Cuidar a las enfermeras

Espa?a padece desde hace a?os un d¨¦ficit cr¨®nico de enfermeras, colectivo que suele autodenominarse en femenino por la abrumadora mayor¨ªa de mujeres en el sector. Tal escasez se traduce en unas 100.000 profesionales menos que la media de los pa¨ªses europeos. Para alcanzar la ratio comunitaria (8,3 de promedio por cada 100.000 habitantes frente a las 6,1 actuales) ser¨ªa necesario aumentar las plantillas casi en un 29%.

Una de las respuestas a esa proverbial carencia ¡ªque seg¨²n los expertos se traduce en un sistema de salud menos eficaz y con mayores listas de espera¡ª hay que buscarla en la formaci¨®n: cada a?o salen de las universidades espa?olas unas 10.500 enfermeras, insuficientes para cubrir las plazas disponibles. El 5% quedan vacantes. Adem¨¢s, muchas se decantan por el exilio laboral en busca de mejores condiciones: unas 7.000 ejercieron fuera de Espa?a en 2024.

Otra de las explicaciones de este d¨¦ficit estructural est¨¢ en el dise?o del propio sistema sanitario, un modelo en el que hist¨®ricamente las administraciones han apostado m¨¢s por los m¨¦dicos que por las enfermeras, especialmente en atenci¨®n primaria. La proporci¨®n media en Europa es de un 70% de enfermeras por un 30% de m¨¦dicos, mientras que en Espa?a se sit¨²a en un 60%-40%. Esta arquitectura sanitaria difiere de la de pa¨ªses como Reino Unido, B¨¦lgica o Canad¨¢, donde prevalece un modelo de enfermer¨ªa con m¨¢s funciones y mayor autonom¨ªa, as¨ª como un n¨²mero superior de contrataciones.

Una de las consecuencias de la falta de inversi¨®n en enfermer¨ªa es la atenci¨®n que recibe el paciente. Un sondeo de 2023 revela que el 85% de las profesionales considera que atiende a m¨¢s personas de lo que considera seguro. M¨¢s de la mitad de las enfermeras hospitalarias tuvo a su cargo m¨¢s de 10 enfermos, cuando la ratio apropiada se sit¨²a entre seis y ocho.

Pese a las reticencias de los m¨¦dicos a la ampliaci¨®n de competencias de las enfermeras, el Ministerio de Sanidad ¡ªen manos de Sumar¡ª parece haber tomado conciencia del problema y ha incluido en la nueva ley del medicamento, cuya aprobaci¨®n en el Consejo de Ministros est¨¢ prevista para finales de enero, que puedan prescribir un mayor n¨²mero de f¨¢rmacos.

Como parte esencial que son del Estado de bienestar, se deben hacer todos los esfuerzos por no descapitalizar ni desmoralizar a estas profesionales, que con una poblaci¨®n cada vez m¨¢s envejecida asumen funciones tan importantes como el seguimiento de las dolencias cr¨®nicas. Su trabajo debe, adem¨¢s, estar mejor remunerado para evitar datos descorazonadores como el que refleja que el 40% planea dejarlo en los pr¨®ximos 10 a?os. El, con raz¨®n, celebrado sistema sanitario p¨²blico espa?ol no puede dejar atr¨¢s a un colectivo clave para su buen funcionamiento.