Una primera "Historia de la ciencia espa?ola"

La aparici¨®n de este libro de Juan Vernet marca el comienzo de una nueva ¨¦poca. El estudio objetivo de la historia de la ciencia espa?ola ha despertado a lo largo de los dos ¨²ltimos siglos escas¨ªsimo inter¨¦s que no puede compararse con el ahinco con el que se han trabajado otros aspectos de la cultura espa?ola. El tema ha sido siempre pol¨¦mico y cualquier aproximaci¨®n al mismo ten¨ªa forzosamente un tinte apasionado. El libro de Vernet queda por completo al margen de la cuesti¨®n: se parte de la base de que ha existido una ciencia espa?ola que, como cualquier otra actividad humana, es diana de ser historiada. Ahora bien, si aplicamos la distinci¨®n usual entre ciencia extraordinaria (momentos de crisis y ruptura de los paradigmas tradicionales tal como sucedi¨® con la revoluci¨®n copernicana. por ejemplo) y ciencia normal, debe reconocerse que, tal como lo demuestra Vernet, la ciencia espa?ola ha sido, con alguna dudosa excepci¨®n, ciencia normal a lo largo de toda su historia. Dentro de esta t¨®nica general no pueden negarse momentos de brillantez (la Edad Media sobre todo, pero tambi¨¦n el siglo XVIII), seguidos por per¨ªodos de decadencia en los que se advierte un notable retraso en la simple asimilaci¨®n de conocimientos transpirenaicos. Unos per¨ªodos y otros son dignos de estudio por los mismos motivos que impulsan a un historiador de la econom¨ªa a enfrentarse con etapas de prosperidad y momentos de crisis.El libro es la edici¨®n del texto, cuidadosamente anotado, del ciclo de conferencias pronunciadas por el autor en el Instituto de Espa?a durante el curso 1974-75. Se inicia con dos cap¨ªtulos introductorios en los que se abordan cuestiones de ¨ªndole general como qu¨¦ entiende el autor por ?ciencia?, relaciones entre ciencia y religi¨®n, transmisi¨®n de los conocimientos cient¨ªficos, instituciones cient¨ªficas, ciencia y ?raza?, prioridades en los descubrimientos, etc. A se?alar, a prop¨®sito de la primera cuesti¨®n evocada. que, aunque Vernet estudia ¨²nicamente aquellas disciplinas propias de las Facultades de Ciencias (deja de lado Medicina y Farmacia que, por convenci¨®n internacional, suelen recibir un tratamiento independiente), lo cierto es que incluye en su obra -y hay que agradec¨¦rselo- importantes desarroIlos acerca de la historia de la tecnolog¨ªa espa?ola. A lo anterior sigue un denso cap¨ªtulo acerca de las fuentes y bibliograf¨ªa de la Historia de la ciencia en general, que constituye una gu¨ªa indispensable.para el estudioso espa?ol que se aproxima por primera vez a esta materia.

A los que conocemos de cerca a Juan Vernet y sabemos que es una de las primeras autoridades europeas en historia de la ciencia ¨¢rabe, la estructura de este libro nos sorprende: dos cap¨ªtulos dedicados a la Edad Media (musulmana y crist¨ªana respectivamente), uno sobre el Renacimiento. otro sobre el per¨ªodo de los Austrias, cuatro acerca del siglo XVIII y otros cuatro. sobre el XIX. Por una parte observamos que Vernet, siguiendo la tendencia anunciada en su reciente libro sobre la revoluci¨®n copernicana, ampl¨ªa notablemente el campo de sus intereses y consagra m¨¢s de los dos tercios de su obra al per¨ªodo comprendido entre el Renacimiento y la Restauraci¨®n del siglo XIX. Por otra llama la atenci¨®n el escaso desarrollo que tiene la Edad Media, un per¨ªodo sobre cuya brillantez cient¨ªfica se muestran de acuerdo todos los polemistas y la ¨²nica etapa en la historia de la ciencia espa?ola en que ¨¦sta ocupo un lugar de primera importancia dentro del conjunto de la ciencia mundial. Este hecho se explica por el deseo del autor de estructurar su obra con la m¨¢xima objetividad, siguiendo el uso habitual en los manuales de historia de la ciencia que suelen dividir la misma en dos grandes per¨ªodos cuya l¨ªnea divisoria se encontrar¨ªa hac¨ªa 1700. Posiblemente tambi¨¦n este tratamiento esquem¨¢tico de la ciencia hispano¨¢rabe y de su repercusi¨®n en el mundo latino se deba al hecho de que la Fundaci¨®n March est¨¢ a punto de publicar otro libro del mismo Juan Vernet que constituye una importante monograf¨ªa sobre nuestra ciencia medieval.

