El Club de Roma sugiere reformas del orden internacional
La capital argelina acoger¨¢, del 25 al 29 de este mes, a unos doscientos cincuentas especialistas de pa¨ªses industrializados y en v¨ªas de desarrollo que analizar¨¢n el ¨²ltimo informe del ?Club de Roma?.Creado en 1968 en la capital italiana por un grupo de eminentes economistas, el ?Club de Roma? traz¨® en su primer trabajo una visi¨®n mundial de los problemas econ¨®micos y sociales del planeta. Su famosa teor¨ªa del ?crecimiento cero? perdi¨® mucho peso a partir de la crisis del petr¨®leo que, desde 1973, someti¨® a los pa¨ªses industrializados a una reducci¨®n obligada de su desarrollo.
Bajo la direcci¨®n del holand¨¦s Jan Tinbergem, premio Nobel de econom¨ªa, un grupo de veinte especialistas (diez de pa¨ªses industrializados y otros diez de pa¨ªses en v¨ªas de desarrollo) preparararon un informe denominado ?reforma del orden internacional?, patrocinado por el ?Club de Roma? y por la fundaci¨®n ?R¨ªo? (Revewing the International Order). Sobre la base de este documento en Argel se buscar¨¢n perspectivas para reducir el desequillibrio entre pa¨ªses ?pobres? y pa¨ªses ?ricos?.
La penuria de alimentos y el abismo econ¨®mico que no deja de aumentar entre pa¨ªses industrializados y pa¨ªses del tercer mundo, son los problemas m¨¢s graves de la humanidad. Es indispensable modificar las estructuras econ¨®micas mundiales si se quiere alejar el espectro de la guerra y del hambre? dice en s¨ªntesis el documento del ?Club de Roma?.
Ideas no faltan. Van desde la creaci¨®n de un impuesto mundial sobre materias primas (petr¨®leo, carb¨®n, minerales) para la creaci¨®n de un fondo mundial de ayuda al desarrollo, hasta la aplicaci¨®n de un impuesto sobre la carne y los cereales en los pa¨ªses ?ricos? para poder ayudar a los ?pobres?.
Otro punto original del documento lo constituye la insinuaci¨®n de un impuesto mundial sobre las multinacionales, o la eliminaci¨®n del oro y las reservas nacionales en divisas, para contribuir a reducir las especulaciones ?salvajes?.
En un orden m¨¢s cl¨¢sico se repiten conceptos viejos, como la contribuci¨®n m¨ªnima del 0,7 por 100 del PNB de los pa¨ªses desarrollados para ayudar a los subdesarrollados. La formaci¨®n de stoks internacionales de alimentos, para compensar las malas cosechas o los desastres naturales en el tercer mundo. La estrecha colaboraci¨®n entre desarrollados y en v¨ªas de desarrollo para estimular el crecimiento en las zonas m¨¢s desheredadas del globo.
El trabajo, que merece todos los respetos desde el momento en que nos recuerda los desequilibrios inhumanos que hay en el mundo, recibe cr¨ªticas de ut¨®pico.
?Por qu¨¦ no reforzar el papel de las instituciones actuales, como la FAO, OIT, FMI, GATT y otras, antes de pensar en nuevos organismos capaces de complicar a¨²n m¨¢s la burocracia mundial?
El ejemplo de la conferencia Norte-Sur, que bajo la denominaci¨®n de ?Conferencia para la Cooperaci¨®n, Econ¨®mica Internacional que re¨²ne actualmente en Par¨ªs a pa¨ªses industrializados y pa¨ªses en v¨ªas de desarrollo, demuestra que los intereses econ¨®micos de ricos y pobres no coinciden siempre. Al contrario, en general son antag¨®nicos.
El documento del ?Club de Roma? no aporta novedades. Sobrevuela los grandes temas, a nivel te¨®rico.
El hecho de que el debate de la semana pr¨®xima se celebre en Argel da un tono tercermundista al coloquio. Algunos observadores piensan que el primer ministro argelino, Boumedian, podr¨ªa aprovechar la ocasi¨®n para insistir en su delimitado papel de l¨ªder de los intereses del tercer mundo.
El drama real es que el coloquio de Argel, como otros anteriores, puede quedar en papel mojado.
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