"Al fallar la tradici¨®n universitaria intentan sustituirla por el cambio"
-Desde una postura totalmente desligada de cualquier compromiso de partido, regresa a una Universidad que termin¨® como instituci¨®n, seg¨²n sus mismas palabras, con los levantamientos por parte de los estudiantes entre el 64 y el 68. ?C¨®mo ve hoy esa Universidad?,-Cuando falla la vida de la tradici¨®n universitaria se ?a intenta sustituir por una especie de dinamismo que no es otro que el del cambio perpetuo. Cada vez con m¨¢s frecuencia las autoridades acad¨¦micas dictan nuevos planes, generalmente est¨²pidos como se sabe, pero que tienen la virtud de que dichas autoridades y las otras pueden fingir que est¨¢n haciendo algo. Los estudiantes, por otra parte, quedan cogidos en la trampa, ya que hasta los que protestan tienen que hacerlo por esas tonter¨ªas, sin darse cuenta que la ¨²nica que tendr¨ªa alg¨²n sentido es contra los ex¨¢menes.
Es conocida la particular concepci¨®n que del Estado han tenido siempre los anarquistas. Garc¨ªa Calvo, al que siempre se le ha encuadrado en tendencias de signo libertario, negando siempre pertenecer o haber pertenecido a partido anarquista alguno, dice a prop¨®sito del Estado y su entendimiento:
-La contraposici¨®n entre la mentira y la realidad tiene importancia porque es lo que dice algo de verdad acerca de la esen cia del Estado. Efectivamente, .Espa?a es una mentira, una idea impuesta para fines muy deter minados por el poder respecto a los pueblos a los que oprime. Pero esta mentira se hace real en cierto sentido. Qui¨¦n puede negar, as¨ª, de un plumazo, el car¨¢cter, el car¨¢cter real de Espa?a o d el Es tado espa?ol. Es imposible ne garlo. Yo mismo, a pesar de llevar muchos a?os fuera, y estando desinteresado en aquello, cuando me descuido reconozco que de alguna manera soyespa?ol.
-?Qu¨¦ significaci¨®n tiene la palabra ?pueblo??
-Lo que se llama pueblo, es decir, la gente, se define en contraposici¨®n al Estado. ?Qu¨¦ es lo que hace que el pueblo espa?ol sea un pueblo? El hecho de que el Estado espa?ol tiene unas fronteras definidas. Algo que se ?aprovecha para su definici¨®n de la definici¨®n del Estado, no estar¨ªa en contraposici¨®n con el Estado. El pueblo espa?ol ya no es pueblo en ese sentido que antes se alud¨ªa y que se establec¨ªa por definici¨®n puramente negativa. Aquello que est¨¢ frente al Estado y que lo padece es lo que se llama pueblo. Por tanto no puede' haber un pueblo ni puede haber un ?est¨¦ pueblo? y un ?otro pueblo?.
La cultura
-La negaci¨®n de la cultura es otra de las constantes en Garcia Calvo:-Me desazona m¨¢s que nada esa impresi¨®n de que est¨¦ condenado tambi¨¦n yo a hacer historia, es decir, a figurar en esa trampa fr¨ªvola de la cultura y de la pol¨ªtica del d¨ªa, cosas que odio tan fervientemente como la pol¨ªtica, como la cultura. Cosas que hasta tal punto no puedo soportar. - Claro que alguno se le podr¨ªa ocurrir decir que siempre cabe quedarse en casa o irse al campo o retirarse a una granja, a eso que se llama vida privada, y a lo mejor es verdad que cabe eso; yo esta posibilidad no quiero negarla de plano.
Existe el temor de que a uno le hagan distraerse'con este tipo de frivolidades, le obliguen a jugar papeles que uno no tiene ganas ni est¨¢ hecho seguramente para jugarlos. En definitiva, cuando uno llega a considerarse, dentro de lo posible, de la manera m¨¢s pura como un simple instrumento para hacer no se sabe qu¨¦, ni muy bien para qu¨¦, pero en todo caso, como un instrumento, entonces uno est¨¢ acosado por esta cues ti¨®n de c¨®mo uno podr¨ªa ser m¨¢s ¨²til, c¨®mo uno podr¨ªa funcionar mejor. Entonces uno se siente en cuadrado, empujado a funcionar dentro de determinados cuadros, sometido a determinadas instituciones. Voy, por ejemplo, a tener que dar clases en una Universidad, a tener que estar m¨¢s o menos metido en la actualidad pol¨ªtica del pa¨ªs, aunque nada m¨¢s sea porque no podr¨¦ preso cindir de mi contacto con los estudiantes, entre los cuales se encuentran las ¨²nicas gentes con las que de ordinario puedo hablar y tratar con cierto gozo y con' la' menor mala conciencia posible. Entonces uno se debate contra. esta. imposici¨®n y, piensa que tal vez podr¨ªa ser m¨¢s ¨²til de otras maneras.
