Juicio contra dos funcionarios de la Brigada Social de Barcelona
En el Juzgado de Instrucci¨®n n¨²mero 4 de Barcelona se celebr¨® la vista del procedimiento judicial contra dos funcionarios de la Brigada de Investigaci¨®n Social, acusados de lesiones a una detenida por razones pol¨ªticas, Mercedes Mu?oz, de veinte a?os de edad.Los acusados eran Atiliano del Valle Oter, jefe del tercer grupo, y el inspector Antonio Rizaldos Diaz. Se da el caso de que Atiliano del Valle fue recientemente condenado por otro Juzgado barcelon¨¦s, el n¨²mero 12, a dos penas de arresto de doce d¨ªas de duraci¨®n por lesiones a dos detenidos por hechos de car¨¢cter pol¨ªtico (ver EL PAIS de 29 de octubre).
En la vista de la causa no se produjo ni el m¨¢s leve incidente.Solamente estaban presentes unos pocos compa?eros de los acusados, quienes se comportaron con extrema correcci¨®n. Igual actitud adoptaron los amigos de la denunciante -mucho m¨¢s numerosos- y los abogados togados que acompa?aban al acusador privado, el letrado Marc Palm¨¦s. Este ¨²ltimo abogado tambi¨¦n intervino en la vista celebrada el pasado d¨ªa 28 de octubre contra cinco funcionarios del Cuerpo General de Polic¨ªa, siendo en aquella ocasi¨®n agredido.A poco de iniciarse la vista, la se?orita Munoz, respondiendo a preguntas del fiscal, manifest¨® que los acusados la ?pegaron constantemente?, precisando que lo hicieron ?con instrumentos, con las manos y con los pu?os cerrados?. Agreg¨® que estaba ?absolutamente segura? de reconocer a los dos funcionarios.
A requerimiento de su abogado, Mercedes Mu?oz dijo que Atiliano del Valle le peg¨® dos o tres veces, mientras que lo hizo muchas m¨¢s Antonio Rizaldos.
El defensor de los funcionarios interrog¨® a Mercedes Mu?oz sobre las circunstancias de su detenci¨®n, cuando acababa de colocar una pancarta. Esta manifest¨® que no se hab¨ªa herido al ser detenida, y, en cambio, repiti¨® que durante su permanencia en las dependencias policiales le hab¨ªan pegado ?patadas, con una barra, golpes contra la pared?.
Detenci¨®n fortuita
A continuaci¨®n se expusieron las circunstancias concretas de la detenci¨®n de Mercedes Mu?oz, la cual fue fortuita y corri¨® a cargo del entonces jefe de la Brigada de Investigaci¨®n Social de Barcelona, y actual jefe superior de Polic¨ªa de Bilbao, comisario Juli¨¢n Gil Mensa, y del ch¨®fer de ¨¦ste, el polic¨ªa armada Tom¨¢s Coll.Como punto importante del juicio es de destacar que el actual jefe superior de polic¨ªa de Bilbao remiti¨® -a trav¨¦s del defensor de los polic¨ªas- un escrito que favorec¨ªa a los funcionarios acusados.
Compareci¨® como testigo de la defensa el polic¨ªa armada que fue ch¨®fer del comisario Gil Mensa, quien precis¨® tambi¨¦n las circunstancias de la detenci¨®n. Le sigui¨® tambi¨¦n como testigo de la defensa el m¨¦dico forense Juan Camps, quien especific¨® las lesiones que perit¨®. Detall¨® que Mercedes Mu?oz presentaba lesiones en los p¨¢rpados, brazos, mu?ecas, y pierna izquierda. La certeza del origen de las lesiones era variable, ya que las de las mu?ecas podr¨ªan ser causadas -manifest¨® el forense- por las esposas, mientras que, respecto a las lesiones de los p¨¢rpados, el forense ratific¨® que eran ?hematomas derivados de una contusi¨®n?. El origen de las lesiones en los brazos tambi¨¦n fue controvertido por ambas partes.
Por su parte, los polic¨ªas acusados negaron con energ¨ªa haber golpeado a la detenida. Atiliano del Valle afirm¨® que no vio nada anormal en los interrogatorios que ¨¦l dirigi¨®, precisando que ?si lo hubiese visto lo habr¨ªa impedido ?. A?adi¨® que los golpes a los detenidos ?est¨¢n prohibidos por la ley de Enjuiciamiento Criminal y por nuestros superiores?.
El inspector Rizaldos manifest¨®, al ser preguntado que no recordaba qui¨¦nes eran los otros funcionarios que participaron en el interrogatorio, ya que hab¨ªa pasado m¨¢s de un a?o desde el momento de los hechos (Mercedes Mu?oz fue detenida el 5 de diciembre de 1975). Este hecho era importante, por cuanto que la se?orita Mu?oz siempre declar¨® que los autores de los golpes fueron cuatro.
Ambos funcionarios juraron por su honor no haber causado lesiones a la entonces detenida, lo cual fue interrumpido por el juez, quien se?al¨® que ?el tribunal no hab¨ªa exigido juramento? a los funcionarios.
Cuesti¨®n de l¨ªmites
Finalmente intervino el fiscal, el acusador privado y la defensa. El fiscal puso de relieve como dato important¨ªsimo que el juez de guardia hab¨ªa sido el que hab¨ªa observado las lesiones a la detenida. Y que hab¨ªa sido el mismo juez de guardia el que hab¨ªa iniciado de oficio los tr¨¢mites que ahora llevaban a la celebraci¨®n del juicio. Reconoci¨® que hab¨ªa dudas respecto al origen de las lesiones en los brazos pero afirm¨® que, respecto a las lesiones de la pierna izquierda. ?estimamos que est¨¢ clar¨ªsimo?.El fiscal afirm¨® que la prueba m¨¢xima era la declaraci¨®n de la chica. Resalt¨® que la declarante hab¨ªa afirmado que la intervenci¨®n de un funcionario era distinta del otro. Tambi¨¦n afirm¨® el fiscal que la polic¨ªa actu¨® entonces defendiendo ?la legislaci¨®n vigente en aquellos momentos?. A?adi¨® que ?todo es una cuesti¨®n de l¨ªmites?. Tambi¨¦n manifest¨® que a la polic¨ªa se le hab¨ªa dado un poder muy grande que iba a la par con la responsabilidad de su misi¨®n. Tuvo frases de elogio para la polic¨ªa y afirm¨® que en un Estado de Derecho corresponde a los tribunales ?velar por la pureza de este cuerpo?. El fiscal termin¨® pidiendo una pena de cuatro d¨ªas de arresto para cada uno de los funcionarios sentados en el banquillo.
El abogado Marc Palm¨¦s, por su parte, se ratific¨® en las afirmaciones del fiscal y analiz¨® algunos puntos del juicio a partir de razonamientos propios. Termin¨® su intervenci¨®n solicitando diecis¨¦is d¨ªas de arresto menor para cada uno de los dos funcionarios. Tanto el fiscal como la acusaci¨®n privada pidieron asimismo 2.000 pesetas de indemnizaci¨®n.
La defensa, por su parte, solicit¨® la absoluci¨®n, bas¨¢ndose en que no hab¨ªa sido probada la imputabilidad de las lesiones. La defensa afirm¨® que ?tales lesiones fueron causadas en el momento de la detenci¨®n?.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.