La dura realidad
La estructura dram¨¢tica de esta pel¨ªcula recuerda la de otra a¨²n reciente entre nosotros, estrenada durante el ¨²ltimo verano. La acci¨®n de ambas, de aquella titulada La pareja chiflada como la de ¨¦sta, giraba en torno a dos hombres. En la primera, dos viejos actores; en la segunda, dos maduros homosexuales. Del arte a la vida, del empe?o de fingir al empe?o de vivir realmente, esta escalera a que alude el t¨ªtulo, m¨¢s que para subir al cielo tal como afirma uno de los protagonistas, se dir¨ªa que sirve a ambos para huir de la realidad que les rodea, un mundo cruel, una dura realidad de madres y noches s¨®rdidas, mendaces y agresivas. Si el arte, a partir de cierta edad, se contenta con volver la mirada hacia atr¨¢s, el sexo. en cambio, perdura y lucha por sobrevivir en estas dos acabadas criaturas. Pareja extra?a, pero a la que el desden, la mutua compasi¨®n los celos y las l¨¢grimas prestan un tono especial, de caricatura del amor no se sabe si querida y buscada, y planteada casi en todo momento como una actitud eminentemente defensiva. Estos dos hombres. el uno barbero y el otro artista fracasado unen pues sus mutuas decepciones en la gran derrota del sexo com¨²n. eternamente presente en el filme como en sus relaciones dentro de sus habitaciones solitarias y mezquinas. Stanley Donen nos ofrece casi siempre tales relaciones en clave de humor, humor, a ratos demasiado elemental. espeso y duro como el ambiente en que la acci¨®n se desarrolla, con la momia que clama y vegeta desde las sucias s¨¢banas del lecho. al comp¨¢s de la aventura truncada con el joven complaciente a sueldo. entre labores dom¨¦sticas que lleva a cabo la parte m¨¢s d¨¦bil y a la vez m¨¢s fuerte de la pareja.La historia se nos cuenta en broma porque hasta hace relativamente poco tiempo y no s¨®lo en Espa?a, las obras sobre homosexuales no admiten pr¨¢cticamente otro tratamiento. Si se compara el de ¨¦sta con el de Domingo, maldito domingo, por ejemplo se comprender¨¢ el camino recorrido desde en tonces y lo que va de un realizador a otro en lo que a sensibilidad y entendimiento puede darnos hoy el cine. La interpretaci¨®n. acorde con el tono general. ha sido confiada, tal como se acostumbra en estos monumentales mano a mano a dos, monstruos del arte de lidiar empe?os especiales. Richard Burton se lleva en ¨¦ste la parte del le¨®n quiz¨¢ porque su personaje es el m¨¢s agradecido por m¨¢s rico o por m¨¢s complicado. Su oponente, Rex Harrison. tiene a su cargo la otra cara de la moneda. m¨¢s f¨¢cil y t¨®pica aunque en las secuencias iniciales. llegue a hacernos esperar lo contrario. A medida que la historia avanza. seg¨²n los personajes frente a frente. van lidiando por turno el dif¨ªcil toro del amor y del sexo compartidos. hasta llegar a la plenitud de sus tipos respectivos. Burton, con su cr¨¢neo vendado, sus arrebatos repentinos, su odio y afecto para con la madre, y su cari?o y desd¨¦n para su amigo y compa?ero. acaba por erigirse en el due?o y se?or del filme, ante un p¨²blico que no sabe si emocionarse o no, si ser¨¢ pecado hacerlo. pecado de virilidad: si olvidar esta historia. esta escalera ingrata, enjuiciarla o participar de alg¨²n modo en ella en fin, con cualquier remoto y propio pensamiento siempre v¨ªctima de los tab¨²s que tanto pueden aludir a cualquier tipo de actitud mental como a amores secretos y prohibidos.
La escalera
Gui¨®n de Charles Dver. basado en su obra del mismo t¨ªtulo. Realizado por el mismo autor. Dirigido y producido por Stanley Donen. M¨²sica de DudIey Moore. Int¨¦rpretes.: Rex Harrison y Richard Burton. EEUU. Dram¨¢tico. Color. Local de estreno: Cine Gayarre.
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