La prensa predemocr¨¢tica
Produce tristeza leer la prensa y revistas de nuestros d¨ªas lo que no quiere decir, que a?or¨¦ la anterior, ?la de los cuarenta a?os de dictadura?. Pero es el caso que la prensa predemocr¨¢tica no parece ir por mejores caminos, s¨®lo que, antes, hab¨ªa ?una? sola prensa, ?ahora...! Cuando el se?or Tierno Galv¨¢n escribe en su peri¨®dico, lo hace ?en nombre del pueblo?, pero yo le preguntar¨ªa: ?En nombre de qu¨¦ pueblo habla? Porque yo, que pertenezco al pueblo, no le he dado mi voto para que hable por m¨ª.Cuando el se?or M¨²gica se refiere a la era de Franco se expresa diciendo ?como la de menos libertad en la historia de Espa?a?, y yo le dir¨ªa al se?or M¨²gica, que es posible que tenga razones para hablar ?en nombre de los socialistas?, pero no estar¨ªa de m¨¢s que supiera que ?antes? de la era de Franco ?otros? no dispon¨ªan de esas libertades que ¨¦l reclama ahora.
En otro peri¨®dico, y en lugar destacado, cierto ejemplar de periodista de nuevo cu?o, y refiri¨¦ndose al cardenal Taranc¨®n, lo trata, a ¨¦l y a otros miembros de la Iglesia, con marcado aire displicente, y tach¨¢ndoles poco menos que de arrivistas. Y yo le pregunto: ?Se ha molestado el muy ponderado editorialista en cuesti¨®n en fijar su talento en personajes un poquito m¨¢s tenebrosos, como era el caso de Carrillo, por ejemplo?
Y ya que hablamos de Carrillo -don Santiago-, pasado ya el comieron perdices del cuento de su detenci¨®n, con sus intelectualitos firmantes, apoyos del extranjero... ipor favor...! ?A alguien de m¨¢s pro se le ha ocurrido el leer cierto punto de sus declaraciones hechas en la rocambolesca rueda de prensa en la que, con la desfachatez m¨¢s absoluta, afirma que la persecuci¨®n de los cat¨®licos durante nuestra guerra no fue sino obra de la Rep¨²blica? ?O es que el se?or Carrillo olvida que a¨²n vivimos m¨¢s de uno que lo conoci¨® muy bien, entre los que me cuento, y que saben perfectamente c¨®mo la Rep¨²blica -?pobre Rep¨²blica!-, lo ¨²nico que hizo -que fue bastante fue permitir que elementos como ¨¦l, que no vio el frente ni en el cine, ocuparan su precioso tiempo en el amoroso cuidado que le produc¨ªan los carcas -en la acepci¨®n de aquellos tiempos-, fascistas y dem¨¢s ?enemigos? del pueblo.
Pero esto no es lo malo, lo peor es que ustedes, por aquello de la libertad de prensa -cosa que est¨¢ por demostrar, por mucha democracia que se nos venga encima publican a la buena de Dios todo lo que les echen, con tal de que la firma sea rentable. No hay, entre los que escriben y los que publican, el menor rigor. Estos ejemplitos son s¨®lo una muestrecilla.
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