La gripe
Ahora que empez¨¢bamos a salir de cuarenta a?os de absolutismo, a m¨ª me ha cogido la gripe. ?Ay que lucha! No pude ir a casa de Pitita Ridruejo, donde me esperaba Gina Lollobr¨ªgida. Se lo expliqu¨¦ a Pitita por tel¨¦fono:-Dile a la Gina que primero que ella est¨¢ Nadiuska.
Atiendo, entre mantas y co?ac, a un periodista que viene a preguntarme:
-?Qu¨¦ es para usted Nadiuska?
-Una hip¨®tesis de trabajo.
Luis Calvo, por el contrario, quiere persuadirme de que Nadiuska naci¨® de las espumas, como Venus. Yo creo que ha nacido de la imaginaci¨®n l¨ªrica y nocturna de Dami¨¢n Rabal. En Gaceta Ilustrada me sacan atragantado por un susto pol¨ªtico. Pero no es la pol¨ªtica, sino la gripe, lo que me tiene en casa. Luis Apostua, como es vecino, me hace la caridad de traerme la barra de pan mientras me dure la gripe. Los de la Santa Casa aprovechan cualquier cosa para ganar el cielo. Se valen hasta de mi para salvar su alma. Mi querido Luis me lee, de paso, un art¨ªculo que ha escrito explicando un poco el caso Umbral. Yo no sab¨ªa que hubiese un caso Umbral. Al menos no me noto nada, salvo la carraspera. Pero eso es de la gripe,
Sostiene Luis que uno est¨¢ llenando un hueco, porque con una prensa libre no har¨ªa falta la reticencia como estilo. Y alega en mi favor los ejemplos de lo. que fue la prensa espa?ola en los a?os cuarenta, cincuenta y la tira: agresiva, ofensiva y triunfalista. Como en torno de una gripe siempre se hace una tertulia (mi maestro Mihura dir¨ªa que incluso con vendedores de loter¨ªa), resulta que llega Lucio, el sentimental del Rastro, con su ¨²ltima carga retro: 21 Madrid, el Ya y el ABC del primer d¨ªa de la victoria y del segundo. Versos de Carr¨¦re y de Fox¨¢, prosas de Salaverr¨ªa y otros que me callo porque a¨²n no se los ha llevado la gripe, como a los citados.
-Pues piensa, Luis, que a partir de aquella prensa lir¨®fora y celestial, a la par que sangrienta, hemos tenido que llegar hasta tu estilo, que es la insinuaci¨®n como orfebrer¨ªa, y hasta el m¨ªo, que es el caballo en la cacharrer¨ªa del Patrimonio Art¨ªstico Nacional.
Entre la prensa fosilizada que trae Lucio y EL PAIS de esta ma?ana, toda una historia de voladuras, suspensiones, secuestros, traslados, Arias Salgados y la irresistible ascensi¨®n del director de Dobl¨®n a no se sabe d¨®nde.
-O el poema triunfalista de Carr¨¦re o la petard¨¢ de S¨¢nchez Bella cuando vol¨® el Madrid.
A ver si se entera el personal de que el ensanchamiento y el reflorecimiento de la prensa se debe a la prensa misma, en toda Espa?a, que nada nos ha sido dado y que la ley de Fraga vale, sobre todo, por las transgresiones que ha sufrido.
Luego Apostua me argumenta con el trasero de las se?oritas. Es muy de la Biblioteca de Autores Cristianos argumentar con el trasero de las se?oritas. Que una cosa es la libertad y otra el trasero. Que una cosa es la libertad y otra soy yo. Pero ocurre que en la prensa te¨®ricamente m¨¢s libre del mundo, la norteamericana, cuentan con Woody Allen, Norman Mailer y otros genios del subjetivismo, el estilismo, la opini¨®n personal y el trasero ideol¨®gico al aire. O sea, querido Luis, que la libertad somos t¨² y yo m¨¢s Norman Mailer, Woody Allen, el trasero de Agatha Lys, la prensa democr¨¢tica y la prensa de partido, incluido el Arriba. La libertad es un todo en el todo. No empecemos ya a condicionarla antes de que llegue. Tu has hecho mucho por la claridad, o sea por la libertad. No dejemos que la libertad, que suele andar desnuda como Nadiuska, se coja otra gripe que le dure otros cuarenta a?os.
-Ah, y gracias por la barra de pan, macho.
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