"En Presidencia se ejerce la autocr¨ªtica y se rectifica"
Carmen D¨ªez: Tengo una enorme expectaci¨®n c¨ªvica ante el primer Gobierno surgido de las elecciones generales, ya que tendr¨¢ que afrontar situaciones a¨²n m¨¢s conflictivas que el Gobierno actual. Realizada la transici¨®n, habr¨¢ que dar respuesta real a las exigencias y reivindicaciones que el pa¨ªs tiene planteadas. Evidentemente que me preocupa —y mucho— que las respuestas futuras a tantos problemas no sean progresivas.
Carmen D¨ªez de Rivera no parece fatigada. Con una sonrisa exacta, amable, sus ojos grandes parecen recordar alg¨²n tema importante. Nos acompa?a hasta la salida: detr¨¢s ya, s¨®lo asoma el ribete bordado de sus pantalones color teja y su mano alargada suavemente sobre el pomo de la puerta.
EL PA?S: ?Cu¨¢les son las claves de su acceso a la pol¨ªtica?
Carmen D¨ªez: Mire usted, yo no he accedido a la pol¨ªtica: cola boro con el presidente Su¨¢rez en su equipo y, dentro de su equipo, en el escal¨®n inferior. De todos modos, supongo que el mejor servicio que le presto al presidente es decirle las cosas tal y como son, y ejercer frecuentemente la cr¨ªtica. Creo que ha sido precisamente esto la ?clave? para que el presidente Su¨¢rez me incluyera en su equipo.
EL PA?S: ?Podr¨ªa autodefinir su car¨¢cter?
Carmen D¨ªez: Me resultar¨ªa fastidioso por lo complejo. Quiz¨¢ las notas dominantes sean la sinceridad y el af¨¢n de libertad.
EL PA?S: ?Vive sola?
Carmen D¨ªez: Normalmente, s¨ª.
EL PAIS ?Por qu¨¦?
Carmen D¨ªez: Mire, soy persona muy independiente, no s¨®lo en mis criterios sino igualmente en mis enfoques v¨ªtales. Normalmente me cuesta aceptar ?porque s¨ª? los usos y convenciones establecidos es decir, todo ese tinglado que nos rodea permanentemente. De ah¨ª que busque alejar me de ello al menos en mi casa.
EL PA?S: ?Qu¨¦ libro no comprar¨ªa nunca?
Carmen D¨ªez: Mis conversaciones privadas con Franco, de Franco Salgado-Ara¨²jo.
EL PA?S: ?Por qu¨¦?
Carmen D¨ªez: Por conocer sus manifestaciones p¨²blicas.
EL PA?S: ?Por qu¨¦ se fue a Costa de Marfil?
Carmen D¨ªez: Porque necesitaba conocer una cultura diferente y otros modos de expresi¨®n.
EL PA?S: ?Qu¨¦ buscaba y qu¨¦ encontr¨® all¨ª?
Carmen D¨ªez: M¨¢s o menos a m¨ª misma, sin tantas colonizaciones ajenas que como una puesta en acci¨®n de tantas ideas, comportamientos y actitudes culturales y sociales adquiridos sin posibilidad, pr¨¢cticamente, de rechazo. Algo as¨ª como un problema de clarificaci¨®n propio y de clarificaci¨®n de lo que merodeaba. En ?frica comprend¨ª que nadie puede monopolizar una cultura y menos a¨²n sentirse superior, por el puro accidente de haber nacido en un determinado lugar geogr¨¢fico y adquirir, por ese simple hecho, gratuitamente toda una herencia socio-cultural privilegiada que produce unas actitudes arbitrar¨ªas de prepotencia. Entend¨ª, igualmente, que hay muchas soluciones v¨¢lidas a planteamientos fundamentales de la persona y que la cultura occidental es s¨®lo una respuesta m¨¢s a esos planteamientos. Comprend¨ª que el racismo pod¨ªa ser leg¨ªtimo por parte de los africanos. Entend¨ª los tremendos desequilibrios producidos por el colonialismo blanco.