M¨¢s de la mitad del libro est¨¢, pues, dedicada a los siglos XVIII y XIX, per¨ªodos en los que la escasez de estudios previos es notable, lo que ha obligado a Vernet a suplir las lagunas bibliogr¨¢ficas con investigaciones de prirnera mano. En conjunto, en el panorama que nos ofrece el autor, dominan los esfuerzos realizados, tanto durante la llustraci¨®n como en el siglo XIX, para asimilar la ciencia europea contempor¨¢nea. Si intentamos ser objetivos, debemos reconocer que, en estos dos siglos, el desarrollo de la matem¨¢tica y de la f¨ªsica espa?ola debe calificarse de pobre. Mucho mayor inter¨¦s revisten. en cambio, los estudios de astronom¨ªa, geodesia, n¨¢utica y qu¨ªmica (esta ¨²ltima sobre todo en el siglo XVIII). Las ciencias naturales se enfocar¨¢n fundamentalmente a la realizaci¨®n del inventario de los recursos americanos, aunque tambi¨¦n en la pen¨ªnsula aparezcan centros de investigaci¨®n. Nuestra ciencia durante estos dos siglos se caracterizar¨¢ por su enfoque utilitario (qu¨ªmica y geolog¨ªa se desarrollar¨¢n en buena parte con vistas a sus relaciones con la miner¨ªa) y la tecnolog¨ªa espa?ola, aunque de desarrollo tard¨ªo, cobrar¨¢ especial auge desde 1830, fecha en que empezar¨¢n a surgir las prime ras.escuelas de ingenieros.

Juan Vernet, cuya visi¨®n de la historia de la ciencia es esencialmente positivista, rehuye en este libro las generalizaciones apresuradas y todo lo que pueda parecer, de cerca o de lejos, ensayismo. No obstante su Historia de la Ciencia Espa?ola est¨¢ llena de observaciones agudas y de datos curiosos que mueven a pensar que los problemas del desarrollo cient¨ªfico en los siglos XVIII y XIX se plantean de modo muy similar en Ia actualidad. As¨ª, el antiguo sistema de provisi¨®n de c¨¢tedras universitarias da lugar, con motivo de un incidente surgido en Salamanca en 1768, a una progresiva intervenci¨®n del poder central que terminar¨¢ con el actual sistema de oposiciones en Madrid. Entonces. como ahora, el profesor universitario es concebido por el Gobierno como un simple ense?ante y no se fomenta su dedicaci¨®n a la investigaci¨®n. Cuando el espa?ol investiga, en la Universidad o en otro lugar, se ve obligado a luchar con todo tipo de dificultades burocr¨¢ticas que, con frecuencia, esterilizan sus esfuerzo o disminuyen su rendimiento. Si bien a menudo se ha atribu¨ªdo el retraso cient¨ªfico espa?ol a causas de orden religioso, Vernet considera que tales motivaciones han tenido escasa importancia y atribuye, en cambio, gran trascendencia a inestabilidad pol¨ªtica, al centralismo, al fomento por parte de la Administraci¨®n del car¨¢cter utilitario de la investigaci¨®n cient¨ªfica, a la aplicaci¨®n de criterios de rentabilidad a la ense?anza universitaria etc¨¦tera.

Puede verse, por las observaciones anteriores, hasta qu¨¦ punto este libro de Vernet tiene una gran actualidad y nos ayuda a entender ciertas facetas de nuestro presente. Por otra parte hay que saludar en ¨¦l el primer intento serio de valorar un aspecto importante de la cultura de nuestro pasado. Espero que su labor sirva de gu¨ªa a otros trabajos de la misma ¨ªndole.