Sencillez infantil en los "Cuentos para armar entre todos"
Jorge D¨ªaz, chileno afincado ya hace a?os entre nosotros, siente especial predilecci¨®n por el teatro infantil, que alterna con la creaci¨®n de obras de filiaci¨®n ?independiente?. Ahora, Los Trabalenguas vuelven al teatro Alfil con los Cuentos para armar entre todos, dirigidos y revisados por el autor, despu¨¦s de la experiencia adquirida durante sus giras por Espa?a.D¨ªaz, habitualmente complejo, es aqu¨ª de una sencillez meridiana. Toma la famos¨ªsima idea del ya viejo flautista encantador, le rinde homenaje, la glosa y la conduce hasta su desembocadura ejemplar: una propuesta de participaci¨®n democr¨¢tica de los chicos asistentes. El resultado es un espect¨¢culo alegre, sencillo, directo, un poco lento y arbitrario en su comienzo, que permite gran libertad a los cuatro int¨¦rpretes y que se crece much¨ªsimo en la recta final.
Los int¨¦rpretes, Amparo L¨®pez Baeza. Pedro Meyer, Pedro Mu?oz y Julio Fischtel, tienen una estupenda baza inicial: aman a los ni?os. Se divierten y divierten, en consecuencia, fomentando la comunicaci¨®n permanente. De tal forma que les cuesta bien poco ganar las elecciones finales. Son simp¨¢ticos y generosos de su esfuerzo. Encarnan, con facilidad, los arquet¨ªpicos personajes marcados por Jorge D¨ªaz. No son pretenciosos y no esconden la pacotilla de ninguna did¨¢ctica de segunda mano.Los chicos que fueron al Alfil rieron y participaron. Los asistentes fueron empujados a cumplimentar una encuesta informativa destinada, sin duda, a orientar futuros trabajos. Es un placer contemplar un espect¨¢culo limpio, totalmente limpio de ¨¦nfasis.
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