EL PA?S: ?Puede -por favor- precisar cu¨¢l es su funci¨®n espec¨ªfica en Castellana, 3?
Carmen D¨ªez: La propia de un Gabinete y. especialmente, toda la relaci¨®n con el exterior. Me interesa se?alar que por el Gabinete no pasan documentos secretos y menos a¨²n los relacionados con la Defensa, como pareci¨® sugerir alguna revista, Adem¨¢s de estas, funciones, mantengo una estrecha relaci¨®n con diferentes personas que, de manera espont¨¢nea, me env¨ªan sugerencias, informes, problem¨¢ticas locales, cr¨ªticas... Es ¨¦ste uno de los aspectos que humanamente estimo m¨¢s de mi trabajo, por se r un cauce directo con los problemas diarios del pa¨ªs. L¨®gicamente, todas estas sugerencias son conocidas por el presidente.
EL PA?S: ?Es elevado su grado de compenetraci¨®n con el presidente Su¨¢rez?
Carmen D¨ªez: Coincidimos en lo fundamental, es decir, en la necesidad de un cambio en profundidad de las estructuras socio-econ¨®mico-pol¨ªticas del pa¨ªs, como qued¨® se?alado en la declaraci¨®n program¨¢tica del Gobierno y en que la democracia es el sistema pol¨ªtico mejor dotado para realizar y asegurar esta transformaci¨®n.
EL PA?S: Castellana, 3. ?se ejerce la autocr¨ªtica? Carmen D¨ªez: No s¨®lo se ejerce, sino que se rectifica p¨²blicamente.
EL PA?S: ?De qu¨¦ clase social procede Carmen D¨ªez de Rivera?
Carmen D¨ªez: Por nacimiento, de la aristocracia: por la manera que he desarrollado mi propia vida, al mundo del trabajo que vive y act¨²a desde un contrato salarial.
EL PA?S: ?Admite la existencia de la lucha de clases? Carmen D¨ªez: Sin ninguna duda.
En torno al feminismo
EL PA?S: ?Es feminista?
Carmen D¨ªez: Cualquier mujer consciente de la realidad hist¨®rica de la mujer es feminista. Lo que diferir¨¢ ser¨¢ su grado de compro miso y de solidaridad.
EL PA?S: ?Por qu¨¦ es feminista?
Carmen Diez: Porque estoy siempre en contra de cualquier forma de esclavitud.
EL PA?S: ?Admite la afirmaci¨®n de que la mujer permanece dominada por el var¨®n?
Carmen D¨ªez: Mire usted, Augusto Bebel dec¨ªa que la mujer y el trabajador ten¨ªan en com¨²n la opresi¨®n que padec¨ªan ambos. A esta pregunta imagino que obtendr¨ªa usted diferentes respuestas, seg¨²n los intereses de clase que defendiesen las personas entrevistadas Para m¨ª, es evidente que la mujer ha permanecido dominada. La discriminaci¨®n ejercida en funci¨®n de su sexo, por unas estructuras de clase y machistas, ha tenido como resultado el que las mujeres vivieran en la ?esclavitud del hogar? y Como ?esclavas dom¨¦sticas?, llegando a ser consideradas en unos casos como propiedad privada del var¨®n y en otros, en situaci¨®n de subalterno. Se les prohibi¨® el acceso al estudio, a la ciencia, al deporte. Se foment¨® su pasividad como ?la esencia de lo femenino? y la virtuosidad pacata fue considerada como su mejor atributo. La mayor felicidad de la mujer deb¨ªa ser cumplir con su ?naturaleza? y estar siempre a la total disposici¨®n del var¨®n.
