La novela latinoamericana, en jaque
Hablar del boom de la novela latinoamericana, a estas alturas, significa en nuestra cultura no especialmente brillante, una especie de exorcismo. Tras la entrega fascinada de editores, lectores y acomplejados escritores espa?oles, que tuvo su apogeo por los a?os 69 y setenta, y le¨ªdos ya los Cort¨¢zar, los Vargas Llosa, los Garc¨ªa M¨¢rquez y hasta sus maestros, menos afortunados: Borges, el infinito, o Macedonio Fern¨¢ndez, se cae en la tentaci¨®n frecuente del olvido. Olvido que significa catalogar como enorme e hinchada operaci¨®n editorial lo que fue revelaci¨®n ling¨¹¨ªstica e imaginaria. En desprecio, este especial y desagradecido asesinato del padre por tantos innegables hijos peninsulares. Y tambi¨¦n, claro, un pel¨ªn de chauvinismo. La vieja metr¨®poli que protesta cuando los hijos, sentidos perpetuos adolescentes, andan por su cuenta, y van m¨¢s adelante. Que es su obligaci¨®n.Novelistas hispanoamericanos de hoy, una selecci¨®n cr¨ªtica, realizada y seleccionada por Juan Loveluck, sale, sin decirlo, al paso. Se trata de marcar los l¨ªmites de una novel¨ªstica, de definir un fen¨®meno complejo y averiguar si puede hablarse o no de novela latinoamericana y que todos entendamos ?una po¨¦tica com¨²n?. Por ah¨ª va la declaraci¨®n de principios que hace el propio Loveluck a la entrada de este texto y, a niveles sincr¨®nicos, el completo, riguroso art¨ªculo que encabeza la selecci¨®n: firma Fernando Ainsa la espiral abierta de la novela latinoamericana e intenta la descripci¨®n estructuralista, muy en el m¨¦todo nueva cr¨ªtica francesa, quiz¨¢ un tanto ecl¨¦ctico, como corresponde a nuestra situaci¨®n cultural, la descripci¨®n, digo, de una po¨¦tica latinoamericana para la novela. La cr¨ªtica como rescate, los movimientos de lectura que pueden y deben establecerse, son dos puntos importantes en el an¨¢lisis. Asimismo, el concepto de estructura informada e informante -no son estas sus palabras- que da dinamicidad a la construcci¨®n del propio paradigma novel¨ªstico.
Novelistas hispanoamericanos de hoy
Edici¨®n de Juan Loveluck. Ed. Taurus. Col. El Escritor y la Cr¨ªtica. Madrid, 1976.
Augusto Roa Bastos a?ade, con Imagen y perspectivas de la narrativa latinoamericana actual, la visi¨®n diacr¨®nica del g¨¦nero, sus avatares hist¨®ricos, entendidos como acervo cultural y operante. Lo que siguen son un grupo de buenos estudios particulares que tocan las grandes novelas del boom y otras. Y ya se cierra el texto con una bibliograf¨ªa completa, que toca desde los cl¨¢sicos a numerosas monograf¨ªas, y que ha preparado el propio Loveluck. La publicaci¨®n de este texto, fuera de moda, es una buena lecci¨®n. No s¨®lo es problema de los propios escritores latinoamericanos la b¨²squeda de su propia identidad o de la de su trabajo: se trata de un fen¨®meno importante, a nivel cultural total, y M¨¢s en este pa¨ªs que siente con la misma lengua. Guste o no, en esta ¨¦poca de crisis del g¨¦nero en todo el mundo, la novela latinoamericana, desprovista de tradici¨®n local, agarrada a lo mejor de la experiencia mundial, se ha colocado a la cabeza, ha alcanzado formas de conocimiento y nombramiento del mundo que no se pueden olvidar, so riesgo de perder pie. Han supuesto y siguen suponiendo la vanguardia novel¨ªstica de estos a?os. Y todav¨ªa es pronto para ver sus frutos, aunque ya hay se?ales. ?Qu¨¦ son, si no, esas jovenc¨ªsimas novelas que han intentado nombramientos parab¨®licos de Espa?a? Pues, a mi modo de ver, son, sin m¨¢s, el apropiamiento pleno y leg¨ªtimo de unos medios imaginarios y ling¨¹¨ªsticos para poner nombre a nuestras cosas.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.