Catalu?a y el Pa¨ªs Vasco

DURANTE EL largo per¨ªodo que ha seguido a la guerra civil, la pol¨ªtica centralista infiri¨® el mismo trato humillante y discriminatorio a Catalu?a y al Pa¨ªs Vasco. La obligatoriedad de la llamada ?lengua del Imperio? y la represi¨®n, disimulada o abierta, del euskera y del catal¨¢n constituy¨® un grave atentado a la identidad cultural de ambos pueblos.Unidas por estas heridas, tambi¨¦n han compartido esas tierras una misma suerte en el progreso econ¨®mico. En las tres provincias vascas y las cuatro catalanas se concentra casi un 30 % del potencial productivo del pa¨ªs. Consecuencia de esa prosperidad material ha sido el flujo de poblaci¨®n inmigrante en busca de puestos de trabajo, que ha terminado incorpor¨¢ndose, sin discriminaciones hirientes, a las comunidades que les acogieron.

Sin embargo, en el Pa¨ªs Vasco las heridas han sido m¨¢s profundas que en Catalu?a y han degenerado en situaciones de violencia Y terrorismo. Hay que buscar las razones ¨²ltimas de ambos procesos, pero desde ahora mismo cabe se?alar que uno de los factores que explica esa diferencia es la distinta pol¨ªtica realizada desde Madrid en la ¨²ltima d¨¦cada frente a unos y a otros. Se podr¨ªa decir que as¨ª como Catalu?a ha tenido casi siempre entreabiertas las puertas del poder para negociar parte de sus problemas, el Gobierno s¨®lo ha escuchado rara vez las protestas de los vascos y, en su prisa por acallarlas en ocasiones, se ha empe?ado en ahogar los s¨ªntomas sin suprimir las causas.

Mientras el Gobierno Civil ha sido ocupado en Barcelona en el ¨²ltimo per¨ªodo por hombres flexibles y negociadores, los delegados gubernativos m¨¢s recientes en Guip¨²zcoa Y Vizcaya parecen elegidos por su dureza e intransigencia. Crispada la situaci¨®n por los asesinatos pol¨ªticos y el terrorismo, las fuerzas de orden p¨²blico, visibles en Catalu?a en el mismo grado que en Madrid o Sevilla, provocan en cambio en el Pa¨ªs Vasco una reacci¨®n diferente a la propia de los funcionarios encargados de velar por la seguridad de los ciudadanos. Las limitaciones a la amnist¨ªa afectan casi exclusivamente a los presos Pol¨ªticos vascos. En un terreno simb¨®lico, mientras el Gobierno ha preparado el viaje del Rey a Catalu?a, el Pa¨ªs Valenciano. Galicia. Asturias y Andaluc¨ªa, nada ha hecho para que el heredero del Se?or¨ªo de Vizcaya visite unas tierras a las que sus antepasados estuvieron tan proximos.

Estas historias, en su. d¨ªa paralelas y ahora cada vez m¨¢s diverogentes, tienen su ilustraci¨®n en los acontecimientos de los ¨²ltimos d¨ªas. Mientras las negociaciones entre el presidente Su¨¢rez y un sector de la oposici¨®n catalana parecen caminar hacia soluciones inmediatas Y respetuosas para aquel pueblo, la aparici¨®n p¨²blica en San Sebas- europea y de aran ralgambre hist¨®rica.'el Partido Nacionalista Vasco, ha dado luizar a violentos incidentes. Una incomprensible pol¨ªtica de orden p¨²blico ha culminado en el cierre de la, parte vieja de la capital guipuzcoana y transf¨®rmado un partido de ffitbol de ?eternos rivales? en otro detonante inesperado.Una vez m¨¢s, la ceguera del poder central o de sus dele-ados amenaza con alejar de nuevo las posibilidades de distensi¨®n en el Pa¨ªs Vasco.