Una falta de respeto al p¨²blico

El domingo Andr¨¦s V¨¢zquez no compareci¨® en Vista Alegre, donde estaba anunciado. Y no compareci¨® porque, lisa y llanamente, no le vino en gana. Se fue a correr liebres. La noche anterior hab¨ªa sido jurado del Festival de la OTI, que se transmit¨ªa por RTVE, y dijo all¨ª, ante las c¨¢maras, que aunque se encontrara a aquellas horas en Prado del Rey, que no se preocupasen sus amigos pues acudir¨ªa puntualmente a la cita que ten¨ªa con ellos el domingo, para correr unas liebres.Cuantos sab¨ªamos que estaba anunciado en el festival de Vista Alegre, nos quedamos de una pieza. ?C¨®mo puede un torero, retirado o no, dejarse anunciar y luego incumplir su compromiso con tanto desahogo? Y sobre todo, ?c¨®mo lo consiente la autoridad?

Andr¨¦s V¨¢zquez hab¨ªa aceptado su participaci¨®n en el festejo de Vista Alegre d¨ªas antes de su actuaci¨®n en el festival homenaje a Bienvenida. Incluso dio a conocer la cuadrilla que llevar¨ªa y concret¨® los restantes detalles. Luego vendr¨ªa el ¨¦xito de clamor en Las Ventas, lo que revaloriz¨® su cartel hasta el punto de que se convirti¨® en el principal atractivo del festival de Vista Alegre.

Su actitud al no cumplir tan arbitrariamente el compromiso contra¨ªdo fue una absoluta falta de respeto al p¨²blico. La autoridad tiene que intervenir para atajar semejantes atropellos. En estas cuestiones de incomparecencias, sustituciones, suspensiones tambi¨¦n, venimos observando que la autoridad adopta una actitud benevolente, quiz¨¢ sin advertir que el verdadero perjudicado es el p¨²blico, al que se deja a merced de los caprichos de los toreros, de las recaudaciones de taquilla y consecuentemente de los intereses de las empresas, etc¨¦tera, cuando en realidad cumple escrupulosamente con el pacto que siempre supone adquirir una entrada, que es pagarla, y tiene pleno derecho a obtener a cambio la contrapartida de que se le ofrezca, ¨ªntegro, el espect¨¢culo anunciado.