La Plataforma Ib¨¦rica no es del agrado de Mario Soares

Con el reciente ingreso en el eurogrupo de la OTAN la escalada de integraci¨®n portuguesa en los organismos pol¨ªtico-econ¨®mico-militares de Europa es un hecho irreversible. El regreso a las fronteras primitivas y la llegada al poder del Partido Socialista han determinado la llamada ?opci¨®n europea? de Portugal por medio de una pol¨ªtica realista, favorecida en gran parte por la notable influencia que sobre las principales fuerzas partidarias ejercen los gobiernos de Europa occidental y Estados Unidos.

Miembro de pleno derecho de la Organizaci¨®n del Tratado del Atl¨¢ntico Norte desde la ¨¦poca salazarista y de la Asociaci¨®n Europea de Libre Comercio (EFTA), igualmente desde antes del 25 de abril de 1974, otros dos organismos abrieron sus puertas a Portugal en el curso de los ¨²ltimos meses: el Consejo de Europa y el eurogrupo de la OTAN.Pocas semanas despu¨¦s de la toma de posesi¨®n del Gobierno socialista el Consejo de Europa admit¨ªa corno decimonoveno miembro a Portugal toda vez que las estructuras democr¨¢ticas y el pleno funcionamiento de las instituciones homologaban a este pa¨ªs y le daban acceso al organismo de cooperaci¨®n pac¨ªfica de los estados europeos.

Este mismo mes, en Bruselas el eurogrupo, de la OTAN admit¨ªa tambi¨¦n a Portugal, que hasta la fecha formaba parte exclusivamente del bloque militar de la organizaci¨®n.

Queda un espacio por cubrir y a ¨¦l est¨¢n dirigidos todos los esfuerzos: la Comunidad Econ¨®mica Europea. El pr¨®ximo mes de enero, Mario Soares iniciar¨¢ una gira por todos los pa¨ªses miembros de la Comunidad con vistas a conocer los criterios de los distintos gobiernos y las dificultades que pueden encerrar la tan ansiada anexi¨®n.

En esta perspectiva, Espa?a aparece corno un escollo dif¨ªcil dadas las singulares caracter¨ªsticas pol¨ªtico-econ¨®micas del pa¨ªs vecino. Si a nivel pol¨ªtico Espa?a no recibi¨® todav¨ªa el placet definitivo, para su homologaci¨®n, Mario Soares y los responsables de las carteras econ¨®micas no desconocen la desventaja que supone competir con Espa?a. La plataforma conjunta para el ingreso de ambos pa¨ªses en la CEE no es del agrado de los dirigentes portugueses. Seg¨²n los observadores m¨¢s atentos, del reciente encuentro en Lisboa entre los jefes de Gobierno de Portugal y Espa?a.

Por otra parte, el Gobierno portugu¨¦s no ha formulado todav¨ªa la solicitud formal para su ingreso en el Mercado Com¨²n. Depende de factores diversos, todos ellos relacionados con el saneamiento de la situaci¨®n econ¨®mica y financiera en los pr¨®ximos tiempos, ?debidamente comprobada?, como afirm¨® el pasado mes de octubre en Ginebra un alto ejecutivo de la Comunidad.

De cualquier forma, la ofensiva diplom¨¢tica para alcanzar este objetivo est¨¢ en marcha desde hace algunos meses. La mejora de las relaciones con las ex colonias y el refuerzo de la cooperaci¨®n y amistad con pa¨ªses del Tercer Mundo ser¨¢n sin duda una de las cartas principales que Soares exhibir¨¢.

El papel de puente entre un mercado potencialmente reconocido y los nueve de la CEE puede ser un atenuante en las dif¨ªciles negociaciones que podr¨ªan demorar el ingreso de Portugal en la Comunidad.

Paralelamente, las relaciones con los pa¨ªses del Este son cada d¨ªa mejores, no s¨®lo a nivel pol¨ªtico, sino en el campo de la cooperaci¨®n t¨¦cnica y cient¨ªfica y en el intercambio comercial. Desde la ¨¦poca del general y presidente Costa Gomes, las relaciones de Portugal con los pa¨ªses del Pacto de Varsovia registran un nivel aceptable.

Como dijo Mario Soares al peri¨®dico franc¨¦s Le Monde, ?Europa tiene algunas razones para ayudarnos?, entre ayudas e intereses. El flanco m¨¢s occidental del continente europeo no continuar¨¢ orgullosamente solo.