As¨ª fue depurado Antonio Machado
Fue expedientado tras su muerte
El Servicio de Publicaciones del Ministerio de Educaci¨®n y Ciencia ha iniciado una llamada Colecci¨®n de Expedientes administrativos de grandes espa?oles, cuyo primer volumen, en gran formato y edici¨®n de lujo, contiene, reproducido en facs¨ªmil, todo el expediente acad¨¦mico y profesional de Antonio Machado, como contribuci¨®n al centenario del nacimiento del poeta. La idea de esta colecci¨®n nos parece excelente, ya que permitir¨¢ poner a disposici¨®n de los lectores e investigadores documentos curiosos y ¨²tiles para la biograf¨ªa de figuras gloriosas de nuestra cultura, viejos papeles que suelen dormir, olvidados, en los archivos de nuestros ministerios y organismos oficiales.Este primer volumen consagrado al autor de Campos de Castilla lleva un pr¨®logo de don Juan Velarde Fuertes -a quien se debe el proyecto de la colecci¨®n- y dos trabajos previos: un penetrante ensayo de Luis Rosales sobre la poes¨ªa de Machado, y un Ep¨ªlogo administrativo sobre un recuerdo de Antonio Machado, de don Angel Cerrolaza, colaborador de la edici¨®n. L¨¢stima que el pr¨®logo del Sr. Velarde, escrito en el mejor estilo falangista de los a?os cuarenta, pretenda, a estas alturas, rescatar al poeta para la Falange y el franquismo. La intervenci¨®n puede ser buena, pero llega algo tarde. ?Creo -escribe el Sr. Velarde- que la publicaci¨®n de todo el expediente machadiano, por orden de un ministro que en los momentos dif¨ªciles gusta de poner en su solapa las flechas yugadas sobre los dos luceros de Consejero Nacional, es un honor que yo, como falangista con jerarqu¨ªa de Gobierno, recojo?. Luego el Sr. Velarde nos cuenta que el 20 de noviembre de 1975 hubo de interrumpirse unos d¨ªas la impresi¨®n del libro en la imprenta donde se tiraba, para dar paso a la urgente edici¨®n del Testamento de Franco. El se?or Mart¨ªnez Esteruelas, entonces ministro, y el se?or Velarde, hasta hace poco secretario general t¨¦cnico del Ministerio, visitaron la imprenta en tan sonada ocasi¨®n. ?All¨ª, mezclados -relata emocionado el se?or Velarde- estaban hojas con las palabras de Francisco Franco y pliegos del libro sobre Antonio Machado. Confieso que me conmovi¨®, y sobre todo porque yo, de alg¨²n modo, era autor de aquella convivencia.
Y termina el se?or Velarde su breve pr¨®logo: ?Creo que al conocer don Antonio el texto escrito por Franco, habr¨¢ pensado, al menos, como Jos¨¦ Luis L¨®pez-Aranguren sobre este mensaje, que nos da una imagen distinta de Franco, y que sin duda, Franco no era una persona vulgar.? Espero que mi amigo Jos¨¦ Luis Aranguren, quien no crey¨® nunca que el famoso mensaje lo escribiera Franco, proteste por el uso que hace el se?or Velarde de unas declaraciones suyas a un periodista. Por mi parte, pienso que ese empe?o que pone el se?or Velarde en reconciliar a Antonio Machado con Franco lleva tambi¨¦n tarde, adem¨¢s de ser in¨²til. En su soneto, A otro conde don Juli¨¢n dej¨® Machado escrito para siempre, con versos imborrables -y naturalmente prohibidos en Espa?a- el juicio que le merec¨ªa el vencedor de la guerra civil.
