La madre soltera, legalmente equiparada, y socialmente discriminada
?Las razones para despedirla est¨¢n bastante claras?, dijo a EL PAIS la vicedirectora del colegio Sierra Blanca, de M¨¢laga, al ser preguntada sobre la expulsi¨®n de una profesora soltera por estar embarazada.Purificaci¨®n Carre?o Hern¨¢ndez admiti¨® en al acto de conciliaci¨®n, en Magistratura de Trabajo, 137.000 pesetas de indemnizaci¨®n, por dejar su trabajo. El colegio es una obra com¨²n del Opus Dei, que funciona como cooperativa de ense?anza; los padres entregan al colegio una fuerte cantidad de dinero- al principio de la escolarizaci¨®n de sus hijos, con lo que pasan a ser propietarios del centro, en una empresa llamada Inmuebles para la Ense?anza, SA. En una zona de las afueras de M¨¢laga -en la colonia de Santa In¨¦s-, a caballo entre lo residencial y las colmenas obreras, el centro debe tener subvenci¨®n estatal, pues la vicedirectora declara a EL PAIS un 30 % de becarios, pero no de d¨®nde vienen las becas. El resto, un centro caro, para ?buenas familias?,
La vicedirectora, que se muestra extra?ada por el ?eco sorprendente que el caso ha encontrado en la prensa?, promete ?notas aclaratorias a todos los medios de difusi¨®n ?, y a?ade que ?la evidencia del embarazo es bastante raz¨®n?, y que no puede informarnos de las acusaciones hechas -a esta profesora ?por delicadeza, urbanidad y cortes¨ªa?.
Mientras, el caso de Purificaci¨®n Carre?o se convierte en la bandera de quienes consideran que la maternidad es un derecho, al margen del estado civil, y un aldabonazo a la conciencia de una sociedad que, aunque legalmente equipara la madre soltera a la casada, en la pr¨¢ctica social la discrimina. A ella y a su hijo.
Las madres solteras, un problema social
Aunque la maternidad fuera del matrimonio ha descendido considerablemente en las ¨²ltimas d¨¦cadas, gracias a los anticonceptivos y las pr¨¢cticas abortiv¨¢s, y aunque no existen estad¨ªsticas totales asequibles, se puede afirmar que por lo menos entre diez y quince ni?os, de cada cien nacidos, pertenecen a madres solteras. (Le Monde del 29 de septiembre de 1976 daba el 14 % en Francia, se?alando que era poco inferior al medio europeo.) Se da el caso, com¨²n a toda Europa, de que cada vez es m¨¢s frecuente que estos ni?os sean directamente deseados por sus madres, aunque, sobre todo en el caso de menores, se sigan dando los frutos de accidentes. Por eso -y seg¨²n declar¨® a EL PAIS el director de La Casa de la Madre. centro asistencial de Madrid- disminuyen los ni?os abandonados, dejados a la asistencia p¨²blica o a la adopci¨®n, mientras aumenta la proporci¨®n de madres solteras que se hacen cargo de sus hijos.
La legislaci¨®n vigente en Espana equipara en derechos a la madre soltera con la casada, aunque hay que tener en cuenta que ninguna de las dos posee especiales derechos respecto a sus hijos. La madre soltera que trabaje tiene derecho a continuar haci¨¦ndolo, a que sus hijos disfruten de asistencia en la Seguridad Social y a cobrar lospuntos por ellos. Asimismo, podr¨¢ dejarles herencia de sus bienes parafernales (privativos de la mujer, anteriores al matrimonio si lo hubiera) y, en proporci¨®n, de los gananciales (matrimoniales).
Ahora bien, en todas las ordenanzas laborales, en el cap¨ªtulo de faltas, graves, muy graves o leves, existen alusiones a la conducta moral, el respeto, el buen ejemplo, etc¨¦tera, que algunas empresas pueden califlicar como materia de despido.
El problema se agudiza en lo que respecta a la ayuda estatal a las madres solteras sin medios Tres centros asistenciales en Madrid, por todo lo alto, dependientes de la Diputaci¨®n, Ministerio de la Gobernaci¨®n, la Seguridad Social y Beneficiencia, malcubren sus necesidades que comparten con otras madres casadas, pero igualmente sin medios. Una concepci¨®n Daternalista y despectiva, que hac¨ªa concluir a las Mujeres Juristas, en su ¨²ltimo congreso, en la necesidad de ?un cambio en las estructuras sociales .y en la mentalidad ?.
En cuanto al ni?o extramatrimonial, la legislaci¨®n es claramente discriminatoria,graduando derechos y obligaciones entre las distintas clases que establece. Desde el c¨®digo napole¨®nico, y contra toda,la tradici¨®n medieval, la ley exige que ¨¦l ni?o, para ser ciudadano de pleno derecho, nazca en el seno de una familia legalmente constituida. En el resto de los casos, los derechos se ven recortados del siguiente modo: se distingue entre hijos ileg¨ªtimos (cuando nacen de uno de los padres casados, fuera del matrimonio); el casado no puede reconocerlo
El problema de los hijos
En el caso de hijos naturales (de padres solteros) pue.den ser reconocidos por el padre y la madre o por uno de ellos (la madre, generalmente). En el primer caso apellidos de los dos, pero la pairia potestad queda exclusivamente a caroo del padre que se obliga a proporcionarle nombre alimentos y herencia. Como las obligaciones del soltero son f¨¢cil mente escamoteables y a la vista de las tradicionales dificultades que surgen en estos casos los abopados recomiendan a las madres solteras que reconozcan ellas solas a sus hijos con tres opciones respecto al nombre: darle sus apellidos o alterar su orden o camblar el priniero de ellos por otro ?de uso com¨²n?.
En caso de que el hombre se niegue a reconocer la paternidad -que conlleva siempre la patria potestad-, en Espa?a no es posible la investigaci¨®n de patenidad, por lo que ¨¦sta es voluntaria por su parte. Por otro lado tampoco es taxativa la intervenci¨®n en los haberes para los alimentos y formaci¨®n del ni?o.
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