El agotador esfuerzo de Espa?a en Flandes
La presencia espa?ola en el Norte de Europa es un fen¨®meno hist¨®rico desigualmente estudiado y valorado. El equilibrio europeo depende del dominio de Madrid sobre Flandes durante m¨¢s de siglo y medio, esto es, desde el comienzo del reinado de Carlos V hasta la Paz de los Pirineos (1659).Dos obras simult¨¢neas en su versi¨®n espa?ola refuerzan ahora la historiograf¨ªa sobre la materia: se deben al brit¨¢nico Geoffrey Parker (disc¨ªpulo de John Elliot) y al espa?ol Jos¨¦ Alcal¨¢-Zamora. Sus investigaciones completan las ya cl¨¢sicas de Bataillon, Vicens Vives, Maravall o Carter.
Los dos libros estudian el mismo problema: el dominio de Flandes, gran objetivo espa?ol por encima de la aventura americana. Esa pol¨ªtica depende de un doble plan log¨ªstico: el camino espa?ol a trav¨¦s de centroeuropa y la ruta naval desde la costa atl¨¢ntica de la pen¨ªnsula. La obra de Parker estudia la operaci¨®n terrestre, mientras Alcal¨¢-Zamora analiza la trayectoria por mar.
El Ej¨¦rcito de Flandes y el Camino espa?ol (1567-1659),
de Geoffrey Parker.Editorial Revista de Occidente. Madrid, 1976. Espa?a Flandes y el mar del norte, de J. Alcal¨¢-Zamora. Editorial Planeta. Barcelona, 1976.
Los monarcas Habsburgos madrile?os y vieneses trataron de mantener de alg¨²n modo el equilibrio legado por Carlos V, antecesor com¨²n: la presencia de la dinast¨ªa multinacional y cat¨®lica en el Norte de Europa, como contrapeso del nacionalismo franc¨¦s y del primer gran despliegue protestante. La primera sublevaci¨®n flamenca se produce en. 1567.
Parker arranca de un estudio t¨¦cnico sobre el Ej¨¦rcito espa?ol en Flandes. Surge un punto fundamental: ?C¨®mo abastecer los tercios por tierra, el enemigo franc¨¦s por medio? Este es ?el camino espa?ol?, es decir, el conjunto de corredores militares que desde la plataforma lombarda pod¨ªa utilizar Espa?a a trav¨¦s de un complejo entramado lleno de encrucijadas diplom¨¢ticas y militares. El camino atravesaba la Saboya para bordear el Tirol o los Cantones Suizos, cruzar el Franco Condado y la Lorena para penetrar por Luxemburgo en los Pa¨ªses Bajos. Toda la ¨¦poca no se entiende sin explicar el agotador esfuerzo espa?ol en Flandes, con el mantenimiento de un gran Ej¨¦rcito, dirigido desde Madrid, y el despliegue financiero, organizativo y pol¨ªtico en que apoyar la empresa.
Pero el mayor inter¨¦s se halla en la parte final de la obra cuando Parker explica, en una conclusi¨®n de cincuenta p¨¢ginas, el balance del plan espa?ol para mantener la presencia europea entre los Pirineos y el Holstein. Estarnos ante la parte m¨¢s cr¨ªtica del libro, en la que destaca un juicio global sobre aquella etapa de la historia europea, y un an¨¢lisis preciso que rompe varios t¨®picos sobre Felipe IV y la Espa?a de su tiempo.
Confrontaci¨®n
La obra de Alcal¨¢-Zamora es un largo pr¨®logo a un acontecimiento capital: la batalla de las Dunas, librada en 1639 frente a Dover.
Resulta curioso el desconocimiento por parte de los espa?oles de un acontecimiento clave: la gran confrontaci¨®n hispano-holandesa es el punto de inflexi¨®n que pone fin al poder¨ªo naval espa?ol en el siglo XVII.
Detr¨¢s de toda la historia pol¨ªtica y militar hay dos concepciones de vida que se enfrentan: la Europa septentrional, que inicia por entonces el capitalismo, la eficacia y la vida confortable, frente a la Europa feudal del sur, defendida por la Espa?a cat¨®lica. Un conocedor de la ¨¦poca, resumir¨ªa as¨ª, apasionadamente, la gran tensi¨®n de 1635: ?Jam¨¢s alarde mayor o m¨¢s desesperado esfuerzo hizo naci¨®n alguna que la espa?ola entonces, peleando con desiguales medios e imponiendo respeto a sus enemigos por largo espacio de tiempo, todav¨ªa?. El juicio es del historiador Antonio C¨¢novas del Castillo.
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