Tras el refer¨¦ndum, la reforma sindical
Durante las ¨²ltimas semanas la reforma sindical ha sido relegada a un segundo plano del que est¨¢ a punto de salir. La atenci¨®n y la tensi¨®n de los hombres del Gobierno, de la oposici¨®n de derechas y de la oposici¨®n democr¨¢tica, se han concentrado en el refer¨¦ndum del 15 de diciembre.Entretando la Comisi¨®n de Leyes Fundamentales de las Cortes tiene pr¨¢cticamente terminados sus trabajos de estudio de las enmiendas presentadas al proyecto de ley sobre el derecho de asociaci¨®n sindical. Cualquier d¨ªa despu¨¦s de las vacaciones navide?as pueden comenzar los debates en las Cortes.
El par¨¦ntesis del refer¨¦ndum parece haber sido aprovechado asimismo por el Ministerio de Trabajo para elaborar un proyecto de ley de huelgas que juntamente con una reforma de ley de Convenios Colectivos de 1973, constituir¨ªan los dos primeros pasos del Gobierno Su¨¢rez tras la eventual aprobaci¨®n en las Cortes de su proyecto de reforma sindical.
Por todo ello se hace necesario recordar aqu¨ª que el Gobierno Su¨¢rez cometer¨ªa un grave error pol¨ªtico si considerara que los resultados del reciente refer¨¦ndum le dan luz verde para, con ¨¦xito de acogida en la clase trabajadora, abordar la reforma sindical en los t¨¦rminos en que actualmente est¨¢ planteada, y, a partir de ella, la reforma del sistema laboral.
Supongo que el Gobierno no ignora que han sido las zonas industriales las que han dado mayores porcentajes de abstencionismo en el reciente refer¨¦ndum. Pero no basta con que lo sepa. El Gobierno no puede emborracharse con los resultados globales de su refer¨¦ndum, hasta el punto de ignorar que ha sido la acci¨®n de los partidos obreros, y, muy especialmente, las acciones del PSOE y del PCE, la principal determinante de la clarificaci¨®n de las coordinadas antidemocr¨¢ticas en que la consulta ha sido planteada a los espa?oles, y por tanto, la principal determinante de las abstenciones registradas y del importante n¨²mero de votos en blanco de quienes (funcionarios. pensionistas y trabajadores de peque?as empresas) se han visto obligados a votar.
Intentar trasladar los resultados del refer¨¦ndum a la reforma sindical no ser¨ªa ni serio ni m¨ªnimamente realista. Los destinatarios de la reforma sindical no son todos los espa?oles, sino una parte de estos, los trabajadores. La progresiva toma de conciencia de la clase trabajadora. la consolidaci¨®n y creciente incidencia de los dos m¨¢s importantes sindicatos del pa¨ªs, la socialista UGT y la comunista Confederaci¨®n de Comisiones Obreras augura a la reforma sindical del Gobierno Su¨¢rez resultados muy distintos de los del refer¨¦ndum del 15 de diciembre.
Insisto en las diferencias entre uno y otro tema porque si algo est¨¢ claro es que son los trabajadores y sus sindicatos de clase quienes tienen que dar el s¨ª o el no a la reforma sindical, y que, hoy por hoy, la clase trabajadora espa?ola se inclina mayoritariamente por rechazar todo lo que no sea la libertad sindical.
De ah¨ª que, hoy m¨¢s que nunca, el desmantelamiento de las estructuras del verticalismo, deba ser objeto de di¨¢logo y acuerdo entre el Gobierno Su¨¢rez y la oposici¨®n sindical.
El di¨¢logo entre Enrique de la Mata y los sindicatos democr¨¢ticos habido el pasado verano fue roto por el ministro de Relaciones Sindicales. a la vista de la difusi¨®n que la prensa dio a aquellas entrevistas. as¨ª como por las reacciones negativas que tales encuentros provocaron en el bunker sindical. Hoy, est¨¢ demostrado que el bunker en todas sus manifestaciones son s¨®lo 500.000 espa?oles. y que muchos de los que han votado s¨ª en el refer¨¦ndum han votado por la superaci¨®n del franquismo.
Por todo ello entiendo que han desaparecido las dificultades que en su d¨ªa llevaron a que el ministro de Relaciones Sindicales rompiera el di¨¢logo con los sindicatos legales. Las circunstancias objetivas del pa¨ªs al d¨ªa de hoy, y el estado de la correlaci¨®n de fuerzas entre reformistas y franquistas no s¨®lo permite sino que exige inmediata reanudaci¨®n del di¨¢logo sindicatos-Gobierno.
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