Esta visi¨®n machista, marginaba a la mujer de cualquier ocupaci¨®n interesante y, por supuesto, la m¨ªnima suposici¨®n de que compart¨ªa el placer sexual se consideraba como algo aberrante, por ser un exclusivo derecho masculino. Las mujeres que a trav¨¦s de la historia se desviaban de esta ?m¨ªstica femenina? eran consideradas como unas frustra das, bien como unas ligeras —por decirlo adecuadamente— o bien como unas ?rojas?... Afortunadamente, hoy empieza a aceptarse por amplios sectores que la aventura humana requiere la expansi¨®n total de todas las facultades en ambos sexos y. como dec¨ªa Marcuse, la emancipaci¨®n femenina es ?un factor decisivo en la construcci¨®n de una vida cualitativamente mejor.
EL PA?S: ?Militar¨ªa en un movimiento feminista?
Carmen Diez: Hay partidos que incluyen de manera determinante, junto a sus reivindicaciones comunes, la de la situaci¨®n femenina, como condici¨®n b¨¢sica e indispensable del progreso social. Yo militar¨ªa por tanto en uno de estos partidos en igualdad con el var¨®n.
Convicciones ideol¨®gicas
EL PA?S: ?Ha estado organizada pol¨ªticamente alguna vez?
Carmen D¨ªez: Como usted ya sabe, estuve en la USDE hasta la muerte de Ridruejo.
EL PA?S: ?Se puede hacer pol¨ªtica sin tomar partido? Carmen D¨ªez: ?C¨®mo se va a hacer pol¨ªtica sin tomar partido? Me parece imposible.
EL PA?S: Si la historia de Espa?a pudiera traducirse en una historia de dominantes y dominados, ?qui¨¦nes serian —a su juicio— unos y otros?
Carmen D¨ªez: Creo que el tinglado de la restauraci¨®n canovista contesta a su pregunta. El ?despotismo restaurador?, es decir, el r¨¦gimen de la restauraci¨®n, estuvo al servicio de los valores de la ?continuidad? que es lo mismo que decir que estuvo al servicio del sector m¨¢s privilegiado de la sociedad, desde el punto de vista econ¨®mico, de la oligarqu¨ªa del caciquismo. La frase tan conocida de Sagasta ?... a nosotros no nos estorba nadie...? responde a su pregunta.
EL PA?S: A su juicio, ?se puede ser patriota y de izquierdas?
Carmen D¨ªez: Mire usted, las ?m¨ªsticas de espa?olidad? no han sido m¨¢s que una brutal cobertura de absolutismos mesi¨¢nicos que surgieron en la ¨¦poca fernandina, como pensamiento importado de algunos historiadores franceses reaccionarios. El mito de la espa?olidad -entendido represivamente y asimilado con el de patriotismo, como analiza el profesor Herrero- es uno de los grandes fraudes hist¨®ricos creados para proteger los intereses de clase de unas minor¨ªas socioecon¨®micas del antiguo r¨¦gimen.
EL PA?S: En Espa?a, hoy, el ejercicio del poder pol¨ªtico y el del econ¨®mico ?coinciden?
Carmen D¨ªez: Han coincidido totalmente.
EL PA?S: ?Se puede —a su juicio— repartir mejor la riqueza sin repartir paralelamente el poder pol¨ªtico? Carmen D¨ªez: Me parece imposible. La participaci¨®n pol¨ªtica es la participaci¨®n econ¨®mica y la participaci¨®n cultural.
EL PA?S: A su juicio, ?qui¨¦n polarizar¨ªa el voto de los emigrantes?
Carmen D¨ªez: El partido que les garantizara de una manera real un trabajo digno.
EL PA?S: Si dependiera de usted, ?legalizar¨ªa al Partido Comunista?
Carmen D¨ªez: Si se sometiese a refer¨¦ndum, votar¨ªa por su legalizaci¨®n.
EL PA?S: Pol¨ªticamente, ?qu¨¦ es lo que m¨¢s asusta a Carmen D¨ªez de Rivera, aqu¨ª y ahora?
Carmen D¨ªez: La radicalizaci¨®n de los extremos que, ignorando la situaci¨®n real del pa¨ªs, podr¨ªa fomentar el aparato represivo.
EL PA?S: El futuro inmediato de Espa?a, ?le preocupa, le asusta ole ve esperanzadamente?
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