"La banda de Moebius", una editorial pobre y distinta
La banda de Moebius es un juego ingenioso que consigue la casi cuadratura del c¨ªrculo: una superficie con una sola cara. Sin fin. Una cinta indefinida, flexible, cerrada a la que se hace andar, sin m¨¢s, toda la eternidad: las dos caras supuestas de cualquier superficie, perfectamente continuadas. Desde el invento ocultista de Moebius su banda ha dado mucho juego. Entonces, posiblemente, fue una met¨¢fora pl¨¢stica de la eternidad misma. Luego ha sido modelo para supuestas perspectivas pict¨®ricas e imposibles.La banda de Moebius es, ahora, una editorial. El nombre se vuelve confuso: acratoide. La banda pasa de significar cinta a querer sugerir pandilla. O as¨ª me lo parece, un poco en broma. El caso es que a mi me invadieron en el caf¨¦ Gij¨®n y me vendieron dos t¨ªtulos, los dos primeros: La soledad, los viajes, el mar, la amnist¨ªa, de Emilio Sola (los poemas y dibujos de Ram¨®n Ram¨ªrez), y Amanecer de plomo, de Javier Sandoval.
-Nosotros no queremos sacar s¨®lo poemas -dicen-. Pensamos en ensayos y textos en general.
La editorial pretend¨ªa publicar esa gente que tiene dif¨ªcil acceso a las editoriales tradicionales y esa otra a la que las editoriales no hacen caso. Y claro, superados los problemas de calidad, resultan libros dif¨ªciles de vender en cauces normales. Utilizan entonces los dobles circuitos, a?adiendo a las librer¨ªas la pura convicci¨®n personal. La venta directiva, y, a veces, depende el rollo que sea, la venta en barrios, facultades, etc¨¦tera.
La editorial, se?alan, no tiene una definici¨®n pol¨ªtica ni de nada. lmaginaci¨®n s¨ª se les ve. ?Es como la banda misma de Moebius: los libros entran en el sin fin, y no se sabe c¨®mo van a salir... ?, me dicen. Como el problema es el stock de originales, piensan medidas: por ejemplo, la suscripci¨®n, a mil pesetas, a la editorial.
Y bueno: tienen en proyecto sacar el Manifiesto de la comuna antinacionalista zamorana, De los modos de integraci¨®n del movimiento estudiantil, De la venta de las almas y otros textos an¨®nimos que la imaginaci¨®n popular -no se sabe bien por qu¨¦- ha atribuido a Agust¨ªn Garc¨ªa Calvo. Tambi¨¦n es inmediata la aparici¨®n del Rom¨¢n Reyes, La oraci¨®n de un exc¨¦ptico, y Sobre el juego, de Javier Echevarr¨ªa, con pr¨®logo de Fernando Savater.
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