Entierro de los dos polic¨ªas asesinados en San Sebasti¨¢n
Los restos mortales de los dos inspectores de Polic¨ªa, Luis Francisco Sanz y Antonio Palomo, asesinados junto al presidente de la Diputaci¨®n guipuzcoana, Juan Mar¨ªa de Araluce y los dos ch¨®feres, el pasado lunes en San Sebasti¨¢n, recibieron ayer cristiana sepultura en la Sacramental de San Justo (Madrid), el primero de ellos, y en el cementerio de Vallecas, el segundo. Por la ma?ana se ofici¨® una misa corpore in sepulto en la Direcci¨®n General de Seguridad, y los f¨¦retros fueron sacados a hombros hasta la iglesia de Santa Cruz, donde se rez¨® un responso. Miles de personas presenciaron el traslado de los cad¨¢veres en un ambiente tenso, pero sin que se produjeran incidentes.
Los cad¨¢veres de los dos inspectores llegaron a Madrid a las 3.45 de la madrugada, procedentes de la capital donostiarra. En las inmediaciones de San Sebasti¨¢n de los Reyes, a unos 20 kil¨®metros de Madrid, varios centenares de personas, en su mayor parte funcionarios de polic¨ªa, que esperaban los furgones mortuorios, formaron un cortejo f¨²nebre hasta la Puerta del Sol.En la Direcci¨®n General de Seguridad qued¨® instalada la capilla ardiente de ambos polic¨ªas y durante toda la noche fue incesante el desfile de compa?eros y familiares. A las nueve de la ma?ana se celebr¨® una primera misa corpore in sepulto, a las que asistieron las autoridades de polic¨ªa.
Una hora m¨¢s tarde se celebr¨® una misa funeral a la que asistieron el ministro de Gobernaci¨®n, subsecretarios del Departamento, director general de Seguridad, jefe superior de Polic¨ªa, gobernador civil de Madrid, alcalde, director general de la Guardia Civil, general inspector de la Polic¨ªa Armada y otras personalidades, as¨ª como familiares de los muertos y gran n¨²mero de compa?eros.
Tras la misa, los f¨¦retros fueron sacados a hombros de sus compa?eros por la puerta principal de la Direcci¨®n. En la Puerta del Sol aguardaban varios miles de personas que prorrumpieron en aplausos cuando aparecieron las cajas mortuorias. En algunos grupos aislados comenz¨® a entonarse el Cara al Sol sin que fueran apenas secundados por la multitud.
El cortejo f¨²nebre inici¨® un recorrido por las calles de Carretas, plaza de Jacinto Benavente y calle de Atocha, en la que ante la iglesia de Santa Cruz fue rezado un responso. Numerosas personas presenciaron en silencio el paso del cortejo. Algunos individuos alzaron el brazo y se profirieron gritos contra los asesinos, vivas a la polic¨ªa y a las fuerzas de orden p¨²blico, as¨ª como otros gritos aislados pidiendo la dimisi¨®n del Gobierno y la subida al poder del Ej¨¦rcito. Estos gritos fueron contestados por los funcionarios de polic¨ªa que acompa?aban en cortejo con otros de petici¨®n de respeto y fuera fuera. Los miembros de la polic¨ªa, para no ser identificados con los individuos de extrema derecha mezclados entre el p¨²blico, optaron por colocar en sus solapas las placas de identificaci¨®n.
Ante la iglesia de Santa Cruz se rez¨® un responso que finaliz¨® con el grito de Viva Espa?a, contestado un¨¢nimemente por la multitud, y a continuaci¨®n, los f¨¦retros fueron introducidos en los coches mortuorios, form¨¢ndose dos cortejos, uno hacia la sacramental de San Justo y otro hacia el cementerio de Vallecas.
Entierro de Luis Francisco Sanz
Varios centenares de personas, entre ellos el alcalde de Madrid, el subsecretario de Gobernaci¨®n, el secretario general de la Organizaci¨®n Sindical y numerosos miembros del Cuerpo General de Polic¨ªa, Polic¨ªa Armada y Fuerzas Armadas, asistieron junto a los familiares al entierro del inspector Luis Francisco Sanz, en la Sacramental de San Justo.
El f¨¦retro lleg¨® al cementerio a las doce del mediod¨ªa y fue transportado en hombres por miembros de la polic¨ªa hasta la fosa. All¨ª se rez¨® un responso y posteriormente se inhum¨® el cad¨¢ver en medio de un ambiente de gran patetismo por parte de familiares y amigos. Los asistentes abandonaron en silencio el recinto. Un grupo aislado cant¨® el Cara al Sol y comenz¨® a pronunciar varios gritos de apoyo a la polic¨ªa y conseria a los asesinos, siendo invitados por la Polic¨ªa Armada y los propios compa?eros del finado a guardar silencio.
Antonio Palomo fue enterrado en Vallecas
Una hora m¨¢s tarde fueron inhumados los restos del inspector Antonio Palomo, en el cementerio de Vallecas. Junto a la familia y los compa?eros y n¨²meros de la Guardia Civil, que portaban a hombros el f¨¦retro, se hallaban presentes unos 50 jefes, oficiales y n¨²meros de la Polic¨ªa Armada, del Cuerpo General de Polic¨ªa y del Ej¨¦rcito, el gobernador civil de Madrid, subsecretario de Orden P¨²blico y otras autoridades, as¨ª como numerosas personas, entre ellas vecinos del pueblo, hasta un total de unos 500. El f¨¦retro iba escoltado por fuerzas de la Polic¨ªa Municipal y Armada, cubierto con la bandera nacional y acompa?ado por numerosas coronas de flores. Tras la inhumaci¨®n durante la que se prodigio, por parte de los familiares, una escena de gran patetismo, el subsecretario de Orden P¨²blico pronunci¨® unas palabras de condolencia, tras de las cuales dio vivas a Espa?a y a las fuerzas de orden p¨²blico.
El cad¨¢ver hab¨ªa pasado anteriormente por la iglesia del pueblo, donde fue rezado un responso. En ning¨²n momento se produjeron incidentes.
El polic¨ªa armada, enterrado en su pueblo natal
El polic¨ªa armada, Alfredo Garc¨ªa, que conduc¨ªa el coche de escolta, fue enterrado a las cuatro de la tarde de ayer en el cementerio de su pueblo natal Lago de Babia (Le¨®n). Al entierro asistieron autoridades, fuerzas de la Polic¨ªa Armada y de la Guardia Civil y los vecinos del pueblo. que recibieron al cad¨¢ver cuando ¨¦ste llego a la poblaci¨®n durante la madrugada, junto a una secci¨®n de la Policia Armada de Le¨®n.
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