Expediente
Volviendo al expediente machadiano que ahora ve la luz aunque no aporta grandes novedaddes s¨ª contiene algunos datos de inter¨¦s para la biograf¨ªa del poeta. Por ejemplo, se reproducen en facs¨ªmil todos los ejercicios que realiz¨® Machado en las oposiciones a c¨¢tedras de franc¨¦s de Instituto en 1906, y entre ellos unos ?Breves apuntes sobre el franc¨¦s de La Chanson de Roland?. Las vacantes eran siete, Machado qued¨® en quinto lugar, y entre las vacantes que quedaban al llegar su turno, que eran Soria, Baeza y Mah¨®n, escogi¨® la primera. ?Por qu¨¦ Machado, andaluz, prefiri¨® una ciudad tan lejana y fr¨ªa como Soria? Cuenta Angel L¨¢zaro que cuando los amigos le hac¨ªan esta pregunta sol¨ªa contestar el nuevo catedr¨¢tico: ?Yo ten¨ªa un recuerdo muy bello de Andaluc¨ªa, donde pas¨¦ feliz mis a?os de infancia. Los hermanos Alvarez Quintero estrenaron entonces en Madrid El genio alegre, y alguien me dijo: Vaya usted a verla. En esa comedia est¨¢ toda Andaluc¨ªa. Fui a ver El genio alegre. Y me dije: si esto de verdad es Andaluc¨ªa, prefiero Soria. Y a Soria me fui.? Bast¨® una primera visita a Soria, en mayo de 1907, para que el poeta se enamorara de la ciudad del Duero, pero lo que no sab¨ªamos era que su amor a Soria no le impidi¨® pedir, muy pronto, el traslado a otros institutos. El expediente nos revela que un a?o despu¨¦s de tomar posesi¨®n de su c¨¢tedra soriana, en 1908, concurs¨®, sin ¨¦xito, a las plazas de los institutos madrile?os ?Cardenal Cisneros? y ?San Isidro?. Dos a?os, m¨¢s tarde, en 1910, ya casado el poeta con Leonor, nuevo fracaso al concursar a la vacante del Instituto de Barcelona, aunque era ya el autor de Soledades, Soledades. Galer¨ªas y otros poemas. Cuando en 1912, muerta ya Leonor, pide el traslado a la c¨¢tedra de Baeza, hace constar estos m¨¦ritos: ?Acad¨¦mico de n¨²mero de la academia ?La Poes¨ªa Espa?ola", elegido por unanimidad el 10 de noviembre de 1910, colaborador de El Imparcial, El Liberal, La Lectura, La Tribuna, autor de Soledades, Soledades, Galer¨ªas y otros poemas, Campos de Castilla. su objetivo, y en Baeza estuvo hasta que, en 1919, logr¨® por concurso la c¨¢tedra de Segovia.El volumen se cierra con cuatro facs¨ªmiles de documentos relativos al expediente de depuraci¨®n de Machado al terminar la guerra civil, aunque sorprendentemente, dicho expediente no es se?alado en el Indice tem¨¢tico que figura al comienzo del libro. Dos de esos documentos corresponden a un escrito del director del Instituto Cervantes al vicepresidente de la Comisi¨®n Central Depuradora de Madrid, comunic¨¢ndole que ?el profesor don Antonio Machado Ruiz, que el 18 de julio de 1936 era profesor de este Instituto, ha fallecido hacia el 10 de febrero de 1939 en el campo de concentraci¨®n de Argel¨¦s (Francia), por haber huido a la mencionada naci¨®n vecina ante el avance de las tropas nacionales?. Las fechas de las dos comunicaciones, que repiten lo mismo, son del 10 y el 24 de mazo de 1941. A pesar de esa comunicaci¨®n -en la que hay dos errores -Machado muri¨®, como es bien sabido, el 22 de febrero, y no en un campo de concentraci¨®n, leyenda explotada por el franquismo contra el Gobierno republicano, sino en el hotel Quintana de Colliure- la Comisi¨®n Superior Dictaminadora de expedientes de depuraci¨®n, en oficio del 7 de julio de 1941, propuso la ?separaci¨®n definitiva del servicio y baja en el escalaf¨®n respectivo? del catedr¨¢tico de franc¨¦s don Antonio Machado. Pero esto no parec¨ªa suficiente. El 5 de mayo del mismo a?o, la Comisi¨®n Depuradora que actuaba en el Ministerio de Educaci¨®n resolv¨ªa proponer de nuevo ?la separaci¨®n definitiva del servicio a don Antonio Machado con la p¨¦rdida de todos sus derechos pasivos?. La sa?a depuradora con un muerto que no pod¨ªa protestar, y que era, adem¨¢s, el poeta espa?ol m¨¢s grande de su tiempo, llegaba a esos extremos en la Espa?a de 1941. Justo es reconocer que el se?or Velarde se queja en su pr¨®logo de esa sa?a ministerial, y que a ¨¦l debemos la edici¨®n de este interesante documento.
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