Jos¨¦ Luis S¨¢nchez
Por Por m¨¢s vueltas que se den a su reci¨¦n inaugurada exposici¨®n, resulta Jos¨¦ Luis S¨¢nchez ser autor de una escultura ¨²nica, reiterada, recreada, hueca o compacta, miniaturizada o colosalista, en relieve, en forma de collage, confiada a la piedra, a la chapa, al bronce, sorda o refulgente, ¨¢spera o d¨²ctil al tacto... , pero ¨²nica. Y ello, en principio, no es malo, s¨ªntoma incluso de que el artista ha descubierto su lugar y su objeto, y ejemplo, tambi¨¦n, de una forma de proceder no poco com¨²n del arte contempor¨¢neo.No es dif¨ªcil advertir c¨®mo singulares maestros del arte nuevo (Mondrian a la cabeza) fueron, realmente, autores de una sola obra. Aludiendo a algunos de ellos (Still, Rothko, Newman, Louls, Noland...), ha dejado escrito Henry Gelzdahler: ?Durante est¨¢s ¨²ltimas cuatro d¨¦cadas los mejores artistas ha limitado las trazas e incluso los formatos de sus obras de tal modo que toda una carrera, toda una vida creadora, consiste en cambios resonantes sobre un mismo tema?.
Jos¨¦ Luis S¨¢nchez
Galer¨ªa Rayuela, 19Claudio Coello, 19
No lejos de dicho autor, cabe a?adir que cada uno de esos artistas vuelve a plantearse su problema cada vez que inicia una obra. Y aun cuando aprende con su propia experiencia, ha de ser una experiencia renovada, no simplemente recordada: ?porque un artista que se repite a s¨ª mismo vacuamente, est¨¢ recordando o tratando de recordar lo que sinti¨® al hacer una obra el a?o pasado. Y esto no sirve?.
La exposici¨®n de Jos¨¦ Luis S¨¢nchez y el grado reiterativo de cuanto en ella se nos deja ver (y se nos ha dejado ver durante largo tiempo) hacen m¨¢s que oportunas las cuestiones ahora suscitadas. No cabe duda de que cada creador se halla en posesi¨®n de una imagen ¨²nica, dir¨ªamos, b¨¢sica, renacida, renovada, perseguida como un sue?o, aparecida y vuelta a aparecer, m¨¢s y m¨¢s esclarecida.
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