Devaluaci¨®n poselectoral
?Una nueva devaluaci¨®n ser¨ªa desastrosa?, ha dicho el ministro de Comercio en Murcia. La declaraci¨®n se produce en el primer acto p¨²blico del ministro despu¨¦s de que la prestigiosa revista americana Business Week anunciara la posibilidad de una devaluaci¨®n de la peseta, del 20 %, en fecha pr¨®xima. El semanario americano en los ¨²ltimos meses ha perdido parte de la credibilidad que antes ten¨ªa en su informaci¨®n sobre Espa?a.La declaraci¨®n del ministro no disipar¨¢ las dudas de muchas personas, que recuerdan que poco antes de la devaluaci¨®n de febrero ocurri¨® algo similar. En aquella ocasi¨®n fue el Sunday Times el que anunci¨® la medida, y Villar Mir la desminti¨® en diversos actos p¨²blicos. Una disposici¨®n de este calibre debe tomarse de forma inesperada y sin anuncios previos que provoquen especulaciones de efectos insospechados, pero ello no es ¨®bice para que a la vista de la situaci¨®n econ¨®mica que atraviese un pa¨ªs se intuya la proximidad de una devaluaci¨®n.
El Gobierno devalu¨® en febrero un 11 %. La medida no fue acompa?ada de otras disposiciones complementarias, y su eficacia, por tanto, ha sido m¨¢s que dudosa.
Los rumores devaluatorios de estos momentos son menos intensos que los registrados hace un mes y de los que Sunday Times se hizo tambi¨¦n eco, aunque sin acierto. En estas p¨¢ginas se?alamos entonces, y ahora lo reiteramos, que la devaluaci¨®n parece m¨¢s que improbable. El Banco de Espa?a, a trav¨¦s de su agente en Suiza, est¨¢ apoyando la cotizaci¨®n de la peseta, que incluso se ha revaluado ligeramente en las ¨²ltimas semanas, y seg¨²n todos los expertos bancarios y de la Administraci¨®n que hemos consultado, ni existe fuerza pol¨ªtica para afrontar una impopular devaluaci¨®n, ni suficientes razones de eficacia que la justifiquen.
Las fuentes consultadas consideran aconsejable que la intervenci¨®n del mercado sea m¨¢s leve, para dejar que el cambio se deslice a zonas m¨¢s bajas que den una cotizaci¨®n m¨¢s ajustada a la realidad. As¨ª se aliviar¨ªa, al menos en lo m¨¢s superficial la falta de competitividad, que parece alarmante, de nuestras exportaciones, y se evitar¨ªa un coste muy elevado para las reservas a la hora de defender el cambio.
Los efectos psicol¨®gicos de la devaluaci¨®n en Espa?a son siempre malos. El p¨²blico en general lo interpreta como una p¨¦rdida de posiciones, y no como una medida correcta en muchos casos y recomendable -para una situaci¨®n m¨¢s saneada. En otras circunstancias pol¨ªticas es m¨¢s que probable que la decisi¨®n fuera aconsejable y que antes o despu¨¦s tendr¨ªa que adoptarse. Pero si la situaci¨®n econ¨®mica no se deteriora m¨¢s de lo que est¨¢, todo indica que hasta despu¨¦s de las elecciones postinvernales el Gobierno no modificar¨¢ bruscamente la paridad de la moneda.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.