Llamamiento de Tr¨ªas Fargas en favor de la descentralizaci¨®n estatal
?Los catalanes no quieren que se les califique de separatistas. Pero para poder aportar a una Espa?a com¨²n, necesita que se les reconozca su personalidad espa?ola. Para que esto sea posible hace falta que se concedan a Catalunya libertades suficientes para que pueda desarrollar su propia personalidad. Catalunya quiere contribuir a una Espa?a com¨²n, pero no quiere ser parte de cualquier Espa?a.
Quiere si acaso aportar a la Espa?a progresista, democr¨¢tica y popular, y no a la Espa?a milagrera, retr¨®grada y de las tradicionales oligarqu¨ªas dirigentes.? Dijo ayer Ram¨®n Tr¨ªas Fargas, l¨ªder de Esquerra Democr¨¢tica de Catalu?a, durante la conferencia que pronunci¨® en el club Siglo XXI, de Madrid, sobre ?la cuesti¨®n catalana?. Sobre la forma de Estado id¨®nea para Catalu?a se?al¨®: ?El mundo actual aboga por la descentralizaci¨®n de las actividades del Estado y aunque ese camino no puede satisfacer todas las necesidades de Catalunya, si es el primer paso, por lo tanto Catalunya no existir¨ªa y probablemente habr¨ªa que encontrar formas auton¨®micas o incluso federales para Espa?a, de todas maneras. Sea como sea, si se quiere contar con la colaboraci¨®n catalana y aprovechar esta falta de separatismo que hoy por hoy rige en el Principado y escaso deseo de fraternidad con todos los pueblos de Espa?a, es preciso encontrarle un lugar constructivo, libre y en igualdad con todos los que vivimos bajo el Estado espa?ol. Sin esto, Catalunya se apartar¨¢ de toda colaboraci¨®n en una resistencia pasiva que se sabe d¨®nde empieza pero no d¨®nde acaba. El hecho de que Catalunya no sea separatista y quiera participar, no se puede entender como un cheque en blanco?. Al t¨¦rmino de su conferencia hizo un llamamiento a la unidad con diversidad: ?Las concesiones concretas de autonom¨ªa que Catalunya pide —precis¨®—, pueden concretarse como primer paso en las que rigieron durante la segunda rep¨²blica. T¨¦ngase presente que no hablamos del estatuto del a?o 32 como una posici¨®n revanchista en mojo alguno. Lo que pasa es que es una manera r¨¢pida de decir lo que se pide. Si repasamos los textos legales de la ¨¦poca, varios de los servicios traspasados a Catalu?a eran de tal modestia, de tal moderaci¨®n y tal justificaci¨®n que nadie en Espa?a se atrever¨ªa a atacarlos. Y menos cuando ser¨ªan derechos perfectamente normales en Suiza, en Estados Unidos o en cualquier otro pa¨ªs medianamente democr¨¢tico. Y ser¨ªan comprendidos y apoyados por organismos internacionales y por todos los grupos sociales medianamente justicieros que existen por estos mundos de Dios. Espa?a ser¨¢ una naci¨®n de naciones con participaci¨®n de todos o no ser¨¢.?
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