Dos obras dedicadas a Casals
Entre tantas dedicaciones como ha tenido Pablo Casals, en el centenario de su nacimiento, han sido escasas las puramente musicales. Sin embargo, el Festival de Puerto Rico, que el propio Casals fundara, encarg¨® a Alberto Ginastera la composici¨®n de una obra en homenaje al gran violoncelista catal¨¢n. Estrenada en San Juan, por la Orquesta Juvenil Interamericana, y presentada despu¨¦s en Madrid, la partitura en cuesti¨®n posee no s¨®lo valores accidentales y est¨¦ticos, sino otros de orden emocional muy hondo.Para entender bien las Glosses sobre temes de Pau Casals, hemos de recordar la evoluci¨®n ¨²ltima de Ginastera o, si se quiere, su arribada a un grado definitivo de madurez. Desde una formaci¨®n muy rigurosa y un pensamiento nada dado a la improvisaci¨®n, el m¨²sico argentino evoluciona hacia expresiones plenamente actuales, de las que son muestra los conciertos para piano, arpa y viol¨ªn. En ellos, de modo objetivo, se aprovechan las distintas corrientes de las escuelas contempor¨¢neas, aun cuando el compositor no ceda nunca a tentaciones parcialistas de t¨¦cnica o estilo ni, por el contrario, se someta a los moldes estrechos de tendencia alguna. Precisamente ese ?pensiero? de artista en libertad ha llevado a Ginastera a recordar a Casals -hombre y m¨²sico- a trav¨¦s de un lenguaje diferenciado y apto para insertar en ¨¦l concretas evocaciones de diversos temas casalsianos.
?Imagin¨¦ -escribe Ginastera- unas variaciones sobre temas de Casals, una composici¨®n brillante en la cual los conjuntos y los solistas se combinan con un cierto destello de virtuosismo juvenil. Su estilo estar¨ªa de acuerdo con la edad de los j¨®venes int¨¦rpretes de Puerto Rico y encaminado a lograr la debida comunicaci¨®n entre orquesta y p¨²blico. Estoy seguro que una obra as¨ª ser¨¢ ejecutada continuamente en los institutos musicales de muchas partes del mundo. Y ser¨¢ un constante homenaje al maestro por parte de la juventud.?
Las Glosses est¨¢n escritas para orquesta de cuerda con quinteto in lontano y sus distintas secciones tienen un nudo emocional de uni¨®n: El cant dells ocells que funciona a modo de ritornello constantemente variado pero siempre fiel a su leve y l¨ªrica sustancialidad catalana. En cuanto a las partes de la obra se estructuran en cinco ?momentos? o ?evocaciones? cada una de las cuales representa un matiz expresivo. Montserrat, su encanto y su misterio, archivo de recuerdos de la infancia de Casals, aparece aludido en la Introducci¨®n; lo id¨ªlico y amoroso canta a trav¨¦s del Romance; el que Casals hiciera c¨¦lebre Canto de los p¨¢jaros protagoniza la tercera pieza, tan sutil en su significaci¨®n popular; la danza nacional catalana, es decir, la ?sardana? en su ritmo y en algunos giros tem¨¢ticos, personifica la Catalu?a animada, elegante, agridulce y eterna. En fin, las Glosses se cierran como una Conclusi¨®n delirante, cuyos fuertes contrates est¨¢n inspirados en los colores de la bandera catalana, las barras rojo y gualda.
Habla Casals desde sus temas, habla Catalu?a y habla Ginastera desde su peculiar idiom¨¢tica, l¨ªrica en ocasiones, incisiva y hasta violenta a veces. Pl¨¢cida y descriptiva cuando la orquesta envuelve el ?canto de los p¨¢jaros? en un ?gorgojeo? instrumental que llega a crear un ambiente de serenidad casi obsesiva.
Como resultado del concurso Pau Casals ha sido premiado un Concierto para violencelo i orquesta, de Tom¨¢s Marco, a¨²n sin estrenar. El m¨²sico madrile?o ?esconde? en el suceder de su habitual prosodia alusiones a Falla y a Casals, en un deseo de juntar el recuerdo de las dos grandes figuras, cuyo centenario hemos celebrado durante el a?o que termina. Al final, el ?canto de los p¨¢jaros? se expone de modo m¨¢s expl¨ªcito a fin de precisar la direcci¨®n concreta del homenaje. Raz¨®n fundamental del mismo, es que se trate, precisamente, de una obra nueva destinada al instrumento del que Casals fuera m¨¢ximo renovador. Tanto que Rostropovitch afirm¨® un d¨ªa que sin Casals ¨¦l no habr¨ªa podido existir.
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