Duro ataque de Mitterrand contra Giscard d'Estaing, en la Asamblea

No est¨¢n calificados para curar el mal aquellos que no han sabido ni preverlo ni cuidarlo. Un Mitterrand sutil y brillante, como en los mejores momentos de su larga carrera de parlamentario, centr¨® el debate que en torno del ?plan Barre? y la declaraci¨®n de pol¨ªtica general del Gobierno ha tenido lugar en la Asamblea Nacional francesa.

Debate que se abri¨® anteayer con la citada declaraci¨®n gubernamental le¨ªda por el primer ministro.

Raymond Barre no estuvo mal en su intervenci¨®n. Tal vez excesivamente profesoral y monocorde, mostrando adem¨¢s una mayor seguridad en el terreno econ¨®mico que en el pol¨ªtico.

Para detener la inflaci¨®n —dijo el primer ministro— no es bueno ?cambiar el sistema social, o promover modelos ut¨®picos de sociedad. Ning¨²n pa¨ªs industrializado combate la inflaci¨®n provocando cambios excesivos econ¨®micos y sociales?. Y de paso, envi¨® un lanzazo contra los sindicatos, que desencadenaron ayer una huelga ?nacional? en el pa¨ªs, como protesta contra el plan gubernamental. Huelga que va a desencadenar 240 manifestaciones en la jornada de hoy, en la cual no habr¨¢ Metro ni autobuses apenas en Par¨ªs, habr¨¢ cortes de gas y electricidad, circular¨¢n escasos trenes, y habr¨¢ perturbaciones en los bancos, en el tr¨¢fico a¨¦reo y en las administraciones p¨²blicas: hoy no hay apenas peri¨®dicos en Francia, y la radio y la televisi¨®n emiten sus programas m¨ªnimos marcados por la Ley para casos de huelga.

Huelga que ha desencadenado ya las protestas de dos sectores: el Gobierno y el gran empresariado franc¨¦s. En los medios gubernamentales se se?ala que esta huelga pone en peligro la situaci¨®n econ¨®mica francesa, el valor del franco en las bolsas, donde cunde la desconfianza hacia la acci¨®n del Gobierno Barre, y el inter¨¦s general del pa¨ªs. Por su parte, el Consejo del Patronato ha calificado la huelga de ?golpe traidor a la econom¨ªa francesa?. Algo desacostumbrado, pues la patronal francesa jam¨¢s se interfiere en estos temas.

En estas condiciones, Mitterrand tuvo f¨¢cil la batalla, con su larga experiencia de tribuno y orador parlamentario. ?Reformas de estructura?, pregunt¨®, dirigi¨¦ndose al se?or Barre. Siempre se habla de lo mismo, pero su ejecuci¨®n es aplazada ?ad calendas graecas?. Este discurso hubiera sido m¨¢s seductor si hubiera empleado el tiempo presente en lugar del futuro. ?Atacar a los sindicatos? Pero si el plan s¨®lo cuenta con el apoyo inequ¨ªvoco de los grandes empresarios, lo cual es significativo. Usted acusa a los sindicatos de corporatismo ego¨ªsta, pero ?ha dicho usted algo contra los due?os del dinero y el capital?

Y saltando por encima del primer ministro, Mitterrand atac¨® directamente al presidente Giscard.

Es el responsable de nuestra econom¨ªa desde 1969. En este per¨ªodo, la inflaci¨®n se ha duplicado, el franco ha perdido el 35 por 100 de su valor, el paro se ha duplicado tambi¨¦n, los presupuestos del Estado ya son deficitarios, el comercio exterior tambi¨¦n lo es, y el crecimiento, bajo cero. Este es el noveno plan contra la inflaci¨®n del se?or Giscard, desde 1963, y el octavo desde 1969. Tantos planes en tan pocos a?os significa que todos han fracasado. Y esto es lo que preocupa: la constancia en el fracaso. Total, la izquierda depositar¨¢ una moci¨®n de censura la semana que viene contra el Gobierno. en el debate sobre el plan Barre.