Sobre el art¨ªculo del se?or Romero
El se?or Gil Robles ha publicado su diario: tiene el enorme inter¨¦s de desvelar gran n¨²mero de hechos desconocidos de los oscuros y recientes a?os de nuestro pa¨ªs.La presentaci¨®n del libro, escrita por el se?or Arellza, di¨® pretexto al se?or Romero para hacer un desorbitado ataque al se?or Gil Robles, olvidando quiza que ¨¦l no se encuentra ya en su impunidad anterior.
Es increible la deformaci¨®n que cuarenta a?os de obligado en personas intel¨ªgentes como el se?or Romero, a quien EL PA?S, en una prueba de esp¨ªritu abierto, ha acogido en sus p¨¢ginas.
Todo su escrito est¨¢ basado en la infalibilidad del general Franco, y esto en un momento en que los hechos hacen dudar de ella.
Est¨¢ claro que los objetivos fueron distintos para Franco que para los generales que le nombraron general¨ªsimo. Este nombramiento fue hecho para la guerra, pero no para la paz, seg¨²n la opini¨®n de casi todos los mencionados generales.
M¨¢s importante a¨²n que el pensamiento de los generales ser¨ªa la opini¨®n mayoritaria de los triunfadores, pero ello hubiera exigido igualdad de oportunidades para propagar ideas diferentes de las autoridades, y consultar a la opini¨®n, cosa, que el R¨¦gimen nunca ha hecho o lo ha hecho ficticiamente.
El se?or Romero da por hecho que las soluciones pol¨ªticas del se?or Gil Robles no coinciden con las de los que intervinieron en la guerra respecto a los fines de ¨¦sta. Pues bien, yo creo que la mayor parte de la ¨¦lite civil y militar de los que intervinieron fue apartada de la pol¨ªtica, que qued¨® reservada para Franco y sus incondicionales.
Cambiar de opini¨®n porque lo dicte la propia conciencia no es censurable. Lo que no se puede hacer sin producir suspicacia es cambiar de opini¨®n cada poco tiempo.
Las izquierdas no aceptaron al se?or Gil Robles y provocaron la revoluci¨®n de octubre, dice el se?or Romero con raz¨®n. Las izquierdas lo que hicieron fue desnacionalizar la Rep¨²blica, por lo cual ¨¦sta estaba condenada a caer. Despu¨¦s el R¨¦gimen con su intransigencia con los vencidos procedentes de los vencidos o de los vencedores, tambi¨¦n se ha desnacionalizado.
A lo largo de tres a?os de guerra civil, seg¨²n dice el se?or Romero, no pudieron producirse clamores mon¨¢rquicos. Ni ¨¦stos ni de cualquier otro g¨¦nero, porque no hab¨ªa otra voluntad, ni otra propaganda que la de Franco. La opini¨®n estaba manipulada entonces principalmente por la prensa, a lo cual no fue despu¨¦s ajeno el se?or Romero. Este dice que en los ¨²ltimos per¨ªodos pol¨ªticos mon¨¢rquicos y republicanos aparecieron desacreditados. Igual ocurre con el per¨ªodo dictatorial. Basta hoy para confirmarlo leer los peri¨®dicos. ?Es la dictadura lo que preconiza ahora el se?or Romero? El ex director de Pueblo declara tambi¨¦n que los mon¨¢rquicos relevantes de la zona nacional eran m¨¢s conspiradores que combatientes. Yo pregunto al se?or Romero si no fueron combatientes los generales Orgaz, D¨¢vila, Varela, Solchaga, Kindel¨¢n, Saliquet, Monasterio y Ponte, que en septiembre de 1943 pidieron por escrito a Franco la restauraci¨®n de la monarqu¨ªa.
Estoy conforme en que la vocaci¨®n de mando de Franco era por -un largo per¨ªodo y as¨ª fue -porque mand¨® mientras vivi¨®. Su supervivencia ha traido la situaci¨®n actual.
Toda la argumentaci¨®n del se?or Romero est¨¢ basada en la infalibilidad de Franco. Todo lo que se opon¨ªa representaba para el se?or Romero un tremendo fracaso, y de fracaso en fracaso de sus oponentes hemos llegado a la situaci¨®n actual.
Dice el se?or Romero que en las naciones posfascistas las derechas se aglomeraron en bloques s¨®lidos y modernos frente a la izquierda; pues bien, las dos naciones fascistas se aglomeraron alrededor de los se?ores De Gaspari y Adenauer, por cierto de las mismas ideolog¨ªas que el se?or Gil Robles.
El conde de Barcelona no ha pretendido nada y mucho menos gobernar con conspiradores monarquicos. Si se viera en don Juan realmente un conspirador no tendr¨ªan sentido las cont¨ªnuas embajadas para pedir su renuncia a la corona. Don Juan, sin posibilidad de defensa en su pa¨ªs, ha sido denigrado y silenciado deliberadamente durante cuarenta a?os. El conde de Barcelona pretende la reconciliaci¨®n de todos los espa?oles, la superaci¨®n de la guerra civil, y el asentamiento popular. No est¨¢ interesado en reinar sobre una fracci¨®n para volver a desnacionalizar su eventual reinado. El se?or Romero indica que el gran objetivo del Rey es borrar sus or¨ªgenes. El conde de Barcelona, sin embargo, no tiene nadaque borrar. No tengo relaci¨®n pol¨ªtica con el se?or Gil Robles, pero celebro su aparici¨®n en este p¨¢ramo carente de valores pol¨ªticos contrastados que la dictadura, la desinformaci¨®n y la ausencia de pol¨ªtica han convertido a Espa?a.
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