tambi¨¦n en las ¨²ltimas horas, una disensi¨®n creciente entre el presidente Su¨¢rez y el ministro de la Gobernaci¨®n. Los ministros de etiqueta democristi¨¢na se han mantenido al margen de los ¨²ltimos movimientos, aunque tambi¨¦n pueda considerarse muy diluida la supuesta estrategia conjunta de este grupo de ministros: de un lado, las diferencias de Alfonso Osorio con los se?ores, Oreja y Lavilla parece haberse pronunciado en los ¨²ltimos d¨ªas. El equipo econ¨®mico podr¨ªa atravesar muchas dificultades se ha comentado el hecho de que la Comisi¨®n Delegada, haya permanecido reunida, casi sin interrupci¨®n, durante tres d¨ªas, sin que se haya logrado un acuerdo b¨¢sico sobre medidas para hacer frente a la grave situaci¨®n econ¨®mica. Al parecer, se ha discutido largamente so bre la eventual suspensi¨®n del art¨ªculo 35 (regulador del despido) de la ley de Relaciones Laborales, sobre el sistema de topes salariales y sobre la flexibilizaci¨®n de la huelga.
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