Del pacto al chanchullo
EL GOBIERNO Su¨¢rez y la Oposici¨®n democr¨¢tica discuten ahora las condiciones en que han de celebrarse las pr¨®ximas elecciones generales. Ese es un ¨¦xito de todos y una gran noticia, porque es la garant¨ªa de que los grandes partidos hist¨®ricos aceptar¨¢n las reglas de juego y las elecciones podr¨¢n celebrarse y ser v¨¢lidos sus resultados. Pero la Oposici¨®n parece ahora contagiada de la prepotencia del propio Gobierno. As¨ª, el silencio de sus representantes en tomo al contenido de las negociaciones es tan irritante y tan absurdo como el silencio del Gobierno mismo. M¨¢s si cabe: a la Oposici¨®n democr¨¢tica le es exigible una transparencia de actitudes que nadie hab¨ªa pensado solicitar al Gabinete, pues ser¨ªa como querer pedirle peras al olmo.A estas alturas, y despu¨¦s de varios encuentros entre el presidente y representantes de la Oposici¨®n, ignoramos cu¨¢les son los planteamientos b¨¢sicos de los dialogantes, y el contenido de las conversaciones. La Oposici¨®n tiene, no obstante, el deber moral y pol¨ªtico de decir p¨²blica y previamente cu¨¢les son sus condiciones m¨ªnimas de pacto cara a unas elecciones generales. Los espa?oles tenemos derecho a saber desde qu¨¦ bases se establecen los acuerdos y cu¨¢l es la marcha de los mismos. El optimismo o pesimismo de quienes acuden ya tan a menudo a Presidencia resulta irrelevante a este respecto, si no se explican claramente las razones que lo avalan. En una palabra, queremos ver c¨®mo los representantes de la Oposici¨®n democr¨¢tica abandonan las viejas f¨®rmulas franquistas de hacer pol¨ªtica. La facultad de debatir a puerta cerrada sobre los problemas de la naci¨®n no ha sido todav¨ªa delegada, que nosotros sepamos, por la opini¨®n p¨²blica. Por eso sorprende ver este espect¨¢culo. Al Gobierno, querer tapar el di¨¢logo con los representantes de los partidos hist¨®ricos a base de recibir en el mismo d¨ªa a venerables l¨ªderes del franquismo autocr¨¢tico y pol¨ªticos de segunda fila. A la Oposici¨®n, querer tapar sus dubitaciones pragm¨¢ticas a la hora del pacto pol¨ªtico escud¨¢ndose en un no comment nada brillante. El pacto Gobierno-Oposici¨®n, ante un per¨ªodo constituyente, hay que hacerlo a la luz del d¨ªa. Lo contrario, con todos los respetos, no ser¨ªa un pacto, sino un chanchullo.
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