Coloquio con Cesare Zavattini, en Barcelona
Cesare Zavattini, el padre del neorrealismo italiano, ha pasado por Barcelona. Durante los cuatro d¨ªas que ha durado su visita, el autor de corn¨ªcs, poeta, ensayista, periodista, guionista cinematogr¨¢fico y pintor, ha pronunciado dos conferencias, ha inaugurado una exposici¨®n antol¨®gica de su pintura y ha intervenido en un coloquio sobre la vertiente humor¨ªstica de su actividad cultural.
El mencionado coloquio reuni¨® en la tarde del pasado mi¨¦rcoles a m¨¢s de trescientas personas, en la sala de actos del Fomento de las Artes Decorativas (FAD). Interven¨ªan en el mismo los cineastas Luis G Berlanga y Ricardo Mu?oz Suay, el humorista Jaume Perich y el periodista y escritor Manuel V¨¢zquez Montalb¨¢n, am¨¦n del propio Cesare Zavattini.
Mu?oz Suay hizo la presentaci¨®n de Zavattini, del que dijo ?era un revolucionario permanente, aunque vote al PCI, y un antiut¨®pico por excelencia', Hizo menci¨®n a su trayectoria de luchador constante e hizo menci¨®n a algunas de sus obras: La noche que di una bofetada a Mussolini Un paese (escrita hace veinte a?os y que ahora Zavattini titula Un paese veinti anni dopo) y Si yo fuera pap¨¢. Explic¨® el objetivo del viaje de Zavattini, realizado en compa?ia de un grupo de amigos de las Cooperativas que existen en San Alberto. Peque?o pueblo de-2.900 habitantes de la regi¨®n de Emilia Romagna, y lugar en donde Zavattini ha desarrollado sus iniciativas culturales.
El coloquio, sin embargo, no abund¨® en las referencias que estaban previstas. Del humorismo de Zavattini, se pas¨® a analizar sus experiencias neorrealistas en el campo de la cinematograf¨ªa. Manuel V¨¢zquez Montalb¨¢n expuso el ?raro milagro de la tolerancia franquista?, que supon¨ªa el hecho de que en la ¨¦poca de los a?os cincuenta se permitiera el pase de pel¨ªculas c¨®mo Milagro en Mil¨¢n y Ladrones de bicicletas, filmes, ambos, que ?transmitiendo una realidad que no era la espa?ola, reflejaban situaciones que s¨ª correspond¨ªan a nuestro entorno?. Manifest¨® asimismo que el receptor popular hab¨ªa rechazado Ladrones de bicicletas debido al autoconocimiento de su propio entorno. El rechazo de las formas neorrealistas —para V¨¢zquez Montalb¨¢n— fue debido al perfeccionamiento de la alienaci¨®n que consigui¨® el dirigismo cultural fascista. En este sentido, el r¨¦gimen pod¨ªa permitirse la libre exhibici¨®n de los filmes de Zavattini, siempre limitados a las peque?as masas de intelectuales.
Para Zavattini, el fen¨®meno de la no aceptaci¨®n por parte de la sociedad de su propia imagen era debido a la tradici¨®n y a la transferencia constante, por parte de la clase dominante, de sus propios valores, lo cual hac¨ªa que el pueblo espa?ol hubiera aceptado Pandora, de Ava Gardner, en lugar de Ladrones de bicicletas.
Berlanga estuvo en desacuerdo con las palabras de V¨¢zquez Montalb¨¢n, ya que, a su parecer, lo que ocurri¨® en Espa?a en la etapa de posguerra fue un cierto aire moral de vencedor, moral que supuso, incluso, que los seguidores del neorrealismo no se plantearan la necesidad de hablar de la guerra civil. Ricardo Mu?oz Suav polemiz¨® con Berlanga sobre esta cuesti¨®n y abord¨® el tema del miedo que en aquellos a?os se apoder¨® de la intelectualidad; insisti¨® en la imposibilidad de desarrollar las formas neorrealistas en nuestro pa¨ªs y record¨® las dificultades que tuvieron Zavattini. Berlanga y ¨¦l mismo, cuando hace veinticinco a?os recorrieron Espa?a para escribir un gui¨®n, ya que el contacto con el pueblo se hacia dif¨ªcil, por no decir imposible.
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