Arellano: fondos municipales para expediciones "patri¨®ticas" y almuerzos
Antonio Oteiza y Santiago Veintemillas, dos agricultores de la localidad navarra de Arellano, andan metidos en una querella criminal que por ahora asciende a cinco millones de pesetas y que podr¨ªa plantearse por arriba de los doscientos si se cumplen las amenazas vertidas por el se?or Veintemillas en el acto de conciliaci¨®n celebrado el pasado d¨ªa 11.
Ante el juez de paz de Arellano, el se?or Oteiza se present¨® ese d¨ªa, en compa?¨ªa de su abogado, y se ratific¨® en su demanda: cinco millones para compensar los perjuicios que le hab¨ªa ocasionado el se?or Veintemillas por una carta publicada meses atr¨¢s en el Diario de Navarra acus¨¢ndole de no pagar a los agricultores.El se?or Veintemillas contest¨® que hab¨ªa designado como hombre bueno a su hermano, pero que no hab¨ªa hablado con ¨¦l porque el se?or Oteiza lo hab¨ªa matado en el a?o treinta y seis. Y por aquellos hechos iba a demandar al se?or Oteiza diez millones por cada uno de los seis tiros que le hab¨ªan dado a su hermano, veinte por el tiro de gracia y un mill¨®n por cada una de las siete horas que estuvo en la cuneta... y as¨ª hasta sumar una mareante cifra, por encima de los doscientos millones de pesetas, en la que entran varios cientos de miles de pesetas por cada uno de los ciento cincuenta vecinos del pueblo que se manifestaron ante su casa durante las fiestas y que a su juicio eran ?terroristas de ETA que el se?or Oteiza hab¨ªa enviado para matarle, armados de cuchillos?.
La historia de Arellano, pueblerina y caciquil desde siempre, empez¨® a complicarse a finales del pasado a?o al entrar a formar parte de la Junta de Quincena -organismo foral encargado, entre otras cosas, de fiscalizar las cuentas municipales- Abd¨®n Mart¨ªnez y Santiago Oteiza.
Por aquel entonces el Ayuntamiento de Arellano ten¨ªa una rara composici¨®n: Santiago Veintemillas era a la vez alcalde y concejal, mientras que Jes¨²s Luzquin ocupaba el otro puesto de concejal. La Junta de Quincena pidi¨® el estado de cuentas municipal, pero el alcalde se neg¨® a ello, alegando que todo estaba claro y que el Ayuntamiento no deb¨ªa nada. Despu¨¦s de varias gestiones infructuosas, la Quincena se traslad¨® a la Diputaci¨®n, donde fue informada de que efectivamente el Ayuntamiento de Arellano deb¨ªa m¨¢s de cuatro millones de pesetas, lo que significa varios presupuestos acumulados.
Se les informa incluso de varios acuerdos de la Junta de Quincena en los que figura la firma del se?or Oteiza, sin que ¨¦ste hubiera suscrito hasta entonces ninguna de las actas. Entre ¨¦stas constaba tambi¨¦n la r¨²brica de Veremundo Mart¨ªnez como concejal, siendo as¨ª que llevaba varios a?os residiendo en la provincia de Gerona.
Mientras tienen lugar estas gestiones, el alcalde dimite de su cargo con motivo de las ¨²ltimas elecciones municipales del mes de febrero y entre el se?or Veintemillas -en su otra calidad de concejal- y el se?or Luquin eligen a Jos¨¦ Ib¨¢?ez.
Agricultores unidos
Al tiempo que prosigue la investigaci¨®n sobre las deudas municipales, en Navarra comienza a gestarse la Uni¨®n de Agricultores y Ganaderos, en cuya constituci¨®n entra a formar parte Antonio Oteiza. Contra ¨¦l aparece en Diario de Navarra una carta en la que se incita a los agricultores a manifestarse ante su casa, al tiempo que se vierten una serie de conceptos injuriosos que valen la presentaci¨®n de la querella por importe de cinco millones de pesetas.Aunque la carta aparece sin firma, con un n¨²mero de carnet falso, despu¨¦s de m¨²ltiples investigaciones se sabe que su autor era Santiago Veintemillas.
Durante las fiestas -celebradas del 1 al 5 de octubre- se producen varios conflictos a cuenta de una pancarta que los mozos pasean por el pueblo con la inscripci¨®n: Abajo el bunker, amnist¨ªa total. En un pueblo en el que el euskera desapareci¨® hace al menos trescientos a?os se escucha el eusko gudariak gera (somos los soldados vascos). Y unos ciento cincuenta j¨®venes se manifiestan ante la casa del alcalde.
Dos de ellos -primos ambos del se?or Oteiza- fueron detenidos el d¨ªa 6 y se les cit¨® ante el juez al d¨ªa siguiente. Junto con ellos se present¨® un grupo de vecinos con una carta en la que 38 personas ped¨ªan que se les detuviese, por que tambi¨¦n ellos hab¨ªan llevado la pancarta y, proferido los mismos gritos.
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