Pueblo, pol¨ªticos, leyes
El pueblo, ha dicho el ministro de Informaci¨®n, ha demostrado estar ?muy por encima de la clase dirigente?. Para el se?or Reguera, los espa?oles estamos acostumbrados a ?vivir juntos?, pero ahora debemos aprender a ?convivir?, es decir, respetar los derechos y libertades de los dem¨¢s.Todos estamos de acuerdo en que son muchas las leyes que van quedando desbordadas por una realidad cambiante y viva. No siempre son las leyes m¨¢s antiguas: normas ha habido, previstas para encauzar lo que durante tantos a?os se ha venido llamando el futuro, que no resultan ya instrumentos ¨²tiles de gobierno, ni garant¨ªa efectiva de los derechos de todos. La vida pol¨ªtica, por ejemplo, se desenvuelve cada vez mejor, pero en una cierta intemperie legal. Esto es, en buena parte, fruto de la situaci¨®n misma en que nos encontram¨®s. El Gobierno lleva adelante con tacto y buen sentido muy notables la transici¨®n pol¨ªtica, pero ning¨²n pueblo puede sentirse tranquilo sin leyes que respondan a las necesidades del momento.
Por una parte hay muchas, much¨ªsimas cosas, en que s¨®lo las nuevas Cortes, las que surjan del refer¨¦ndum en que el pueblo ha hecho sentir su voz y de las elecciones que han de venir, podr¨¢n con autoridad trazar las fronteras de la convivencia. Pero, por otra parte, hacen falta normas -la ley Electoral es un ejemplo- a las que atenerse en el camino. La negociaci¨®n, el pacto, el acuerdo, la honesta y patri¨®tica conversaci¨®n entre los pol¨ªticos que sientan su responsabilidad y quieran estar a la altura del pueblo, puede facilitar el establecimiento de esta normativa que nos lleve en paz y con amplios consensos a las elecciones.
Hay grandes leyes que pueden y deben esperar. Pero hay otras muchas disposiciones legales que deben modificarse o desaparecer puesto que la acci¨®n de gobierno y la de la misma justicia consisten b¨¢sicamente en interpretarlas y aplicarlas. El ministro de Informaci¨®n aludi¨® a la misma ley de Prensa como una de las que est¨¢n condenadas a ser derogadas o modificadas. No es la ¨²nica y algunas normas, como las que rigen el juego pol¨ªtico y la acci¨®n de los partidos, tienen especial urgencia.
24 diciembre
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