Las feministas italianas estudian su t¨¢ctica
Con gran secreto, las feministas se han reunido en congreso en Paestum, en el sur de Italia. Hace pocas semanas hab¨ªan congregado en Roma a m¨¢s de 10.000 mujeres para protestar contra la violencia. Memorable es la concentraci¨®n, tambi¨¦n en Roma, sobre el aborto.En Paestum, las feministas se hacen ante todo la autocr¨ªtica y estudian las t¨¢cticas futuras del movimiento. Los problemas sobre el tapete son: relaciones del movimiento con los partidos, el nuevo descubrimiento de la maternidad, los problemas de la pareja. Todos est¨¢n de acuerdo en que es necesario mantener encendida la llama de la utop¨ªa, siempre en contacto con la realidad.
Uno de los colectivos m¨¢s radicales de las feministas es el de V¨ªa Cherubini, de Mil¨¢n. Se ha llegado a teorizar la necesidad de una homosexualidad entre mujeres, para defender el m¨¢s absoluto separatismo del mundo de los machos. La homosexualidad en este caso ser¨ªa una pr¨¢ctica pol¨ªtica tendente a volver a la posesi¨®n del propio cuerpo y la propia sexualidad. El instrumento para lograrlo m¨¢s adecuadamente ser¨ªa el psicoan¨¢lisis. Al parecer, en Mil¨¢n dos muchachas terminaron por elegir el suicidio. Seg¨²n Lea Melandri. una l¨ªder del feminismo milan¨¦s, la transformaci¨®n individual no es todav¨ªa la revoluci¨®n. Hay que transformar ante todo la sociedad.
Frente a este radicalismo prospera otra corriente, la que cree que es preciso combatir batallas reales, inmediatas, por el aborto, los consultorios autodirigidos, la medicina de la mujer. ?El macho, el compa?ero patr¨®n, est¨¢ lleno de defectos, pero hasta ahora no hemos logrado descubrir un sustituto decente?, creen las feministas de esta corriente, tratando de encontrar entre las paredes familiares una relaci¨®n nueva, m¨¢s libre y paritaria con el compa?ero.
El congreso de Paestum trata de conciliar las dos tendencias. Ning¨²n periodista podr¨¢ informar sobre ¨¦l. Estas mismas noticias provienen de una periodista feminista. Mar¨ªa Grazia Francescato, que trabaja para el movimiento. La opini¨®n p¨²blica, sin embargo, se demuestra cada d¨ªa m¨¢s interesada por el fen¨®meno de un movimiento que no es s¨®lo pintoresco o pasajero. El soci¨®logo italiano Francesco Alberoni. aunque reconoce al movimiento un sentido esot¨¦rico, lo considera m¨¢s ¨¦tico que pol¨ªtico. Muchas feministas que visten hippy, montan a caballo y tienen la camarera en casa, luchan por una nueva Eva y un nuevo Ad¨¢n. aspiran a un cambio antropol¨®gico m¨¢s que pol¨ªtico. Si esto es una utop¨ªa, no lo son las batallas callejeras que de vez en cuando organizan, por lo que, en otros t¨¦rminos, los pol¨ªticos llaman derechos civiles.
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