Cesados un general y un coronel de Aviaci¨®n
El general de divisi¨®n del Ej¨¦rcito del Aire Luis Rodr¨ªguez Rey y el coronel de la misma Arma Carlos Grandal Segade son los dos primeros presuntos implicados en los sobornos de la multinacional Lockheed Aircraft Corporation, cuyos nombres son dados a la publicidad. Informado el Ministerio del Aire de estas supuestas implicaciones ha dispuesto el cese en sus respectivos destinos (el primero, director del Servicio de Control de Emisiones Radioel¨¦ctricas, y el segundo, subdirector general de Transporte A¨¦reo) de los dos supuestos implicados ?sin perjuicio de la exigencia de las responsabilidades de todo orden a que hubiere lugar por la jurisdicci¨®n competente?.
Por su parte, la Fiscal¨ªa del Tribunal Supremo ha hecho constar a este respecto que en el curso de las investigaciones sobre los sobornos de la Lockheed en Espa?a han sido llamados a declarar ?un general y un coronel del Ej¨¦rcito del Aire, as¨ª como diversos paisanos?.Los nombres de estos dos militares aparecen en la pr¨®xima edici¨®n de 'la revista Opini¨®n. Por su parte, Cambio 16 aporta un tercer nombre castrense: el del coronel Jer¨®nimo Morales de la Fuente, subdirector general de Industria Aeron¨¢utica. A la hora de cerrar esta edici¨®n no ha podido ser confirmado si este tercer supuesto implicado ha sido llamado ya a declarar por la Fiscal¨ªa del Supremo o se encuentra en lista de espera.
Fuentes oficiosas relacionadas con la Magistratura espa?ola han apuntado a EL PAIS que entre las cantidades investigadas existir¨ªa una partida de quince millones de pesetas aportada como comisi¨®n a uno de los presuntos implicados.
Tanto el general Rey como el coronel Grandal ostentaban un grado inferior cuando Espa?a compr¨® diez aviones H¨¦rcules C-130, de los cuales han sido entregados siete. El importe global de la compra asciende a 3.500 millones de pesetas. Las comisiones supuestamente devengadas por varias personalidades espa?olas ascienden a 750-800 millones de pesetas.
El general Rey y el coronel Grandal -pasados ayer a situaci¨®n de disponibles- eran accionistas de Avionica, empresa que aparentemente canaliz¨® un mill¨®n de d¨®lares para sobornar en Espa?a a personas capaces de hacer adquirir el H¨¦rcules, aparato por lo dem¨¢s excepcional y que fue utilizado por los israel¨ªes en su reciente incursi¨®n en el aeropuerto ugand¨¦s de Entebbe.
El delegado de la Lockheed en Espa?a, Hilario Ortiz, y el administrador de Avionica, Fernando Herce, aparecen igualmente conectados de alguna manera -a¨²n no esclarecida judicialmente- con los sobornos de esta multinacional. El segundo permaneci¨® un mes en prisi¨®n tras actuaciones del Tribunal de Delitos Monetarios.
El se?or Herce manifest¨® a EL PAIS que hab¨ªa sido llamado a declarar por la Fiscal¨ªa del Supremo en torno a este asunto, y que otras personas estaban pasando por id¨¦ntico trance a lo largo de la jor
Pasa a p¨¢g. 15
La lista espa?ola de la Lockheed comienza a aparecer
Viene de primera p¨¢ginanada laboral de la Fiscal¨ªa, e ?incluso hasta las nueve de la noche?.
EL PAIS ha podido saber que los trabajos llevados a cabo por la Fiscal¨ªa se realizan especialmente por las tardes, en forma intensiva, y, que en ellos intervienen, junto al fiscal, se?or Rodr¨ªguez Acosta, otros seis fiscales, un traductor y una mecan¨®grafa. Adolfo de Miguel, presidente de la Sala Segunda del Supremo es informado diariamente de la marcha de las investigaciones.
EL PAIS ha sido igualmente informado de que el sumario sobre los sobornos de la Lockheed en Espa?a est¨¢ pr¨¢cticamente listo para pasar de manos del se?or Rodr¨ªguez Acosta a las del se?or De Miguel (cuya sala entiende de lo penal) e iniciar el correspondiente proceso. En el Consejo de Ministros de ma?ana -o como mucho en el siguiente-, el ministro de Justicia podr¨¢ informar al Gabinete del alcance exacto de las investigaciones en curso.
Seg¨²n unas fuentes, la lista de la Lockheed abarcar¨ªa hasta diecisiete nombres. Otras fuentes reducen esa cifra a ocho personas.
En cualquier caso, la aparici¨®n p¨²blica de datos concretos sobre supuestos implicados en el engrase de la Lockheed para vender a Espa?a sus aparatos -sean o no responsables estos militares- levanta un pico de la manta de silencio que hasta ahora cubr¨ªa este asunto. Otros presuntos implicados han de aparecer a la luz p¨²blica, m¨¢xime cuando los primeros nombres dados a la publicidad son de militares y -seg¨²n informaciones no confirmadas- la mayor¨ªa de los implicados son civiles.
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