El delegado gubernativo impide hablar a los vecinos
La primera asamblea autorizada celebrada por la Asociaci¨®n de Vecinos de Alcobendas y San Sebasti¨¢n de los Reyes no ha servido para nada -en realidad no se puede decir que se celebr¨®- por el desmesurado celo del delegado gubernativo que asisti¨® a la misma.Al asociaci¨®n, todav¨ªa en tr¨¢mite, recibi¨® la autorizaci¨®n del gobernador civil con la condici¨®n de que se suprimiera el punto cuarto del orden del d¨ªa, relativo a la constituci¨®n de la Federaci¨®n Provincial de Asociaciones y al an¨¢lisis de su actual situaci¨®n, junto con la de las tres asociaciones suspendidas. Se decidi¨® aceptar la condici¨®n en aras de celebrar la asamblea, ya que hacia meses que por diversos motivos no hab¨ªa habido una reuni¨®n general de vecinos.
De los otros tres puntos, el primero era notificar las gestiones realizadas para pedir la legalizaci¨®n. Se dio cuenta de un escrito enviado al Gobierno en el que se hac¨ªa menci¨®n de la necesidad de democratizar realmente la vida ciudadana. En ese momento, el delegado gubernativo cort¨® tajantemente argumentando que esos eran temas pol¨ªticos y que no se pod¨ªan tratar. Hubo un abucheo y una indignaci¨®n general.
El segundo punto se refer¨ªa a la petici¨®n de una propuesta de entrevista con el gobernador, para agilizar la legalizaci¨®n. Cuando se pidi¨® a los vecinos que se pronunciaran sobre la conveniencia o no de solicitar la entrevista, el delegado gubernativo volvi¨® a suspender moment¨¢neamente el desarrollo de las conversaciones, diciendo que all¨ª no se pod¨ªan dar opiniones, y que la reuni¨®n se deb¨ªa limitar a una informaci¨®n por parte de la junta directiva al resto de los socios. A los vecinos que quisieron hablar les indic¨® que primero ten¨ªan que identificarse. Se produjeron nuevas protestas, pero el delegado no cedi¨® en su postura.
El tercer punto trataba de la conveniencia de separar la demarcaci¨®n de la asociaci¨®n, y dejarla limitada s¨®lo a Alcobendas, ya que en San Sebasti¨¢n de los Reyes funciona otra propiamente de ese pueblo. L¨®gicamente, para aprobar este cambio se deb¨ªa pedir la opini¨®n de los socios, y el delegado volvi¨® a prohibir las intervenciones. En ese momento los asistentes no quisieron aguantar por m¨¢s tiempo lo que calificaron de abuso de autoridad y de provocar una situaci¨®n tensa, y prefirieron suspender la asamblea.
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