-?Cu¨¢les podr¨ªan ser esas otras formas de utilidad?
-No quiero decir precisamente que yo piense que podr¨ªa ser m¨¢s ¨²til siguiendo, como estos ¨²ltimos a?os en el Barrio Latino, escribiendo libros, por ejemplo, porque tambi¨¦n de esto tengo una gran desconfianza; si yo hubiera tenido una fe muy grande o muy ¨ªntegra en lo de la publicaci¨®n de libros, pues evidentemente seguir¨ªa en este relativo retiro de que he disfrutado estos siete a?os en el Barrio Latino, pero claro,como tampoco estoy convencido de la utilidad, de que mi mayor utilidad, est¨¦ en la publicaci¨®n de libros, pues de ah¨ª la duda, la vacilaci¨®n en que me encuentro ante todo esto. No sabe uno muy bien c¨®mo servir, esta es la cuesti¨®n, o por lo menos. no servir para, lo que. uno ve que no se debe servir, c¨®mo librarse de ello. Contra los libros hay mucho que decir, contra la inclusi¨®n en la industria cultural que tambi¨¦n i de una manera aparentemente externa, s¨®lo por la forma en que se hace la reproducci¨®n del libro y la distribuci¨®n, y tiene que modificar de alguna manera las formas de decir y con las formas aquello mismo que se dice, por que no se pueden distinguir las maneras de decir de las cosas mismas que se dicen. Hay mucho que decir contra la Universidad, contra la ense?anza, a la cual me dediqu¨¦ con mucho entusiasmo durante quince a?os, y cuyas trampas e insoportabilidades creo que explor¨¦ bastante bien. Hay mucho que decir contra la pol¨ªtica, sobre todo en las formas en que hoy se presenta, en que parece que se ha reducido a eso que se llama ?hacer la historia?, a esta forma de sumisi¨®n, al tiempo que se llama ?hacer la historia?, hay mucho que decir contra esto.
La negativa a militar
-La importancia de la negaci¨®n en el pensamiento de Garc¨ªa Calvo queda suficientemente suicientemente reflejada en su obra (Serm¨®n del ser y no ser es le particular relevancia), as¨ª cono a lo largo de toda la converaci¨®n. ?Creo que hay una contradicci¨®n entre cualquier forma te organizaci¨®n y una especie de inspiraci¨®n negativa?, son palaras del propio poeta y catedr¨¢tico cuando habla sobre su no pertenencia a partido establecido alguno. Y acerca del papel que desempe?a la negativa y en el acto de rebeli¨®n al poder establecido, m¨¢s concretamente, en la situaci¨®n actual espa?ola, se manifiesta en los t¨¦rminos siguientes:-Habitamos en lo imposible, estamos obligados a concebir cosas que por otro lado somos incapaces de concebir, el olvido de este hecho tan elemental falsifica todo. En fin, ya dec¨ªamos antes qu¨¦ nunca -se sabe si la negaci¨®n es posible, pero en el, supuesto de. que lo sea parece que la condici¨®n primera es saber de qu¨¦ se trata. Qu¨¦ es lo que se va a negar. Lo que no se puede pensar, lo que ya es una contradicci¨®n l¨®gica, es pensar que se puede negar que no se sabe lo. que es. El objeto del amor de uno, por el contrario, no s¨®lo debe ser, sino que tiene que ser, indefinido. Pero el objeto del odio, de la negativa y la rebeli¨®n es necesariamente definido. Justamente el condenarlo a esa definici¨®n es tal vez el primer paso de la negaci¨®n, del odio.
Entonces c¨®mo pueden pensar los rebeldes en hacer algo respecto a una cosa, respecto de cuya esencia se equivoca de una manera tan ?clara. Mientras la gente no sepa contra qu¨¦ se est¨¢ rebelando, mientras no haya visto la verdadera cara del nuevo Estado, parece que no caben ni siquiera esperanzas de que pueda existir una forma de rebeli¨®n. A m¨ª me parece que lo que se producir¨¢ ser¨¢ el advenimiento r¨¢pido de un r¨¦gimen de tipo gubernamental tecnocr¨¢tico.
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