Cuatro equipos perif¨¦ricos delante del Madrid
Se ve¨ªa venir; ha bastado la aprobaci¨®n de la reforma, defendida desde el Gobierno por el ministro barcelonista se?or Lavilla, para que cuatro equipos perif¨¦ricos se hayan colocado por delante del Madrid y que el Atl¨¦tico, que a nivel directivo tira a bunker, haya perdido la cabeza de la Liga en favor del Valencia. Para acabar de arreglar la cuesti¨®n, el Espa?ol, que siempre ha sido bien visto desde la Casa Blanca abus¨® en Sarri¨¢ de un decadente Madrid al que esta vez no salv¨® ni Pirri. Don Santiago Bernab¨¦u, que una vez dijo que admiraba a Vil¨¢ Reyes -lo dijo antes de lo de los telares sin lanzadera- porque en Barcelona presid¨ªa un club llamado Espa?ol, no podr¨¢ hacer lo mismo respecto a Meler, que encima, por dos veces, se ha negado a traspasar a Solsona.Por una vez el Espa?ol ha actuado al estilo instancia unitaria, es decir, sin el suplica y el Dios guarde a usted muchos a?os. Por una vez cul¨¦s y periquitos han podido confraternizar en la fuente de Canaletas. Por una vez, del triunfo del Espa?ol se han alegrado los barcelonistas.
Santiago Bernab¨¦u le dec¨ªa un. d¨ªa a S¨¢nchez Bella, que es madridista y asiduo a la tribuna: ? La cosa no tiene arreglo.? S¨¢nchez Bella, que era m¨¢s optimista, insist¨ªa en que s¨ª. Bernab¨¦u que fue cabo en la guerra civil, le dijo:
?Cuando entr¨¢bamos en los pueblos catalanes la gente se escond¨ªa dentro de las casas y los viejos, al vemos, lloraban. Y cuando un viejo llora, la cosa no tiene arreglo.?
Bernab¨¦u ya preve¨ªa esto. Encima, el Espa?ol. Y adem¨¢s, la prensa madrile?a le da beligerancia a la oposici¨®n. Claro que entre la oposici¨®n bernabeuiana hay gente que estuvo en el establecimiento y ahora se apresura a tomar posiciones para la carrera del futuro. Y entre esa oposici¨®n hay gente cuyos diagn¨®sticos futbol¨ªsticos no tienen credibilidad. Alguno de los que quiere aparentar ser la oposici¨®n se contentar¨ªa con ser directivo. Pero lo malo es que Bernab¨¦u, que se las sabe casi todas, distingue entre quienes desean ser directivos y quienes desean hinchar el pecho en el palco.En la Casa Blanca exist¨ªa la teor¨ªa, hasta hace un par de a?os, de dejarlo todo atado y bien atado. As¨ª, Lolo Sainz fue anunciado como sucesor de Pedro Ferr¨¢ndiz en la direcci¨®n del equipo de baloncesto. Lolo est¨¢ en el banquillo del basket y Pedro est¨¢ en sus cuarteles de invierno, pero alg¨²n nudo se escurri¨® en la atadura porque entre el ex entrenador madridista y Saporta hay sus tiquis miquis. Por ejemplo, Saporta, desde la Federaci¨®n de Baloncesto, no apoya a Ferr¨¢ndiz para el congreso mundial de entrenadores. Ferr¨¢ndiz, que no piensa en el fracaso, saca dinero de cualquier parte y hasta ha conseguido una peque?a subvenci¨®n del banco en el que trabaja Saporta, pero no a trav¨¦s de ¨¦ste, sino a trav¨¦s del actual presidente y sin que el Kissinger madridista se enterara.
Algo falla en los de las ataduras, porque Antonio Ruiz, que estaba destinado a suceder a Mu?oz y que por circunstancias tuvo que esperar a relevar a Miljanic, parece que ha perdido puntos. El drama del Madrid podr¨ªa estar en que algunos conspicuos se empe?aran en estropear la soluci¨®n al mandato bernabeuniano. Bernab¨¦u cree que Gregorio Paunero es un, santo y todo hace indicar que podr¨ªa ser ¨¦ste su sucesor. Paunero ser¨ªa la continuidad del sistema y bastar¨ªa con que Bernab¨¦u lo expresara de una forma rotunda para que el madridismo dijera am¨¦n.
El problema surgir¨¢ cuando al fin se decida democratizar el f¨²tbol, funci¨®n que corresponder¨¢ al se?or Porta. Cuando la democracia ingrese en la Federaci¨®n Espa?ola, los clubs elegir¨¢n a sus presidentes por sufragio universal y por tanto no valdr¨¢n las componendas entre compromisarios. El ¨²nico club que no tendr¨ªa problemas para reelegir a su presidente ser¨ªa sin duda el Madrid, porque los testigos de Bernab¨¦u, y esto no hay quien pueda ponerlo en duda, son miles.
Agust¨ªn Montal que en la pasada temporada promovi¨® una campa?a democratizadora, se limit¨® a plantear en las cortes del f¨²tbol una minirreforma a lo que el Madrid respondi¨® con una postura rupturista; o todos a las urnas, o nadie. Del susto a¨²n se est¨¢n reponiendo algunos. Pero las cosas, claro est¨¢, siguen igual.
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