La inoperancia madridista, patente en M¨¢laga
Un Real Madrid inoperante en grado sumo, sin centro del campo, lento y con una defensa que fall¨® en algunas ocasiones ostensiblemente, se vio superado por el Brujas en el primer encuentro de la segunda ronda de la Copa de Europa. Los belgas, con una t¨¦cnica de juego magn¨ªfica, plantearon el partido muy bien t¨¢cticamente de contenci¨®n, pero supieron abrirse y cerrarse en el momento oportuno con toda rapidez. Aunque pudo haber marcado alg¨²n gol el Madrid, tambi¨¦n su rival, y con el empate sin goles (por aquello del valor doble en campo contrario) se puede dar por satisfecho el equipo blanco.Los partidos de f¨²tbol, como casi todos los deportes de equipo, tienen dos tiempos. Si en uno se juega mal, queda la esperanza, de enmienda en el siguiente. Sin embargo, ayer, en el campo del ?segundo exilio? madridista, el equipo blanco naveg¨® de muy mala manera en ambos. Ni el viento de Levante, que sopl¨® durante el d¨ªa, aunque calmado, continu¨® por la noche empuj¨® a los muchachos de Miljanic. Los azules belgas del Brujas dieron toda una lecci¨®n de c¨®mo contener y mandar nada m¨¢s pasar los primeros minutos de l¨®gico ataque madridista. Buena prueba de todo ello es que a ese mando registrado en el juego siguieron bastantes m¨¢s jugadores de peligro ante la porter¨ªa de Miguel Angel que frente a la de Jensen, dan¨¦s, como el extremo madridista.
Si se contabilizasen las ocasiones como goles, el Brujas hubiese ganado en el descanso por 3-2. Las de los belgas fueron en los minutos 9, 13 y 34. La primera, en una colada de De Cubber y remate del capit¨¢n Bastyns; la segunda, tras centro del mismo Bastyns y tiro de Courant; y la tercera y ¨²ltima, la m¨¢s peligrosa, en centro de Volders, que despej¨® en corto Sol al centro del ¨¢rea y remat¨® al larguero igualmente Courant. En el Madrid, minutos 28 y 44; la primera, tras servicio de Rubi?¨¢n y centro de cabeza de Santillana, con remate de Jensen, que roz¨® el larguero, y la otra en una colada de Ur¨ªa, la ¨²nica que hizo bien, que tir¨® en lugar de centrar.
Las razones t¨¦cnicas de esta sorprendente superioridad e incluso dominio territorial por parte del Brujas fueron bien f¨¢ciles de encontrar. El Madrid jug¨® lent¨ªsimo y fue siempre inferior en el centro del campo. Rubi?¨¢n se preocup¨® m¨¢s de Courant que de prodigar sus centros, y Vel¨¢zquez se vio solo a m¨¢s no poder, porque Breitner se mostr¨® con una lentitud desesperante. El Brujas, en cambio, con aplomo, pero a la vez con rapidez en los momentos clave, se pudo permitir el lujo de tener a cuatro hombres en el medio del campo; Lefevre, Van der Reycken, Decouvert y Courant, pero que se sumaron muchas veces al ataque con los dos ¨²nicos hombres fijos de punta: Lambert y Davies.
Lefevre, por cierto, es todo un jugador que se dedic¨® m¨¢s a ayudar a la defensa por el lado izquierdo en las pocas ocasiones en que Ur¨ªa, un hombre que pudo ser clave al no tener par a quien marcar, intent¨® la colada. Leekens pudo, pr¨¢cticamente, siempre a Santillana, al igual que Banstyns. Dio pena ver c¨®mo en alg¨²n momento hab¨ªa siete hombres del Brujas contra los tres solitarios Jensen, Santillana y Guerini. El dan¨¦s, con todo, fue el ¨²nico que cumpli¨® en la primera parte y dio muestras despu¨¦s de una mayor preparaci¨®n f¨ªsica.
El problema, sin embargo, es que la t¨®nica del partido continu¨® en la segunda parte exactamente igual. Incluso en los 20 primeros minutos, un centro de Courant (a los siete) fue cortado por Sol mal hacia Miguel Angel, y el defensa tuvo que sacarlo desde la misma l¨ªnea. En el 20, justo en el momento en que sali¨® Roberto por Ur¨ªa, Van der Reyckens dispar¨® desde fuera del ¨¢rea, y Miguel Angel salv¨® junto al larguero. Poco despu¨¦s, en la ¨²nica jugada de ?genio europeo? madridista, Santillana cort¨® un bal¨®n en el centro del campo, pero su pase a Guerini no fue aprovechado por ¨¦ste, solo, lento una vez m¨¢s. Jensen, el guardameta del Brujas, sali¨® muy bien a interceptarle.
La entrada de Roberto en el campo permiti¨®, por fin, al Madrid tener otro hombre de ataque, pero de poco sirvi¨®. Vel¨¢zquez s¨®lo fue ya en esos momentos una sombra fatigada, y las jugadas de ataque blancas ¨²nicamente vinieron a trompicones y por coraje. Pirri, faltar¨ªa m¨¢s, tuvo tambi¨¦n la suya, all¨¢ por el minuto 28. Pero el orden segu¨ªa sin existir, y los centros para las cabezas de Roberto y Santillana ten¨ªan suficiente defensor en Jensen, muy seguro siempre. Hasta un remate completamente solo de Roberto, de cabeza, fue mansamente a sus manos.
En los ¨²ltimos minutos, Rubi?¨¢n, a la desesperada, incluso intent¨® el tiro desde lejos, sin fortuna. Jensen a falta de dos minutos tuvo una ¨²ltima oportunidad de oro, desaprovechada a bocajarro. De todas maneras, el Madrid se puede dar por satisfecho con el empate. El temor que existe ahora es si su defensa, con un Sol que no ya bien de central (otro fallo suyo estuvo a punto de permitir el gol a Lambert en el minuto 40) podr¨¢ resistir a un Brujas en su terreno. La presencia deber¨¢ ser fundamental si no se quiere pensar en tina ?debacle?. La ocasi¨®n final de Lefevre, que se qued¨® solo ante Miguel Angel con una facilidad incre¨ªble, as¨ª lo indica. Adem¨¢s, para colmo, la falta de fuerza en algunos de los hombres madridistas y la de ideas para bajar el bal¨®n al suelo en lugar de tanto centro in¨²til son alarmantes. Fiarlo todo a un contraataque de fortuna parece actualmente lo ¨²nico factible. Y bien poco es.
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